Las icónicas playas de arena blanca de Quintana Roo, motor del turismo en el Caribe mexicano, enfrentan una crisis ambiental debido a la acelerada erosión costera. Expertos advierten que este fenómeno, impulsado por una combinación de factores naturales y humanos, provoca la pérdida de hasta dos metros de playa por año en tramos clave de la zona norte, sobre todo en la Riviera Maya.
Guillermo Garduño Cruz, topógrafo adscrito a la Dirección de Zona Federal Marítima y Ambientes Costeros, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), explicó que para evitar impactos por desarrollo urbano, es necesario mantener actualizado un registro de ocupación de zonas costeras a fin de saber que las obras que se realizan con los permisos de Manifestación de Impacto Ambiental, y que no se pierdan los arenales, sino que se generen terrenos ganados al mar.
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“Es importante llevar un registro de los terrenos ganados al mar y de los que se pierden por erosión, por lo que se tiene que estar actualizando datos para tener un padrón de las personas ocupantes frente a nuestras costas para protegerlas”, expuso.
A la fecha, expertos estiman una pérdida promedio de dos metros de arenal por año en el Caribe mexicano, con puntos críticos en Puerto Morelos, donde se han llegado a perder hasta siete metros, por lo que el impacto suma un impacto acumulado de al menos 30 kilómetros de playa en el litoral quintanarroense.
Si bien, los fenómenos naturales tienen incidencia, la edificación de hoteles y desarrollos residenciales sin respetar la franja de duna costera y la zona marítimo-terrestre interfiere con la dinámica natural de la arena en la costa quintanarroense.
“Tener actualizado un registro de nuestras costas también permite saber qué tipos de obras se han generado, algunas se han hecho sin permiso y modifican nuestro litoral costero, lo que tiene severas repercusiones en la erosión”, explicó.
Indicó que la Zona Federal Marítimo Terrestre se define como la faja de 20 metros de ancho de tierra firme que es transitable y colindante con las playas y que, debido a la dinámica del mar y la erosión costera, la distancia siempre se medirán a partir del plano de marea actual.
Dijo que si el mar invade terrenos de un particular, esa porción pasa a ser federal, y el particular tiene derecho a solicitar la concesión, y si se retira, esa porción pasa a ser terrenos ganados por el mar, manteniendo su carácter federal.
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“En el caso de marinas artificiales, cuando las marinas están dentro de un terreno de propiedad privada no se delimita la zona federal, pero si se hace en una bahía y se genera una marina, si es zona federal de los 20 metros al mar”, subrayó.
Explicó que para la actualización continua de la Zofemat se usan métodos modernos como drones, cuya información debe ser validada con control terrestre para asegurar su precisión topográfica. Este trabajo es crucial para monitorear las obras, actualizar los datos y prevenir mayores daños por erosión costera.
























