REDACCION MACRONEWS por Santiago Ramírez.-
Aunque la intención de los ciudadanos al dar comida a los coatíes en zonas como Donceles 28 y el Parque Kabah es ayudar, especialistas advierten que esta práctica genera más perjuicios que beneficios, al modificar sus hábitos alimenticios naturales y volverlos dependientes de la asistencia humana.
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De acuerdo con Gonzalo Aldana Pech, jefe del departamento de Áreas Naturales Protegidas Estatales en la zona norte, estos animales están perfectamente capacitados para conseguir alimento en su ecosistema. Sin embargo, al acostumbrarse a recibir comida de las personas, pierden su instinto de búsqueda y se vuelven vulnerables al tráfico, depredadores y enfermedades.
“El tema de los coatíes es que es una especie que se adapta muy bien a la presencia humana y ha logrado una coexistencia que le ha cambiado hasta sus hábitos alimenticios, porque hay algunas poblaciones que ya no se alimentan de manera natural”, explicó el especialista.
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Aldana Pech señaló que en Cancún existen fragmentos de manglar aislados por el crecimiento urbano, donde los coatíes han encontrado espacios para sobrevivir, como en Donceles 28. Sin embargo, la asistencia descontrolada por parte de los vecinos fomenta esta dependencia.
“Muchas veces nos gana el sentimiento de atender a la fauna silvestre, pero les hacemos más daño cuando los asistimos sin control. La fauna está evolutivamente capacitada para sobrevivir en su medio”, subrayó.
Finalmente, aclaró que aunque los coatíes no están en peligro de extinción, son resilientes a los cambios, pero es fundamental que la población comprenda la importancia de respetar su comportamiento natural y evitar prácticas que alteren su desarrollo.