En Cancún, Quintana Roo, ha emergido una preocupante tendencia de maltrato hacia hombres, una problemática frecuentemente invisibilizada que afecta tanto a la salud emocional como a la integridad física de las víctimas. Aunque la violencia de género se asocia comúnmente con mujeres, los hombres también sufren agresiones que requieren atención y recursos específicos.
Según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en 2019 se registraron 140 casos de violencia hacia hombres por parte de sus parejas, reflejando una realidad que, aunque menos visibilizada, es igualmente alarmante. En Cancún, se han implementado programas como el Centro Especializado para la Erradicación de las Conductas Violentas hacia las Mujeres (CECOVIM), que, aunque enfocados en la prevención de la violencia contra las mujeres, también abordan conductas violentas en hombres, ofreciendo talleres de concientización y reeducación
Estos talleres, como «De la Reflexión a la Acción», se realizan en Cancún todos los jueves y están dirigidos a hombres adultos que buscan cambiar comportamientos violentos o que han sido canalizados por instituciones de justicia. El objetivo es promover masculinidades igualitarias y basadas en el respeto, contribuyendo a la erradicación de la violencia en el entorno familiar y social.
Es fundamental que la sociedad reconozca que el maltrato de género masculino es una realidad que necesita ser abordada con urgencia. Las víctimas deben sentirse apoyadas y comprendidas, y es esencial que se fortalezcan las políticas públicas y programas de prevención que incluyan a los hombres como parte activa en la construcción de una sociedad libre de violencia para todos.
Para aquellos que necesiten ayuda o deseen participar en los talleres, pueden acudir al CECOVIM ubicado en el Juzgado Penal Oral de Cancún, en la Supermanzana 50, colonia Cecilio Chi. La participación es voluntaria y gratuita, ofreciendo un espacio seguro para la reflexión y el cambio. La erradicación de la violencia de género requiere un compromiso colectivo que incluya a todas las personas, independientemente de su género, para construir una comunidad más justa y equitativa.
FUENTE: PROCESO