La reactivación económica en medio de la pandemia no ha frenado la inseguridad alimentaria en casi 8 de cada 10 hogares con niñas, niños y adolescentes, reveló la encuesta Encovid-19 Infancia.
La estadística presentada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indica que siete de cada 10 familias continúa percibiendo un ingreso monetario menor al que tenían antes de la cuarentena, lo que ha provocado que incremente la falta severa de alimentos de mayo a julio.
En Quintana Roo, la más reciente información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que el 80.2% (415 mil 456) de los 517 mil 924 hogares que se contabilizan, son familiares y de estos, 304 mil 261 son nucleares, es decir, están conformados por cónyuges e hijos. El Consejo Nacional de Población (Conapo) estima que en la entidad hay 566 mil 893 niñas, niños y adolescentes.
La medición del impacto de la pandemia en la alimentación, realizada por la Unicef, detalla que el porcentaje de hogares con niños que padecen de inseguridad alimentaria severa pasó de 12 a 15.2%, en cambio, los que no tienen menores de edad bajo el mismo techo, han mostrado una variación contraria al pasar de 11 a 8%.
Los resultados de la encuesta indican que en estos tres meses, el porcentaje de familias con niños que tienen una seguridad alimentaria disminuyó de 27 a 21%; mientras que el nivel leve de inaccesibilidad descendió de 45.9 a 44.5, es decir, apenas un punto porcentual; en lo que respecta a la inseguridad moderada pasó de 14.1 a 19.2%.
“Dado los niveles que nosotros estamos observando en acceso a la alimentación y sobre todo con el acceso de los insumos, esperamos ver afectaciones a muy corto plazo, entonces en la próxima Ensanut (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) pudiéramos corroborar los efectos”, dijo Graciela Teruel Belismelis, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE).
Leticia Hernández Arizpe, especialista en nutrición clínica y profesora de la Universidad Autónoma de Nuevo León, explicó que en un periodo corto de tiempo, la disminución de comida saludable no causa alteraciones en el desarrollo infantil, pero sí cuando este se prolonga más de seis u ocho meses.
“Como no tienen una nutrición adecuada, su cerebro, sus neuronas no se desarrollan adecuadamente, y pueden tener un déficit en cuanto al aprendizaje y el crecimiento, que es uno de los parámetros que se toman en cuenta para ver si se está en la tala que debe de ser para su edad y zona geográfica en donde crece, por ejemplo, en el sur las personas son más bajas que en el norte”, dijo.
Teruel Belismelis explicó que la recuperación de los ingresos ha sido lenta en general, pero mucho más en los hogares que tienen niños, ya que siete de cada 10 ha reportado que la caída de sus ingresos fue de 32.2%, mientras que los que no tienen menores de edad, reportan una reducción promedio del 23%.
“Esta crisis le está afectando a la sociedad mexicana como conjunto, pero le está pegando más a los hogares con niños”, dijo.
FUENTE: Sipse