Una ciudad como Cancún representa diversos desafíos para los ciudadanos en general, porque desde sus orígenes, jamás estuvo planeada para tanta población, como la hay en la actualidad. El sistema de transporte, por ejemplo, no sólo es deficiente, sino, insuficiente, pues son al menos 600 autobuses con los que se cuenta, pero ni uno de estos está adaptado para personas con discapacidad.
De igual forma, hay más de 2 mil combis, muchas de las cuales trabajan en condiciones deplorables; además, de mil 700 mototaxis, aproximadamente, pero ninguno de esos vehículos es inclusivo. A esto, se le suma que la mayoría de las calles no han sido adaptadas para personas con problemas de movilidad o discapacidad.
Se estima que en Cancún hay más de 31 mil personas con alguna discapacidad, de las que 67 mil en total que hay en el estado, ahí radica la importancia de modernizar una ciudad y un estado, para garantizar la accesibilidad de todos aquellos que día con día enfrentan diversos retos.
En un sondeo realizado afuera de la clínica de especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la Supermanzana 509, donde llegan personas en silla de ruedas, en andadera, con bastón, o débiles visuales, los entrevistados hablaron sobre los desafíos más comunes en este destino.
Miguel de la Cruz, solamente lleva cuatro meses postrado en una silla de ruedas por un accidente. Está en recuperación y sabe que pronto volverá a caminar; sin embargo, en este poco tiempo -que para él ha sido una eternidad- se ha dado cuenta de que lo se sufre desde la mañana.
“Desde que te levantas para ir al baño, para hacer tus cosas cotidianas dentro de tu domicilio, ya es difícil, pero cuando sales, olvídate. Hay que batallar para que se pare un taxi y te lleve a donde vas. Las calles no son aptas, las rampas son insuficientes y para colmo, la atención en los hospitales tampoco es buena. No le dan prioridad a una persona con discapacidad; bueno, esperamos, no pasa nada, pero cuando te ponen una cita, llegas y te dicen que se equivocaron, pues sí molesta, porque vengo desde Puerto Morelos y debo pagar 700 u 800 pesos de taxi para venir y otros 800 para regresar. No se vale, era una consulta y se equivocaron porque es día festivo y hay que venir otro día. No hay coordinación. Otro problema es que no hay transporte inclusivo, el DIF lo tienen, pero nunca está disponibles porque transportan mercancía en lugar de personas”.
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Por su parte, Marcela dijo: “para que las autoridades realmente puedan saber lo que se padece, es que ellos se sienten en una silla no un día, con tres horas que traten de desplazarse por esta ciudad a ver si pueden, es lo único que les pido, sólo de esa manera entenderán de lo que se trata, porque si especulan, nunca lo comprenderán y la ciudad seguirá igual”.
De acuerdo con otros testimonios, coincidieron en que la ciudad aún no es apta para personas con discapacidad y en esa clínica en particular, pidieron a las autoridades de Tránsito que verifiquen que el principal acceso es un sitio de taxis, donde obstruyen hasta las rampas y en ocasiones no se pueden bajar, si los llevan deber seguir su camino dos o tres cuadras o de plano rodear todo el hospital para poder bajar de un auto con la silla de ruedas.
“Son demasiadas las dificultades. Para empezar, muchas banquetas tienen desnivel, otras no cuentan con rampas, y las que tienen están bloqueadas o muy empinadas. En esta vialidad (avenida Politécnico) los taxistas acaparan toda la calle y tenemos que buscar dos o tres calles adelante, hoy no tanto porque es festivo y hay menos coches. Las motocicletas estorban mucho, y en un día normal tenemos que rodear toda la clínica para poder estacionarse y bajar, luego empujar la silla por la calle, hasta encontrar una rampa y poder subir, entonces son trayectos largos para uno”, dijo Ramiro.
En plaza Cancún Mall la situación se repitió. Un grupo de taxistas se adueñó de las calles; de día y de noche colocan conos para “cuidar” los lugares, aunque haya señalamiento de no estacionarse, provocando que gente con problemas de movilidad deba bajar como pueda y si alguno va en silla de ruedas deben arriesgar su integridad e ingeniárselas para subir a la banqueta, porque no hay rampas cercanas.
Recientemente, diputados de Quintana Roo enviaron un exhorto al Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo (Imoveqroo) para que cumpla con la ley que establece la obligación de que exista transporte inclusivo (adaptado para personas con discapacidad), pero hasta la fecha no hay un sólo autobús adaptado y por eso que la XVIII Legislatura del Estado le dio lectura y se aprobó como de urgente y pronta resolución, porque se envió el exhorto desde hace más de un mes.
Además, se presentó otra iniciativa para que al menos el 10% de los vehículos del transporte público sean adaptados, algo que también se incluyó en el exhorto. En Cancún, por ejemplo, deberán ser al menos 60 camiones modificados, de un universo de 600.
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Pese a los argumentos de las autoridades municipales, en este caso de Benito Juárez, quienes se han cansado de decir que la ciudad se está transformando para que exista mayor inclusión, porque independientemente del transporte, en las calles, la situación para personas con discapacidad es nula. Por Esto! lo ha documentado en diversas ocasiones y evidentemente el problema es mucho más marcado en las regiones populares, donde los comerciantes que han tomado las banquetas como parte de sus changarros de comida o llanteras, talleres mecánicos o estacionamiento, ha provocado que la gente tenga que arriesgar su vida para ir sobre la carretera.
“Pediría a las autoridades y a los dueños o encargados de esos negocios que se sienten en la silla un momento e intenten moverse por estas calles, para que nos puedan comprender las necesidades de un discapacitado como yo, hay muy poca sensibilidad y voluntad, las pocas rampas que pusieron están bloqueadas, necesitamos accesos, rampas y no las hay…que nos volteen a ver, que no nos ignoren”, dijo, Enrique Ponce de León, vecino de la Región 99, quien perdió una pierna hace cuatro años en un accidente, y vive en carne propia el problema de la movilidad.
Un transporte con “diseño universal” debería incluir, según la Ley de Accesibilidad: entornos, semáforos peatonales auditivos (ya existen en algunos cruceros de la ciudad), guía táctil para ciegos y débiles visuales, placas braille, sanitarios universales, señaléticas audiovisuales, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado y adecuaciones en centros y plazas comerciales, en general en lugares públicos.
En el transporte deberían incluirse: rampas en banqueta y para ingreso a paraderos, elevadores en autobuses para sillas de ruedas, botones de alerta y pasamanos llamativos para débiles visuales.
En Quintana Roo, de acuerdo con la Ley de Movilidad, se contempla el “Mejoramiento y eficiencia del transporte público de pasajeros, con énfasis en la accesibilidad para las personas con discapacidad y/o movilidad limitada; con infraestructura para la movilidad”, pero nada de eso existe. Según el Artículo 131, el Sistema de Transporte Público Masivo tiene por objeto la prestación de un servicio público de transporte de pasajeros eficiente, confiable, cómodo y seguro.
Fuente: https://www.poresto.net/quintana-roo/cancun/2024/11/20/transporte-de-cancun-un-medio-de-movilidad-ineficiente-para-las-personas-con-discapacidad-.html