Durante esta pandemia, al menos uno de cada tres niños enfrenta una inseguridad alimentaria en México, aunque el índice de rezago podría incrementar en 10 puntos en el término de un año, advierten especialistas. En el caso de Quintana Roo, los últimos datos señalan que los diagnósticos por desnutrición severa han aumentado hasta un 176%.
Víctor Aguayo, director adjunto de la División de Programas y jefe mundial del Programa de Nutrición del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), señaló que esta podría ser una estimación conservadora, ya que antes de la situación sanitaria, el país y la región de América Latina enfrentaba un doble escenario en el tema de alimentación, la desnutrición y la obesidad infantil.
“La pandemia va a empeorar esta situación y es lo que nos preocupa, ya que el confinamiento y el cierre de escuelas, la limitación del comercio y las exportaciones están alterando gravemente el sistema alimentario mundial y nacional y están condenando a millones de familias a dietas poco o nada saludables”, dijo.
Marie Ruel, directora de la división de Pobreza, Salud y Nutrición del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), explicó que ante la falta de trabajo o de ingresos, el primer comportamiento es adquirir insumos de poca calidad y altos en azúcar, sal y grasa, disminuyendo el consumo de alimentos frescos como frutas, verduras y otros productos de origen animal.
“El hecho de que pierden sus ingresos y empiezan a comprar alimentos procesados y ultraprocesados que dan muchas calorías a los niños, pero nada de nutrientes, entonces tienen dietas muy malas porque ingieren mucho, pero no les aportan nada”, dijo.
Asimismo, indicó que los problemas en la población infantil de la mala alimentación, retardo de talla y de emaciación (pérdida de peso involuntario) comenzarán a tener un impacto observable de dos a tres años después.
A nivel estatal, las estimaciones oficiales sobre pobreza laboral, que tiene que ver directamente con los ingresos para la adquisición de la canasta básica, indican que alcanzó hasta a 200 mil familias.
En tanto, hasta la semana 25, la Secretaría de Salud federal (SSA) reportó para Quintana Roo 47 diagnósticos de desnutrición severa. La cifra representa 176% más que en 2019, cuando sólo se detectaron 17 casos.
FUENTE: Sipse