Desde el año 2004, con autorización e impulso de la Secretaría del Trabajo Federal, hay adultos mayores y jóvenes que trabajan como empacadores “voluntarios” en los supermercados sin prestaciones ni condiciones laborales adecuadas.
En entrevista para Macronews, Víctor Toledano de 62 años que trabaja como empacador voluntario desde hace un año aproximadamente y señaló que ninguno de ellos recibe un salario por parte de la tienda de autoservicio, sino que laboran “por gusto”, ganando solamente la cantidad que los clientes les otorgan.
Comentó que los interesados en trabajar acuden con el supervisor de cajas a solicitar el empleo, mismo que revisa si hay vacantes, e incluso algunas veces tienen que esperar porque se encuentran saturados. Explicó que una vez que ingresan les brindan capacitación, donde les muestran sus funciones, por ejemplo, cuántos productos pondrán en cada bolsa, la forma de comportarse con los clientes, así como con sus compañeros del equipo, entre otras.
Ante esto mencionaba que no cuentan con un sueldo base, que depende de lo que el cliente les quiera dar de propina.
Para este adulto mayor, no hay una cantidad exacta que tenga al recibir propinas, a veces saca hasta 120 pesos por día ya que solo trabajan 5 horas, comentaba que a veces hay clientes que solo les dan 50 centavos como propina.
En este caso el decidió ser empacador, porque ya se había aburrido de su antiguo trabaja que era de panadero, y estar de empacador se siente más feliz y tranquilo.
Cabe mencionar que también hay jóvenes que trabajan de empacadores, tal como el caso de Cindy Sánchez de 15 años y Lizbeth Mora de 16 años.
Ante esto Cindy Sánchez trabaja para Wal-Mart, decidió trabajar de empacadora, porque sus padres no cuentan con un trabajo fijo y por ello dispuso entrar a trabajar para que pueda apoyarse en sus estudios.
Lizbeth Mora, le llamo la atención de ser empacadora y por ello también estudia y trabaja, a diferencia que ella toda la semana estudia y solo sábados y domingos trabaja de empacadora en el supermercado de Aki.
Con este trabajo pueden comprar sus cosas que necesitan y evitan de pedirles dinero a sus padres, para ellas es una manera de apoyarlos y quitarles un peso de encima.
El horario que les asignan los supermercados es muy accesible para ellas, y de esa manera pueden trabajar sin descuidar sus estudios.
Lo máximo que logran sacar por día son 300 pesos y lo mínimo 150, dependiendo del supermercado que trabajen y la zona en la que se encuentran.
Mencionaban que la manera en la que trabajan es por cliente se van turnando los empacadores para embolsar.
Para concluir este esquema se presenta como una oportunidad de empleabilidad para las personas que no están en edad para conseguir un empleo formal, sin embargo encubre una modalidad de trabajo precarizado.
Por Darset Rivero