La OCDE reconoce que nuestro país ha avanzado en retos estructurales como la incorporación de mujeres al mercado laboral o la reducción de la informalidad, pero aún se requieren más esfuerzos para aprovechar el potencial de inversión que tiene el país.
La economía de México está navegando bien el “incierto entorno económico mundial”, afirma la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Nuestro país ha comenzado a beneficiarse del nearshoring, pero para aprovechar el potencial de esta relocalización, se requieren reformas estructurales que aborden los retos existentes para incrementar la productividad y reducir la desigualdad de oportunidades.
“A pesar de las importantes mejoras, la desigualdad sigue siendo alta en México. Mejorar los resultados educativos y reducir las brechas de género y la informalidad ayudaría a continuar la reciente caída de la desigualdad de ingresos, al tiempo que fortalecería el potencial de crecimiento del país”, señala la organización en el Estudio Económico de México 2024.
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El crecimiento económico del país se fortalecería, expone la OCDE, si se atienden tres ejes laborales: mejora del capital humano, mayor participación laboral femenina y reducción de la informalidad.
Éstas son las recomendaciones del organismo:
» 1. Intensificar esfuerzos para mejorar el capital humano
“El acceso a la educación es casi universal, pero todavía demasiados estudiantes abandonan el sistema educativo sin completar la educación secundaria. También es necesario mejorar la calidad de la educación, que adolece de grandes diferencias regionales. Los programas de formación profesional dual se están implementando gradualmente con resultados positivos”, indica el organismo.
Nuestro país tiene una población joven con el potencial de adaptarse a las tendencias globales que están moldeando la demanda de habilidades como la digitalización o la descarbonización. De esta manera, el desarrollo de competencias es una estrategia central para atraer inversión directa, resalta el reporte. La escasez de talento, según una encuesta de ManpowerGroup, afecta al 68% de las empresas en México.
» 2. Mayor participación femenina en el mercado laboral
La OCDE reconoce que México ha mejorado la participación laboral de las mujeres, pero aún no es suficiente. “Las responsabilidades domésticas y de cuidado recaen desproporcionadamente sobre las mujeres”, esto dificulta su formación o el acceso al mercado de trabajo. Pese a los avances, en el último trimestre del 2023 la participación laboral femenina fue de 46.5%, una diferencia de casi 30 puntos porcentuales en comparación con los hombres.
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La incorporación del talento femenino es clave para el crecimiento del país, porque incrementa la fuerza laboral disponible y mejora la productividad. Además, señala el organismo, México necesita elevar la participación laboral de las mujeres para aprovechar también el potencial del nearshoring.
“Se debe dar prioridad a los planes para establecer una red federal de educación y cuidado de la primera infancia. La ampliación de los servicios formales de atención a las personas mayores también apoyaría la participación de las mujeres en el mercado laboral a un costo presupuestario limitado”, sugiere la organización.
» 3. Altos niveles de informalidad
Si bien las últimas reformas laborales han mejorado la formalización del empleo, especialmente las modificaciones al sistema de justicia laboral y negociación colectiva, la informalidad en México aún es alta, el 54% de la población ocupada se concentra en el sector informal, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
“Se necesitan acciones en diferentes áreas para reducir aún más la informalidad, que afecta a más de la mitad de la fuerza laboral”, subraya la OCDE en el estudio.
Aunque no hay “fórmulas mágicas” para lograrlo, reconoce la organización internacional, nuestro país puede impulsar acciones relacionadas con la flexibilidad de horarios, sistemas de cuidados, mejora de la protección social como las pensiones y disminuir la carga regulatoria y los costos que implica la formalización de las empresas.
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Mayor productividad, el beneficio
Las políticas públicas y las inversiones en estas estrategias, señala la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, pueden contribuir al crecimiento de la productividad en nuestro país, la cual se ha estancado en los últimos años.
“Incrementarla es una prioridad para aumentar el crecimiento y la competitividad. Las diferencias regionales en productividad son grandes, con estados en el norte altamente productivos e integrados al comercio que contrastan con los estados del sur”, se expone en el reporte.
El nearshoring ofrece la oportunidad de transitar a procesos productivos que agregan más valor. Para lograr esta transición, los retos laborales son uno de los desafíos, pero también la inversión en nuevas tecnologías e infraestructura.
“Aumentar gradualmente los ingresos tributarios y mejorar el marco fiscal también facilitaría la transición al crear mejores condiciones para el gasto público necesario para mejorar la productividad”, señala la OCDE.
Fuente: El economista
