Quienes más padecen la temporada de lluvias son las familias de escasos recursos económicos que viven en casas endebles, por lo general levantadas a base de láminas de cartón y maderas, aunque también sufren los estragos del mal tiempo muchas viviendas que pese a ser de material, no cuentan con techos firmes, lo que provoca que el agua se filtre y anegue los hogares.Y es que la pertinaz lluvia registrada durante el fin de semana trastocó las actividades de amas de casa, conductores, comerciantes y ciudadanía en general; desde temprana hora de la mañana paraguas, impermeables, suéteres, chamarras e incluso bolsas de plástico salieron a relucir, mientras que las lluvias trastocaron prácticamente todas las actividades en nuestro polo turístico.
Aunque no se detectaron inundaciones severas, los encharcamientos más o menos graves fueron la tónica general, propiciados en su mayoría por el exceso de basura en los registros y drenajes pluviales, lo que impedía que el sobrante de las lluvias se filtrase y dejase enormes charcos prácticamente en todo Cancún.
De hecho, en las regiones y colonias populares de Cancún es común que los días de lluvia que los transeúntes salgan a la calle con sandalias, conscientes de que otro tipo de calzado termina, sin excepción, completamente empapado, ante la imposibilidad de sortear los charcos.
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“No puede uno caminar sin mojarse los pies, por todas partes hay agua, encharcamientos, a veces si vas por la banqueta te mojas con las goteras que escurren de los toldos y marquesinas, pero tampoco se puede pasar junto a las guarniciones porque toda el agua de la lluvia forma ríos de más de dos metros de ancho, lo mejor entonces es salir con las chanclas de goma, así no importa tanto mojarse los pies”, fue el comentario de Sol Ruiz Pacheco, ama de casa, a quien se consultó mientras regresaba del supermercado con varias bolsas de nylon en sus manos, cubierta con un impermeable.
En los asentamientos irregulares, muchas familias sufren y padecen los estragos de la lluvia, como es el caso de María Lorenza Sánchez, cuya humilde palapa se ubica en la colonia Santa Cecilia.
“Se nos mete bastante agua en la casa porque las láminas del techo ya están bastante viejitas y hay muchas filtraciones, pero después de aquella lluvia de hace unos meses pusimos una lona y esta vez nos fue un poco mejor, ya no se coló tanta agua”.
En esta colonia se constató que tanto quienes residen en palapas como quienes cuentan con casas de material pasan por el mismo problema: goteras, filtraciones y en ocasiones hasta inundaciones, cuando las precipitaciones son muy fuertes y constantes, lo que afortunadamente no ha sucedido hasta el momento.
Edelmira Tec Marín tiene una casa de material, pese a lo cual las filtraciones del techo son constantes con las lluvias, debido a que el techado no tiene impermeabilizante; es consciente de la importancia, pero no cuenta con recursos suficientes para hacerlo.
“Hasta hace dos años era peor porque el techo era de lámina y cuando caían lluvias fuertes se reblandecían las láminas y se hacían huecos por los que se metía toda el agua”.
Se habló también con Carmita Montero, quien en esos momentos, con ayuda de su hermano, se ocupaba en sacudir una enorme bolsa de nylon que tapaba el techo de su palapa y vaciar el agua acumulada durante la noche, mientras dos niños de corta edad contemplaban las maniobras y daban grititos cada que el agua les salpicaba.
“Pues las láminas están hechas un desastre, todas reblandecidas y pusimos el nailon pero como acumuló mucho agua en la noche, si lo dejamos así va a terminar por vencerse y toda el agua se nos va a meter en la casa, por eso lo vaciamos ahora, para que resista más lluvias, luego, con otro clarito, a hacer lo mismo”.
Fuente: Por esto