Al cumplirse este día 41 años desde que Quintana Roo se erigió como un estado Libre y Soberano más de nuestro país, la entidad prospera entre abismales contrastes económicos y sociales, en medio de una delgada línea en la que muchas de sus fortalezas pueden convertirse de un momento a otro en sus debilidades, si no se les brinda el cuidado y la equilibrada atención que merecen, aseguran conocedores del devenir histórico y sociológico que han caracterizado a nuestro estado durante las últimas décadas.
La vocación turística de Quintana Roo, por la que ya era conocida esta porción oriental de la Península de Yucatán durante la segunda mitad del siglo XX, que a la postre, con el surgimiento de Cancún, como «ancla» del detonador económico previsto y ambicionado, ha sido a lo largo de los años, el eje rector del devenir de la entidad, cuya especialización económica ha valido su prosperidad así como sus contrastes sociales y de desarrollo, palpables en los contextos de las zonas Norte (en sus polos turísticos), Centro y Sur, afirma el historiador y cronista, Francisco Verdalles.
Es de destacar que tanto Cancún como la Riviera Maya, proyecto surgido a poco más de una década desde aquel 8 de octubre de 1974, reciben anualmente alrededor de 15 millones de visitantes; y en toda la entidad existen más de 85 mil cuartos de hotel y este año, lo que sigue consolidando a nuestro estado como el destino más rentable de toda América Latina.
La cada vez más contundente división económica derivada del desarrollo del turismo, han el detonante de numerosos y diversos intereses, que a lo largo de 41 años, han permitido que de ser una entidad con siete municipios, en las últimas dos décadas, se añadieran tres nuevas demarcaciones; Solidaridad, cuya cabecera es la creciente ciudad de Playa del Carmen), Tulum, con enormes potenciales a futuro, al igual que Bacalar, a lo que se podría sumar, la intención de transformar en municipio la hoy alcaldía benitojuarense de Puerto Morelos, donde convergen grandes intereses políticos y económicos.
A la par de estas ambiciones, se entretejen otras tantas realidades que e igual manera forman parte del devenir de nuestro estado, originadas por la vertiginosa dinámica poblacional que caracteriza los más importantes polos norteños de desarrollo, como Cancún, Playa del Carmen y ya en menor medida, Tulum, donde la falta de adecuados espacios de vivienda, ya sea en áreas marginales o fraccionamientos con reducidas viviendas, dificultan la correcta dotación de servicios e infraestructuras.
Esto, según indica la director del observatorio de Violencia Social y de Género, de la Universidad del Caribe, Celina Izquierdo Sánchez, deriva en graves problemáticas sociales con alta presencia, como lo son la violencia intrafamiliar, el abandono temporal que sufren cientos de menores de edad que permanecen solos largas horas en sus casas, dada la ausencia de sus padres que laboran para el sector Turismo; así como altos consumos de alcohol, drogas y pandillerismo, que merecen mayor atención por parte de las autoridades que se han visto rebasadas ante las dimensiones de todos estos males, así como de un real compromiso social por parte de los empresarios turísticos.
(FUENTE: QUEQUI)