CANCÚN, Q. Roo.- “Sí, la carga de trabajo se incrementa tres veces más que una temporada normal, tenemos que mantener limpia la zona en la que los chavos se divierten, porque al final son ellos los huéspedes y los que pagan”, aseguró Víctor Méndez, mozo del área de albercas del hotel Oasis, y quien cuenta con tres meses de laborar en el centro de hospedajes.
En dicha área son 10 los trabajadores que al igual que Víctor se encargan de mantener “el orden”, además de aquellos que atienden los snackbar, que son los sitios más concurridos durante todo el día.
Yuridia, camarista de las habitaciones, asegura que la fiesta de los springbreakers inicia en la playa, albercas y sobre el escenario que se monta para ellos, pero termina en las habitaciones cuando en vez de globos son condones los que se inflan, mismos que tienen que ser levantados “y ya usados” debajo de las camas, en los burós y en el baño, principalmente.
“La limpieza de las habitaciones sí lleva tiempo, en promedio nos tardamos 20 minutos, pero ahora a veces y dependiendo de cómo los dejen, superamos los 45 minutos”, agregó.
La mayoría de los empleados del hotel y algunos prestadores de servicios turísticos de los alrededores coinciden en que no es la mejor temporada para recibir propinas en efectivo, pero que ésta es sustituida por “regalos” que los chavos les dejan, como son chanclas, lentes y algunos “restos” de perfumes que no volverán a ser utilizados una vez que los vacacionistas hayan vuelto a sus casas.
Dentro de la alberca se observan grupos de jóvenes springbreakers, entre todos podrían ser más de 300 los que mitigan el calor dentro del agua, además de bebidas preparadas y vasos con cerveza que todos solicitan al mismo tiempo a los bartenders.
Una vez consumidas las bebidas, y para evitar salir del agua, los jóvenes dejan los vasos vacíos sobre el borde de las albercas, recipientes que por el viento o porque algún joven por un descuido lo movió termina en el agua, lo que origina que el alberquero también mantenga vigilancia para retirarlo.
“Servilletas, vasos y platos son los recipientes que más desechan, a veces todavía tienen botana a medias o sin haberse tocado, pero también tenemos que retirarlo si vemos que nadie está cerca o ya fue abandonado”, comentó Viviana, encargada de una de las zonas de snackbar del hotel.
En la playa la historia no es diferente, ya que es ahí donde las colillas de cigarro, los vasos, las botellas de plástico y demás desechos son “vigilados” con mayor precisión, ya que por la arena se entierran originando que se utilicen rastrillos y palas para poder cumplir con la encomienda de mantener limpia la zona.
Los grupos de springbreakers, divididos por compañeros de universidad o bien porque “congeniaron” con otros de universidades diferentes, también cuentan con alimentos y bebidas, pero a pesar de haber botes recolectores, casi no son utilizados.
Renán López es uno de los siete guardavidas contratado por el hotel, suma cinco años laborando en el centro de hospedaje. “La historia no es diferente entre el ambiente que se tiene en la alberca y en la playa, es casi la misma, la diferencia es que en la playa corren más riesgo de ahogarse”, comentó.
Añadió que la mayoría de los vacacionistas, ya con bebidas de más,»se vuelven más tercos que un niño”, se les invita a evitar las fuertes olas, las zonas con corrientes de agua, pero son pocos los que acatan las indicaciones.
“Cada año es lo mismo, es una rutina, hay temporadas tranquilas, y hay otras como ésta que tenemos más trabajo, tenemos que atender a más de una veintena de chavos, somos siete, nos tenemos que dividir”, aseguró.
Renán narró que entre las “travesuras” que los spring hacen, está el “robarle” unos lentes a un vendedor de puros. “El chavo se le acercó para ofrecerle unos puros a un grupo de turistas, una de ellas, le retiró sus lentes de la cara y salió corriendo hacia la zona de la alberca, el vendedor sabe que no puede ingresar a la propiedad del hotel por lo que nada pudo hacer”, dijo.
En la parte de concentración de desechos del hotel, se observan cantidades enormes de basura, siendo pet y desechables los que ocupan la mayor cantidad. En el sitio se leen señalamientos para el escombro, vidrio, plásticos, metales, entre otros desechos.
De acuerdo con la Dirección de Turismo, cada semana arriban a Cancún entre 11 y 15 mil turistas de los llamados springbreakers, por lo que se espera que este año sean más de 70 mil los estudiantes que disfruten de sus vacaciones de primavera en el destino.
(FUENTE: SIPSE)