Rostros desencajados y rabia no contenida se pueden encontrar todos los días afuera de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por cobros indebidos, por mala atención y porque los usuarios de la famosa tarjeta digital pagan más que los ciudadanos que se quedaron con el esquema original de la lectura del medidor.
Hay de todo como en botica: Miguel Sánchez siempre había pagado un promedio de 30 pesos bimestrales; con el cambio a la tarjeta paga 86 pesos mensuales. Gisela Montaño apenas lleva dos semanas en Cancún, viene de Mexicali y según la ex paraestatal debe seis meses de pago en su vivienda y aunque mostró sus recibos no le hicieron caso, por lo que ahora debe viajar a su ciudad para arreglar este problema. Y eso sí: nadie le cree al presidente Enrique Peña Nieto que disminuirá el costo de la electricidad.
Antes del mediodía y ya estoy haciendo corajes, reclama una señora quien prefiere el anonimato. De baja estatura y muy bien arreglada, denuncia que apenas sí tiene tres focos, un refrigerador y una televisión y le llegó el recibo por mil 849 pesos, es decir, más del triple de la cantidad que usualmente había pagado.
«Mi marido falleció hace cinco meses. Utilizaba la diálisis por lo de su riñón y jamás la cuenta fue superior a los 500 pesos. Ahora me viene así y no hay modo de que acepten que fue un error suyo. Tienes que pagar porque de lo contrario te cortan el servicio», cuenta molesta.
Gisela Móntaño es un caso aparte: muestra todos los pagos que hizo los últimos seis meses de 2014 en su natal Mexicali, y aún así le quieren cobrar más de seis mil pesos. Ya pidió permiso para ausentarse porque en la oficina cancunense con toda y que es una empresa de clase mundial, no le pudieron arreglar este problema y ni tan siquiera le permitieron que viera la pantalla de la computadora que indica el citado adeudo.
Manuel Escalante es otra víctima de este tipo de abusos: habitualmente paga entre 200 y 300 pesos el bimestre, sólo que ahora le quieren cobrar mil 500 pesos y no tiene aire acondicionado. «No me quiero cambiar a la tarjeta digital porque todos dicen que pagas un 20 por ciento más. Es la primera vez que me pasa esto y a ver que me dicen los empleados», apunta.
Un joven llamado Miguel Sánchez llega todos los días a su humilde vivienda a las siete de la tarde. Cena algo y casi de inmediato tiene que dormir porque debe estar levantado a las cuatro de la madrugada. Lo cambiaron al sistema digital y ahora paga más que antes.
«Por bimestre me llegaba la tarifa de 30 pesos. “Sólo tengo un refri pequeño y un ventilador. Casi no veo televisión por mi trabajo. Ahora me llegó de 86 pesos el mes. Y porque ha hecho frío no enciendo el ventilador. No entiendo», explica confundido.
Para José del Carmen Ramos López, la ciudadanía le está haciendo el trabajo a la CFE de tomar la lectura y acudir a pagar y además un porcentaje superior que antes. «Conozco muchos casos y todos son iguales. Yo no pienso aceptar la tarjeta porque es un robo. Y eso que dicen que va a bajar el costo de la luz es una utopía», reclama fastidiado.
(Fuente Quequi)