:Colectivos en pro de las mujeres víctimas de violencia vicaria en Quintana Roo acusan una falta de adecuado seguimiento de sus denuncias, debido a la falta de perspectiva de género con que se atienden estos delitos.
Ariadne Song Anguas, fundadora de la Red de Víctimas Quintanarroense, señaló que de 25 mujeres víctimas de violencia vicaria en el estado, solamente dos tienen vinculaciones a proceso contra los agresores.
Pero en todos estos casos, las autoridades estatales han tratado de tipificar el caso como violencia familiar o conflictos entre parejas, a pesar de que el daño a las mujeres por medio de la manipulación de sus hijos esté presente.
“La mayoría están en Cancún y Solidaridad, entre las dos son alrededor de 20. Tenemos en Othón P. Blanco, tenemos una en Lázaro Cárdenas, y dos en Felipe Carrillo Puerto, tres en José María Morelos”, comentó.
Song Anguas agregó que las agraviadas están en el rango de 30 a 40 años de edad, y el daño es tan severo que instiga a las víctimas al suicidio, de manera que, hasta este viernes, al menos una madre se ha quitado la vida, pero cada una de estas féminas privadas de convivir con sus hijos tiene una situación emocional frágil.
“Ya no quieren vivir pensando que el agresor tenía razón, que nunca van a recuperar a sus hijos e hijas, que él puede comprar a la autoridad, que nunca les van a hacer caso, que ellas son las locas, las histéricas por alzar la voz”, dijo.
Por otra parte, la entrevistada aclaró que atender estos casos debería ser tan sencillo como ir a la Fiscalía General del Estado (FGE) y hacer una denuncia, en compañía de un asesor de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del delito, y que las autoridades hagan la investigación.
Pero muchas veces los agresores contra denuncian, pero usan a los hijos a su favor.
“Los hijos declaran en contra de la madre sin comprender lo que implica la criminalización de ésta”, dijo.
La entrevistada lamentó que de esto se basan los jueces para omitir pasos en la investigación, como si hay denuncias previas por violencia.
Además, en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada (Cecofam) de Cancún, no se pueden dar las visitas supervisadas, porque el padre no se presenta o evita que los hijos se presenten.
Ante esto, Song Anguas aclaró que lo que se necesita es que la autoridad judicial reciba capacitación en materia de violencia vicaria, y se vele por el bienestar de la niñez y la adolescencia.
El delito de violencia vicaria es cuando el progenitor no custodio de los menores, utiliza o instrumentaliza a sus hijos para dañar a la madre con rechazo, odio, y rencor, al manifestar que ellos no quieren vivir con la madre.
Finalmente, la Red de Víctimas Quintanarroense da apoyo jurídico a más de 180 mujeres que han denunciado ser víctimas de delitos de género, pero de estos expedientes solamente 50 están judicializados.
