CRISIS DE SALUD RENAL EN MÉXICO: EL PAÍS YA OCUPA EL 7.º LUGAR MUNDIAL CON 16.6 MILLONES DE PACIENTES
A nivel global, la prevalencia de la ERC alcanza al 14% de los adultos mayores de 20 años. En el contexto nacional, la gravedad de la situación se refleja en las estadísticas de mortalidad del INEGI, donde la insuficiencia renal —la etapa final y más severa de la enfermedad— se ubicó como la décima causa de muerte en 2024. Los datos revelan una tendencia al alza sumamente preocupante: las defunciones pasaron de 14,176 en 2022 a 15,928 en 2023, alcanzando un pico de 17,352 muertes en el último registro anual. De estas víctimas, el sector masculino fue el más impactado con 9,658 decesos, mientras que en el caso de las mujeres, la cifra ascendió a 4,322, vinculándose frecuentemente con complicaciones por septicemia.
Factores de riesgo y diagnóstico oportuno
La Secretaría de Salud federal (SSA) advierte que la pérdida permanente de la función renal es, en la mayoría de los casos, una consecuencia directa de enfermedades crónicas no transmisibles mal controladas, principalmente la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. La progresión silenciosa de la ERC suele manifestarse a través de síntomas inespecíficos como fatiga, náuseas, cefaleas y pérdida de peso involuntaria. Debido a que la detección tardía conduce inevitablemente a tratamientos sustitutivos de alto costo como la diálisis, la hemodiálisis o el trasplante de riñón, las autoridades sanitarias enfatizan la urgencia de fortalecer la medicina preventiva para frenar el escalamiento de esta patología en la población mexicana.



















