Redacción Macronews.- Investigadores y especialistas han identificado un vasto potencial económico y ambiental en el sargazo, transformando lo que anteriormente se consideraba una simple molestia para el sector turístico en una biomasa aprovechable para diversas industrias. De acuerdo con expertos en biorrefinería, esta macroalga posee propiedades únicas que permiten su conversión en biocombustibles, fertilizantes orgánicos y productos de alta cosmética. En este contexto, el Gobierno de Quintana Roo se encuentra en proceso de establecer una planta especializada para la producción de biogás, sumándose a los esfuerzos de empresas ya establecidas como Grupo Ensol, Sargapak y Dianco, que lideran la manufactura de mobiliario y compuestos bioactivos en la región.
María de los Ángeles Calixto Romo, especialista en biorrefinería de residuos agroindustriales, explicó que el sargazo es una biomasa rica en polímeros cuya versatilidad ha permitido obtener biofiltros para la limpieza de agua y materiales de construcción sostenibles. No obstante, el aprovechamiento integral de este recurso enfrenta desafíos técnicos significativos. Los científicos advierten sobre la presencia de metales pesados y ácido sulfhídrico en el alga, lo que exige procesos rigurosos mediante biorreactores enzimáticos y microorganismos para garantizar que los derivados sean seguros para el uso humano.
La gestión del sargazo ha evolucionado hacia una estructura de gobernanza compleja, según señaló la Dra. Laura Elena Carrillo Bribiesca, especialista en Oceanografía Física. Actualmente, el recurso ha sido incluido en la Carta Nacional Pesquera, lo que permite una administración formal bajo la coordinación de la Secretaría de Marina (Semar) y diversos organismos de ciencia y tecnología. Esta nueva visión institucional no solo busca mitigar el impacto biológico en las costas del Caribe Mexicano, sino consolidar una economía circular que convierta las arribazones masivas en una oportunidad de desarrollo industrial y energético para la entidad.
