Redacción Macronews por Santiago Ramírez.— En la década de los 90, el estado de Quintana Roo se convirtió en una de las rutas más importantes para el narcotraficante Ismael «El Mayo» Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.
Zambada, también conocido como «El Señor del Sombrero», tomó el control de la plaza de Cancún gracias a su ingenio para trasladar grandes cantidades de cocaína desde Colombia hacia varios estados de Estados Unidos.
«El Mayo» no solo controlaba Cancún, sino también Cozumel, Playa del Carmen y Chetumal, en alianza con el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como «El Señor de los Cielos». Esta información se revela en el libro «El traidor: El diario secreto del hijo del Mayo», escrito por la periodista Anabel Hernández.
En los años 90, Cancún era un importante punto de entrada para los cargamentos de cocaína procedentes de Colombia, con destino a Estados Unidos. Estas embarcaciones, equipadas con motores de 400 caballos de fuerza, podían cubrir la distancia entre Colombia y México en un solo día.
Eduardo González Quirarte, conocido como «El Flaco», fue el artífice de este ingenioso método de transporte de toneladas de droga a través de pipas, trabajando estrechamente con «El Mayo» y «El Señor de los Cielos».
Aunque Ismael Zambada no estaba presente en Quintana Roo, dejó el control del tráfico en manos de su hermano Jesús «El Rey» Zambada y de su hijo Vicente Zambada Niebla, alias «Vicentillo», quien se decía que era su hijo favorito.
El cártel encontró en Cancún un punto clave, debido a que Vicente Zambada García, otro miembro del clan, llegó a liderar el sindicato de Transportistas de Carga, lo que también favorecía las actividades ilícitas de la familia.