Con base a los mapas de infraestructura del proyecto dados a conocer por ASEA, se observa que el gasoducto que pretenden introducir en el centro de la ciudad, y que ya obtuvo permisos federales, abarcará 30 kilómetros de vialidades, sobre arterias primarias y de gran afluencia vehicular y peatonal,como lo son la Tulum, Cobá, Bonampak, Náder, Yaxchilán y Uxmal, lo que significará la destrucción de estas vialidades recién remodeladas luego de un trabajo de meses, para introducir este polémico servicio.
En el caso de la avenida Tulum, principal vialidad de Cancún, el gasoducto avanzará desde su confluencia con el bulevar Luís Donaldo Colosio para extenderse hasta la avenida García de las Torre, que de igual manera tendrá tuberías que conectarán con la Bonampak, del Kilómetro Cero de la Zona Hotelera hacia la avenida Uxmal.
Otro tramo se extenderá por la avenida Sunyaxchén, entre la Yaxchilán y Xel Há, a la altura del Mercado 28, con la finalidad de que la empresa promovente, logre abarcar a los clientes comerciales y residenciales de estas céntricas zonas.
La instalación de esta polémica infraestructura haría inevitable la ruptura de estas importantes vialidades, que han sido y continúan siendo objeto de remodelación, en las que se han invertido millonarios recursos, lo que implicaría nuevamente arrojar dinero a la basura.
A esto se debe añadir las pérdidas económicas que debieron pasar los comercios de la zona producto de las obras, y que nuevamente deberán padecer para la introducción de esta tubería.
Son 300 mil personas, aproximadamente, entre habitantes, trabajadores y población flotante, las que quedarán expuestas al riesgo que implica el gasoducto, cuyos ramales se extienden por diez supermanzanas de la ciudad.
Por ello, autoridades del municipio aseguraron que recurrirán incluso al amparo para evitar que esta obra se realice sin su anuencia.
( FUENTE QUEQUI)