La población en Quintana Roo desdeña su salud bucal, pues el 80% no asiste al dentista ya sea por flojera, miedo, porque considera que es muy caro, porque creen que los niños no lo necesitan, porque se les olvidó la cita, incluso es común que los adultos digan “ya para qué”, según la Jurisdicción Sanitaria número 2.
Las consecuencias de no tener una atención bucal preventiva pueden ser más graves, pues una simple caries ocasiona mal aliento, gingivitis, sarro, enfermedades periodontales, pérdida de dientes o afecciones cardíacas mortales.
Para Mónica Zabarain Luque, especialista en ortodoncia y ortopedia del Hospital Galenia, la primera consulta dental comienza al cumplir dos años de edad, pero hay niños que llegan por primera vez a los cinco o seis años, y en la adultez acuden a consulta en períodos más largos, cada cuatro o cinco años, porque ya no soportan el dolor.
El deterioro en la salud bucal inicia con los malos hábitos de los padres que recurren al biberón para que sus hijos concilien el sueño, y se lo dejan toda la noche, incluso después del primer año, momento ideal para retirar la mamila.
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“El problema no es la leche sino el tiempo que permanece el líquido en la boca porque entonces inicia la formación de bacterias, además en estos niños aparece un exceso de calcio y sus dientes empiezan a desmoronarse”, agregó Zabarain Luque.
Bacterias en la boca
Especialistas explicaron que en la boca se alojan un sin número de bacterias que ingresan al torrente sanguíneo a través de las perforaciones de caries ya avanzadas en las piezas dentales causando endocarditis bacteriana, que es una inflamación en las estructuras internas del corazón. Además una caries trae enfermedades estomacales, e incluso complicaciones en pacientes con diabetes. De todas las defunciones por neoplasias malignas, menos del 1.5% son por tumor maligno de labio, cavidad bucal y faringe.
En la entidad siete de cada 10 adultos jóvenes de 35 a 44 años tienen dientes cariados, de acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales (Sivepab) y en adultos mayores de 65 años, la enfermedad recurrente es la pérdida de piezas dentales.
Los residuos que permanecen en la boca por más de una hora, generan colonias de bacterias que forman placas que se adhieren alrededor de los dientes que si no son removidas se mineralizan por acción de la saliva formando sarro.
La Jurisdicción Sanitaria recomendó lavarse los dientes tres veces al día, utilizar el hilo dental al menos una vez al día, cambiar el cepillo cada tres meses, acostumbrarse al enjuague bucal para matar bacterias y acudir al dentista al menos dos veces por año.
Fuente: Sipse