Integrantes de la Red Nacional de Abogadas Indígenas exigieron una disculpa pública a la morenista y gobernadora de Campeche, Layda Sansores, por su lenguaje racista contra las mujeres indígenas de México.
Señalaron que su actuar muestra el México racista y desigual para las mujeres, y abona a que se continúen pronunciando este tipo de discursos discriminatorios.
En un comunicado, dijeron que es urgente que se comprometa y, en su momento, acredite haber llevado un curso sobre racismo, derechos de los pueblos indígenas, derechos de las mujeres indígenas desde una perspectiva intercultural y antirracista, género e interseccionalidad, así como sobre no revictimización.
La abogada zapoteca Flora Gutiérrez alertó que lo peor no es que una mujer sea indígena y pobre, sino que en este país haya personas como la gobernadora Layda, que abonan y perpetúan el México racista.
“Las mujeres no tenemos los mismos derechos que los hombres, por eso es un país patriarcal, es un estado patriarcal, una sociedad patriarcal, una sociedad machista donde se desvaloriza el ser mujer, pero eso no solo se da en contextos indígenas, eso también se da en contextos no indígenas”, dijo.
Flora recalcó que lo peor que puede pasar con este tipo de discursos es que se normalice la violencia contra las mujeres y que se piense que “ser mujer indígena” es lo peor que nos puede pasar.
“Para nosotras, como red, ser mujer indígena es un orgullo. Como lo decimos en nuestro pronunciamiento, es un orgullo para nosotras que nos da identidad, nos permite saber que somos la continuación de nuestras ancestras, de nuestras abuelas, de nuestras mayoras”, señaló.
Destacó que lo peor que puede pasar es que en México se vea al indígena como algo “malo”, “incivilizado” o “atrasado”, y que, para dejar de ser eso, debas dejar de ser indígena.
“Esos discursos asimilacionistas no se pueden tolerar, sobre todo cuando el 30 de septiembre de 2024 se publicó una reforma que reafirmó el carácter pluricultural de México. Por ello, el discurso de la gobernadora solo abona a que permanezca un estatus quo de un país racista. El racismo se implementó con el colonialismo, pero sus efectos están presentes en nuestra vida cotidiana, en las estructuras sociales e institucionales y, además, es estructural. No es casualidad que la población indígena sea la más empobrecida económicamente; ha sido el Estado el que ha ocasionado esto”, dijo, y añadió que eso no se cuestiona.
La abogada oaxaqueña recalcó que hay una racialización geográfica: la población indígena es la que menos acceso tiene a servicios como salud, educación y prestaciones, así como a infraestructura, debido a un Estado racista, clasista y patriarcal.
“Para el Estado y la clase gobernante, esas vidas no importan; importan más las vidas de las personas que se concentran en zonas urbanas, y ahí no siempre estamos las poblaciones indígenas. No en balde, en las ciudades hay zonas residenciales donde tienen acceso a todos los servicios, y hay que mirar nada más quién vive ahí”.
Dijo que con este discurso se fortalece la ideología asimilacionista y se refuerza la existencia de un Estado y una sociedad monocultural, donde se busca la desindigenización: “La gobernadora quiere decir que debemos dejar de ser indígenas, porque eso es muy malo, es lo peor, en lugar de ir a la raíz del problema de por qué a las mujeres indígenas se nos ha negado el ejercicio de nuestros derechos de manera individual y colectiva”.
“No la veo cuestionando al sistema racista que nos ha hecho tanto daño colectivamente, no la veo cuestionando al sistema patriarcal que cosifica a las mujeres y justifica la violencia de género, ni la veo cuestionando al sistema capitalista que nos ha empobrecido y ha saqueado los recursos de nuestros territorios. Además, esos sistemas han existido y se han fortalecido en complicidad con los gobiernos”.
Además, criticó el discurso de revictimización: “Es decir, que pobrecitas, nosotras las mujeres ahí necesitamos a las blancas, a las clases medias, a que nos vengan a salvar de cómo nos tienen, cuando lo que se tiene que cuestionar es cómo el Estado nos ha tenido en esas circunstancias y condiciones. Para dejar de ser pobres e indígenas, tenemos que dejar de ser quienes somos, lo cual es muy, pero muy lamentable”, concluyó.