El costo del boleto sencillo para turistas en la ruta Isla Mujeres-Cancún pasó a 580 pesos, mientras que para quintanarroenses subió a 200 pesos y para adultos mayores, a 178 pesos por viaje redondo, aun presentando la credencial del Inapam. Además, cada visitante deberá cubrir el Impuesto por Derecho de Saneamiento Ambiental (IDSA), equivalente a 22.56 pesos.
Incrementos sin aviso previo
Anteriormente, cualquier modificación tarifaria requería un proceso de análisis socioeconómico y la autorización gubernamental. Sin embargo, en esta ocasión, Ultramar aplicó el incremento sin notificación formal, dejando a los usuarios en la incertidumbre.
El aumento también impacta la ruta Cozumel–Playa del Carmen, lo que genera preocupación entre la clase trabajadora que utiliza este transporte diariamente. Según Ernesto Olguín, albañil que viaja para trabajar, este ajuste es insostenible: “Así no me conviene viajar de Cozumel a Playa del Carmen, y menos como chalán”.
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Reacciones de los usuarios
La medida ha sido catalogada como un «acto de avaricia» por muchos usuarios, quienes denuncian que, aunque el aumento de 20 a 40 pesos por boleto parece pequeño, acumulado semanalmente representa un golpe significativo a sus finanzas.
Para algunos trabajadores de la Riviera Maya, Ultramar es la única opción viable debido a los problemas de servicio de otras navieras como Winjet o Xailing, que hasta el momento han mantenido sus tarifas.
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Impacto y futuro incierto
Mientras algunos esperan que otras empresas navieras mantengan sus precios, el aumento de Ultramar plantea la posibilidad de que se extienda a más rutas y servicios. El descontento generalizado refleja la preocupación por la falta de regulación y el impacto que estos aumentos tienen en la economía local.
Las autoridades aún no se han pronunciado sobre este incremento, pero usuarios y líderes comunitarios exigen una revisión de las políticas de tarifas para evitar que decisiones unilaterales afecten a los sectores más vulnerables