CANCÚN, Q. ROO.- La construcción de la barda perimetral del “Gran Solaris” en Playa Delfines violó las disposiciones ambientales federales que condicionaron la edificación del complejo hotelero, cuya irregularidad se suma a una larga lista que de investigarse podría generar la nulidad de la concesión.
Una de las 13 condicionantes que impuso la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a la empresa Villas Solaris, S. de R.L. de C.V. fue construir el muro de colindancia con la playa de altura máxima de 1.5 metros, lo cual no ocurrió al desplantarse secciones con más de tres metros.
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), número 04/SGA/1019/17, que otorgó la delegación federal de Quintana Roo el 7 de julio de 2017, y que recibió cuatro días después el apoderado legal de la empresa, Julio Mateo Vázquez Tamayo, ordenó también dar un recubrimiento específico, lo que tampoco ocurrió, de acuerdo con el documento del cual Luces del Siglo tiene una copia
“El muro de contención que se pretende construir en colindancia con la zona de playa, sólo podrá ser desplantado con una altura máxima de 1.5 metros y deberá cubrirse con piedra caliza de la región, acorde a lo establecido en el artículo 39, fracción I del PDU-CPC (Programa de Desarrollo Urbano del Centro Urbano de Cancún)”, establece el numeral seis.
El material que se usó en el proyecto únicamente recubrió los pilotes que dan rigidez a la obra sin cuidar los claros, sin consecuencia legal por la violación al permiso por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Otro incumplimiento del proyecto autorizado Guerreros que tampoco respetó la dimensión de la barda exterior, la cual se estipuló en 135.20 metros cuadrados, algo que también pasó por alto la autoridad ambiental.
En esa suma de irregularidades, el desplante del muro también se realizó sin la licencia municipal de construcción ya que la que opera actualmente, cuestionada en su origen, tampoco especifica el levantamiento de la pared perimetral. “No tenemos constancia de que exista algún tipo de permiso para haber levantado esa barda”, expuso a este diario Katerine Ender, apoderada legal del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, A.C.
La construcción del muro se mencionó en la MIA pero el mismo documento precisa que la autorización ambiental no sustituye las licencias, permisos o autorizaciones que deban dar las autoridades correspondientes, entre ellas las municipales.
Según la licencia de construcción 72296, Folio 1650 del proyecto Gran Solaris, emitida por la dirección general de Desarrollo Urbano del gobierno de Benito Juárez y autorizada por resolución del Cabildo del 21 de septiembre de 2018 –tres días antes de que el verdecologista Remberto Estrada dejará la silla municipal–, el proyecto especifica que se trata de una obra exterior por dos mil 836.14 metros cuadrados, sin contemplar la barda recientemente construida.
El documento municipal que ampara los trabajos presenta además un evidente conflicto de interés, debido a que el director responsable de obra (número 1145) es Carlos Ernesto Fierros Pacheco, actual director de Catastro del gobierno que encabeza Mara Lezama, quien podrá enfrentar una denuncia penal que preparan activistas.
Ender Córdova expuso que la construcción de la cuestionada barda se realizó durante el decreto de aislamiento social por la pandemia sanitaria, de acuerdo a evidencias que lograron documentar y demuestran la existencia de maquinaria taladrando para levantar los pilotes de concreto.
“Ahí comenzó la polémica de la barda porque le quitaron las láminas metálicas que tapan la barda y es donde nos enteramos, pero hay evidencia de que estaban trabajando durante la pandemia; o sea, en la cuarentena”.
Antes, a través de una denuncia que se interpuso ante la Profepa el 7 noviembre de 2017, se clausuró parcialmente el sitio al documentarse que se retiraron al menos seis volquetes de arena del predio.
La activista consideró que los propietarios del Gran Solaris han actuado con dolo y hay inconsistencias, tienen muchos incumplimientos en la Manifestación de Impacto Ambiental. Ese es uno de los motivos por el cual la Semarnat puede hacer un juicio de nulidad y revocar la autorización”.
El hotel “Gran Solaris Cancún” representa una inversión de 90 millones de pesos con un período de recuperación de siete años. De acuerdo al proyecto tendrá un edificio principal de 14 niveles, dos restaurantes grill (uno sin muros), estacionamiento en dos sótanos, albercas y dos jacuzzi, andadores, un bar en alberca, cancha de usos múltiples, una fuente, un gaseo de bodas, módulo de baños exteriores y de toallas en una superficie total de 18 mil 844.31 metros cuadrados.
FUENTE: Luces del Siglo