Nicholas Hoult debuta como Lex Luthor en el esperado reboot de Superman, que llega a los cines esta semana. A sus 35 años, el actor británico suma un antagonista legendario a una carrera inusualmente longeva, iniciada en la niñez y reconocida por su talento, versatilidad y, sobre todo, por su capacidad de mantener su vida privada alejada de los focos.
Hoult aporta al personaje su conocida discreción y sencillez, rasgos que lo acompañaron desde sus primeros papeles, incluso tras quedar fuera del rol principal de Superman, finalmente concedido a David Corenswet.
Durante la gira promocional, Hoult compartió con humor en el programa de Jimmy Kimmel la experiencia de haber audicionado para Superman, su posterior encuentro con Corenswet y la aceptación del resultado.
“Vi que era más alto, con una voz más profunda y pensé que realmente era adecuado para el papel”, confesó a Vanity Fair. Este gesto espontáneo confirma la ausencia de ego y el perfil atípico de Hoult dentro de la industria.
Un actor consolidado en Hollywood
El nuevo papel de Lex Luthor posiciona a Hoult como sucesor de nombres como Gene Hackman, Kevin Spacey y Jesse Eisenberg. Aunque Corenswet debuta en grandes producciones, Hoult demostró apoyo a su compañero, recordando el legado de Christopher Reeve y mostrando un espíritu deportivo infrecuente en Hollywood. La experiencia y el carácter positivo de Hoult resaltan en un contexto marcadamente competitivo.
Su carrera se remonta a Wokingham, Berkshire, Inglaterra, donde desde pequeño demostró talento y disciplina. A los tres años, ya pisaba escenarios gracias a la influencia familiar y a los siete debutó en el cine con “Relaciones íntimas” (1996), junto a Rupert Graves y Julie Walters. El salto a la popularidad llegó con “Un niño grande” (2002), en la que compartió pantalla con Hugh Grant, quien se convirtió en modelo de conducta para el joven actor.
Versatilidad y evolución profesional
Hoult alternó su infancia entre la actuación —en televisión y cine— y el ballet, y durante su adolescencia consolidó su lugar en la industria gracias a éxitos como la serie Skins (2007-2008), donde coincidió con Dev Patel.
Su desembarco en Hollywood fue inmediato: trabajó con Nicolas Cage en El sol de cada mañana (2005), y luego brilló en sagas como X-Men: primera generación (2011). Supo equilibrar grandes producciones, como Furia de titanes (2010), con cine independiente de prestigio, por ejemplo Solo un hombre (2009), bajo la dirección de Tom Ford.

La estabilidad de su carrera se apoya en consejos de figuras como Colin Firth, quien le recalcó la importancia de la familia en los momentos difíciles. Hoult interpretó a personajes históricos como J. D. Salinger (El rebelde oculto), Nikola Tesla (Una guerra brillante) y J. R. R. Tolkien (Tolkien), sin seguir un método fijo, pero siempre respetando la complejidad humana de cada figura.
Su versatilidad destaca en proyectos históricos como La favorita (2018) y en la aclamada serie The Great, donde obtuvo nominaciones a los Globos de Oro y a los Emmy por su trabajo como Pedro III de Rusia.
En palabras del propio actor a The Hollywood Reporter, “Hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien interpretando a un personaje”, subrayando su entusiasmo por combinar grandes producciones con apuestas independientes.
Privacidad y vida personal: una prioridad
A diferencia de muchos colegas, Hoult mantiene un bajo perfil fuera de la pantalla. Prescinde de redes sociales o las utiliza solo para compartir temas profesionales, y rara vez publica detalles personales. Su afición por el automovilismo es una de las pocas pasiones conocidas del actor: es graduado del Ferrari Corso Pilota y seguidor activo de la marca, siendo rostro frecuente en eventos de Fórmula 1.

En el ámbito sentimental, elige la discreción. Tras una conocida relación con Jennifer Lawrence, Hoult actualmente está casado con la modelo californiana Bryana Holly desde 2016. Tienen dos hijos y optaron por un matrimonio secreto; la noticia solo trascendió cuando Hoult se refirió a Holly como “mi mujer” en los Governors Awards.
Holly comparte la política de privacidad: solo en raras ocasiones acompaña a su esposo en alfombras rojas —la primera vez fue en el estreno de Nosferatu— y en redes sociales evita mostrar los rostros de sus hijos.
Hoult y Holly representan una visión poco habitual en Hollywood: anteponen el resguardo de la intimidad y la familia, conforme a los consejos recibidos sobre la importancia de los afectos genuinos. Esta coherencia entre vida pública y privada moldea el perfil de un actor que, incluso en la cima del éxito, elige el equilibrio, alejándose del ruido mediático y priorizando el bienestar familiar y personal.