Desde el 2008, la Aduana del Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) fue señalada como una de las dependencias más corruptas del país, pues se descubrió su relación con la delincuencia organizada y una red de entrada de mercancía de todo tipo a cambio de dádivas, lo que hasta este 2015 prevalece.
Fue hasta el 2011, después de una peligrosa serie de señalamientos, que se efectuó una depuración masiva de personal al ordenarse desde oficinas centrales, cambios en 33 de las 49 administraciones del país, a raíz de tantos casos de corrupción, cambios que se desconoce si sirvieron.
Los trabajadores aeroportuarios aseguraron saber que cuando los agentes realizan pequeños decomisos dentro del aeródromo, por “atrás” entra un cargamento más fuerte y grande.
En el 2008 fue entregado un informe a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión por el Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y Transparencia, en donde se señalaba a las Aduanas más corruptas del país, en donde el primer lugar lo ocupó la de Nuevo Laredo, Tamaulipas, seguido de la de Matamoros y Tampico, también en Tamaulipas; Nogales, Sonora y Cancún en la terminal aérea del principal destino turístico, alertando a las autoridades.
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Después de una serie de peligrosos señalamientos y de graves errores por parte de las autoridades, tales como la incautación de un cargamento de 182 paquetes de pastillas con peso de 489 kilogramos, que pasó por este destino turístico sin que fuera “detectado”, las autoridades, hasta el 2011, decidieron hacer cambios.
Fue así que se efectuó una depuración masiva de personal, principalmente en los estados señalados en el informe, pero desde ese momento, tal parece que las dependencias permanecen con el mismo sistema, personal y viejas enseñanzas.
Además de ser señalada como una dependencia ligada al crimen organizado al permitir la entrada de fuertes cargamentos de droga (principalmente químicos ilegales procedentes de Europa y Sudamérica), la Aduana de Cancún tiene un negocio con la Ley de Importaciones.
En su momento, este diario dio a conocer que a cada persona que llega del extranjero se le revisa hasta la “basura” que trae procedente de otro país, principalmente de Estados Unidos. Esta revisión tiene como objetivo ponerle valor a toda la mercancía extranjera.
Una vez valuada, se cobra el 30 por ciento del valor de la mercancía en la Aduana para que pueda pasar al país. Ese es el negocio de los agentes y oficiales de la Aduana, revisar y encontrar la mayor cantidad de cobro posible a importadores de artículos diversos, e incluso a turistas o personas que regresan a México con algún tipo de artefacto extranjero.
Sin embargo, ese dinero no va a parar a las arcas del SAT. En vez de eso la corrupción reina directamente en la Aduana donde los agentes y oficiales se reparten el dinero “recaudado” de manera oficial.
Esto pasa ante la mirada de las autoridades federales encargadas de vigilar el importante aeropuerto, quienes muchas veces “se hacen de la vista gorda” de todo lo que pasa en las tres terminales.
Es por ello que las detenciones registradas en los últimos meses evidencian la imparable entrada de droga a México, la cual últimamente viaja desde Colombia y Panamá para tratar de llegar a la ciudad de México y a los Estados Unidos, en donde finalmente se comercializa.
( Fuente Por esto)