Douglas Vladimir Mejía Girón, identificado por el gobierno de El Salvador como un “terrorista” y uno de los pandilleros más peligrosos de ese país, fue detenido esta semana en Tapachula, Chiapas, donde además de ocultarse, continuaba cometiendo delitos.
Conocido por los alias de “Negro”, “Roro” o “Burro”, Mejía Girón era buscado por diversos cargos, entre ellos homicidio agravado, portación ilegal de armas, resistencia y pertenencia a agrupaciones ilícitas. Según Gustavo Villatoro, ministro de Justicia y Seguridad Pública salvadoreño, el detenido es un “homeboy” activo y gatillero de la pandilla 18 Sureños, incluido en la lista de los más buscados de ese país.
La detención ocurrió durante un operativo encabezado por la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) y otras corporaciones de seguridad, en la colonia Las Delicias de Tapachula en días pasado. En la acción fueron detenidos tres hombres, entre ellos Douglas, por delitos contra la salud y resistencia de particulares. Según el reporte, se les aseguraron 23 dosis de una sustancia con características similares al “cristal”.
Fuentes consultadas indicaron que Mejía Girón podría estar vinculado a otros hechos delictivos en Tapachula y la región del Soconusco.
En su cuenta oficial de X (antes Twitter), el ministro Villatoro advirtió: “Donde quiera que huyan, sepan que los vamos a encontrar y cuando los capturemos, serán enviados al Cecot (Centro de Confinamiento del Terrorismo), donde pasarán el resto de su vida y no volverán a ver la luz del día”.
El Cecot es una megacárcel de máxima seguridad construida en 2022 por orden del presidente salvadoreño Nayib Bukele. Tiene capacidad para 40 mil reclusos, en su mayoría pandilleros. Mejía Girón ya fue trasladado al país centroamericano.
La captura de Mejía Girón ocurre en un contexto de creciente cooperación regional en materia de seguridad. En las últimas horas, los gobiernos de Estados Unidos y Guatemala anunciaron un acuerdo para reforzar la frontera con México, con énfasis en el combate al tráfico de armas, drogas y al crimen organizado. Se prevé una presencia más robusta de policías y militares.
Como parte de esa coordinación, el pasado 8 de junio, elementos de la FRIP ingresaron a Guatemala por el paso fronterizo de La Mesilla para apoyar a compañeros que enfrentaban a integrantes del Cártel Chiapas y Guatemala (CCyG). Ese operativo derivó en un enfrentamiento que dejó cuatro sicarios muertos, entre ellos Baldemar Calderón Carrillo, alias “Tío Balde”, identificado como líder del grupo criminal.
¿Por qué este tema es importante?
Contexto: la pandilla 18 Sureños es una de las dos principales facciones del Barrio 18, una de las estructuras criminales más grandes y violentas de El Salvador, con presencia también en otros países de Centroamérica y Estados Unidos. Surgida en Los Ángeles durante los años 80 y extendida posteriormente al Triángulo Norte, la 18 Sureños ha estado involucrada en delitos como homicidios, extorsión, tráfico de drogas y armas, así como en el control territorial de barrios enteros. Sus miembros, conocidos como “homeboys”, operan bajo una estructura jerárquica y con reglas internas estrictas, y suelen desplazarse a otros países para ocultarse o seguir delinquiendo.
Desde marzo de 2022, el presidente Nayib Bukele ha implementado un régimen de excepción con el objetivo de erradicar el poder de las pandillas en El Salvador. Esta política ha derivado en la detención de más de 80 mil personas, muchas de ellas acusadas de pertenecer a las pandillas MS-13 y 18. Como parte de esta estrategia, el gobierno construyó el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una megacárcel de máxima seguridad diseñada para alojar hasta 40 mil reos.
Aunque esta ofensiva ha sido respaldada por gran parte de la población salvadoreña, organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado detenciones arbitrarias, tortura y falta de debido proceso. Aun así, el plan de seguridad de Bukele ha reducido drásticamente los homicidios en el país y ha tenido eco en otras naciones con problemas similares.
Fuente: La Silla Rota