La Legislatura 18 del Congreso de Quintana Roo arrancó este viernes 30 de mayo su segundo periodo de receso legislativo, que abarcará hasta el 5 de septiembre de 2025. Durante este tiempo, los diputados suspenderán temporalmente sus actividades en la sede legislativa, lo que implica un periodo de inactividad de 97 días para la mayoría de los legisladores.
Lejos de ser un descanso, este receso debe ser visto como una oportunidad para que los diputados se acerquen a la ciudadanía; sin embargo, no todos cumplen con estas actividades en este periodo.
A partir del 31 de mayo, los representantes populares tienen la oportunidad de visitar sus distritos, escuchar las preocupaciones y necesidades de los habitantes, y seguir trabajando en la formulación de propuestas legislativas que puedan presentar a su regreso al Congreso.
Este tiempo de trabajo territorial no solo tiene como objetivo mantener el contacto directo con la base, sino también enriquecer las iniciativas legislativas con las voces de los ciudadanos.
De acuerdo con la Ley Orgánica que rige al Congreso, los diputados deben rendir cuentas de sus actividades durante este receso al iniciar el próximo periodo ordinario de sesiones, en la segunda semana de febrero.
Durante la primera semana de regreso, los legisladores deberán presentar un informe detallado sobre las acciones realizadas tanto dentro como fuera de sus distritos, y comprobar las labores legislativas realizadas en los primeros meses de su gestión.
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Este receso, entonces, se perfila como una etapa clave para el trabajo de campo de los diputados, pero también como un período en el que deberán demostrar su compromiso con los ciudadanos a través de la rendición de cuentas y la construcción de un trabajo legislativo más cercano a las necesidades reales de la población.