Primero lo agredieron físicamente y lo sacaron entre gritos y empujones de su despacho, según por estar inconformes con sus políticas de trabajo.
Hoy, los elementos sublevados de la Secretaría de Seguridad Pública de Cancún echan marcha atrás, se disculpan con su jefe, el comandante Jesús Pérez Abarca, ofreciéndole trabajo conjunto y reiterándole su subordinación. Alineados y apaciguados, le piden que regrese a su oficina y que contará en todo con ellos, de ahora en adelante, para realizar su trabajo.
Encabezados y azuzados por 13 líderes internos que ya están plenamente identificados y denunciados ante la Fiscalía General del Estado en el expediente 5534/2018, los agentes en rebelión recularon en sus protestas luego de entender -apenas a tiempo- que cometieron un grave error al expresar de manera violenta su inconformidad y que no sólo podrían perder sus fuentes de empleo, sino hasta ir a la cárcel.
Calcularon mal los uniformados el alcance de sus irrespetuosas acciones y midieron peor todavía la reacción de los altos mandos de la Seguridad Pública estatal y de las autoridades municipales, que si bien les concedieron el derecho a ser escuchados, nunca desistieron en su respaldo a Pérez Abarca y en el mensaje de proceder con mano dura contra los instigadores del polémico movimiento.
Denunciados penalmente y relevados de sus funciones de brindar seguridad a la ciudadanía por policías estales, federales y militares mientras mantenían su paro de labores, a los elementos revoltosos de la SSP de Cancún les fue bloqueada la comunicación de sus radios portátiles y de las patrullas para que no interfirieran con las tareas de los grupos operativos, así como también se enlistaron al menos a 170 para ser dados de baja y a los demás, de no reincorporarse de inmediato a sus funciones, se les advirtió que empezarían a descontarles los días de su salario.
Muchos brincos estando el suelo tan parejo. Pero sobre todo, brincos sin análisis previo de riesgo para ellos, que como suele suceder fueron utilizados como “carne de cañón” por los líderes de los grupos de interés y privilegios que han dominado de años atrás al interior de la Policía Municipal con plena impunidad, ni tampoco hicieron un cálculo medianamente exacto de cómo responderían “más arriba” de los cabecillas instigadores y del jefe expulsado. Y ya vieron que con rebeldía y violencia, nada se gana.
Puesta contra la pared y con las manos dobladas, la tropa uniformada cedió finalmente en su exigencia de echar del cargo a Pérez Abarca, a quien hoy, luego de dos días de infructuosas negociaciones con autoridades del estado y del municipio, le ofrecieron una disculpa y le piden regresar.
A través de un escrito entregado al mando municipal sacado el lunes de sus oficinas de vergonzosa manera -no tanto para él, como para sus insignias y uniformes-, la Dirección de Asuntos Internos le informó hoy que posterior a una reunión sostenida con los regidores de la Comisión de Seguridad, funcionarios del Ayuntamiento y directores de la corporación, “se encontró la vía ídonea para detener el paro realizado por los elementos de esta institución, que a partir de este momento y de manera inmediata todos se suman a estas decisiones”.
Añade el documento que “en ese sentido… desde este instante se comprometieron los agentes a desempeñar de manera conjunta con usted la función de Seguridad Pública encomendada por norma a esta corporación… y se le extiende una disculpa por parte de los agentes y su bienvenida para trabajar de forma coordinada para el bien común de los benitojuarenses”.
Agregan que quedan “a su entera disposición… con la encomienda de aportar nuestros conocimientos y pericia para salvaguardar la Seguridad Pública’.. reiterando nuestra subordinación a Usted y el día de mañana lo esperamos para retomar sus planes de trabajo en esta institución”, finaliza el comunicado.
El paro se resolvió y los rebeldes están dispuestos a retomar sus funciones, “cuadrándose” en lo sucesivo al jefe venido de Morelos y a quien desde un principio le hicieron frente. Eso, sin embargo, no anula los procedimientos penales y administrativos en contra de los autores de la revuelta, pues según el sentir de las autoridades ya es hora de desmantelar el “autogobierno” de la SSP municipal que se resiste a operar un cambio, que se empeña a mantener las cosas como están y que según las palabras del secretario estatal del ramo, Jesús Alberto Capella Ibarra, han hecho de la Policía de Cancún una corporación “altamente ineficaz y corrupta”.
De ese tamaño es el reto. Contra eso, es con lo que hay ahora que luchar.
Fuente: Jorge Castro Noriega/Facebook