El relleno sanitario de Mérida, ubicado en la comisaría de Susulá, enfrenta una situación crítica que ha puesto en alerta a la comunidad y a las autoridades. Desde hace dos semanas, largas filas de camiones recolectores de basura se extienden desde el Anillo Periférico hasta los accesos del vertedero, lo que evidencia un colapso inminente debido a la falta de espacio disponible para la disposición final de los residuos sólidos.
Este escenario de caos se desarrolla en un momento crucial, a pocos días del cambio de administración municipal. El problema no es nuevo; desde marzo pasado, el Observatorio Regional de Gobernanza y Políticas Públicas (ORGA) y el Observatorio Atmosférico de la UNAM en Yucatán habían advertido sobre la saturación del vertedero durante los “Diálogos participativos sobre la gestión de la basura en Mérida”. En estos foros, los expertos ya preveían que el aumento en la recepción de residuos, que pasó de 800 a 1,300 toneladas diarias en un corto período, conduciría al colapso del relleno sanitario.
La falta de una estrategia integral para la separación y manejo de residuos ha exacerbado la situación, obligando a los operadores de camiones recolectores a esperar más de dos horas para poder depositar su carga. Las deplorables condiciones del camino que conduce a la cima del vertedero, lleno de barro y con pendientes resbaladizas, han hecho que varios camiones queden atrapados, necesitando la asistencia de maquinaria pesada para ser remolcados. Esta operación improvisada ha resultado en la descompostura de varios vehículos, añadiendo aún más presión al sistema de recolección de basura de la ciudad.
Ante la gravedad del problema, vecinos y trabajadores del relleno sanitario exigen una intervención inmediata. La saturación del sitio no solo está afectando su funcionamiento, sino que también representa un riesgo ambiental y sanitario para toda la población de Mérida. La creación de una comisión con recursos públicos, que incluya la participación de la comunidad, científicos, empresarios y funcionarios, ha sido una de las propuestas clave para abordar esta crisis. Sin embargo, la falta de acción hasta ahora ha dejado a Mérida al borde de una crisis que podría tener consecuencias devastadoras.
Con la transición del gobierno municipal en curso, la comunidad espera que las nuevas autoridades prioricen la búsqueda de soluciones sostenibles para el manejo de residuos sólidos en la ciudad. El futuro de Mérida depende de decisiones que se tomen ahora para evitar que esta crisis se agrave aún más.