En el inicio de la primavera de 1803 desembarcó en el puerto de Acapulco proveniente de Ecuador, el prusiano Alexander von Humboldt. Realizaba un largo viaje de estudios científicos por la América hispana, sería una de las más destacadas mentes de su época. Fue principalmente, pero no únicamente, geógrafo, naturalista, astrónomo, humanista. Sus textos dejaron huella en la humanidad, la cual lo reconoce actualmente poniendo su nombre a cientos, quizá miles de instituciones educativas, a calles y avenidas, a docenas de centros de investigación, a diversos animales, a múltiples plantas, en la luna, un cráter recibe su nombre. Traía consigo una gran cantidad de instrumentos de observación y medición, pero sobretodo, traía una forma de observar el mundo tanto racional como humana a la vez, podía medir pero también comprender, entendía que todo finalmente se relacionaba entre sí. Esto le permitió ver el presente, pero también asomarse al futuro, la visión que tuvo Alexander von Humboldt del México del siglo XIX todavía tiene vigencia, su optimismo sobre nuestra tierra tenía sustento, conviene recordarlo en estos tiempos.
Como un ser humano inmerso en la ilustración y el pensamiento racional, Humboldt ve la economía y a la política en términos de desarrollo, no de mantenerse en el poder. Esto le hace calcular que la agricultura administrada correctamente de acuerdo a las características de nuestra diversidad geográfica, haría que México tuviera alimento suficiente e inclusive un excedente en cantidades tan grandes que pudiera alimentar a parte de la humanidad. Esto contrasta hoy con los millones de campesinos mexicanos de cruzan la frontera norte actualmente por la falta de oportunidades. Pero considero que si tuviéramos políticas públicas sustentadas en investigaciones científicas y se llevaran a cabo de acuerdo a estos estudios la visión del viajero decimonónico sería una realidad.
Algunos autores han señalado lo valioso de la perspectiva integral del Barón, en donde se ve como un todo economía, política y sociedad. El espacio, los recursos naturales y los humanos que lo habitan son estudiados como elementos integrados. Me viene a la mente que pudiéramos desarrollar cultivos e industria de acuerdo a lo que posee y carecen las diferentes regiones de nuestro país. Un plan de desarrollo en donde la producción de una zona apoye los faltantes de otra, por ejemplo la producción de alimentos beneficiara a los obreros de las áreas industriales.
Es de destacar que Humboldt vio con claridad el enorme potencial de la posición geográfica de México al tener acceso a ambos océanos, así como tener a nuestro alcance lo que llamo el “mediterráneo americano”: el caribe. Desde principios del siglo XIX vio que debíamos construir más y mejores puertos, lo que nunca se ha hecho. A pesar de nuestro vasto litoral, México casi no posee cultura marítima, y nuestras flotas pesqueras y mercantes son pequeñas en comparación a otras naciones americanas.
Reconoció la eficacia de la política fiscal novohispana, esto contrasta con las dificultades del México independiente para cobrar impuestos, situación que sigue siendo un reto para los gobiernos nacionales. Este científico viajero, también se percató de las marcadas diferencias socioeconómicas y las registro en sus textos. Optimista también reconoció la incipiente academia científica y siempre pensó que nuestra nación sería grande. Creo que tiene razón, es la falta de conocimiento lo que nos retiene.
Su recorrido por América concluyó en los Estados Unidos, en donde vieron el valor estratégico militar de la información que había recabado tan concienzudamente sobre la Nueva España. Los mapas de Humboldt fueron usados por los norteamericanos cuando invadieron nuestro país años después.
Las observaciones del Barón son vigentes el día de hoy. Como muchas teorías han demostrado, economía, política y sociedad deben de ser planeadas con una visión integral, con datos científicos. Geografía, recursos naturales y pobladores se relacionan entre sí. Por otra parte me queda claro que nuestro país todavía posee un gran potencial, lamentablemente son los extranjeros quienes lo ven con más claridad que nosotros mismos, siguen viéndolo, conviene que los mexicanos de hoy tomemos esos lentes prestados y veamos el enorme potencial que todavía posee nuestra tierra, denominada por Humboldt: “el cuerno de la abundancia”.