Investigamos qué reduce la libido de los jóvenes actuales, y esto fue lo que encontramos…
Succiona el tiempo en tandas de 30 minutos. La noche es su momento de actuación estelar. Te avisa. No es traidor. El siguiente episodio comenzará en 10 segundos. El encadenamiento de capítulos es un ascensor hasta la madrugada, el carburante de tus ojeras. Y el extintor de tu actividad sexual. Las series online absorben tus horas de sueño y, según un estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, de sexo.
– Ascenso vaginal
De acuerdo con la investigación, llevada a cabo por tres universidades en Estados Unidos con muestra de 27,000 millennials, el porcentaje de jóvenes entre los 20 y 24 años que afirma no haber tenido tipo de pareja sexual alguna desde los 18 es de 15%. La cifra dobla a la que produjeron sus padres, gran parte de ellos nacidos en la década de los 60.
Los hábitos sexuales han cambiado. Tyne Sherman, coautor del estudio y profesor de la Florida Atlantic University, explicó al diario británico The Guardian que aunque la tendencia detectada puede significar que los jóvenes optan por la abstención tras cumplir la mayoría de edad, “lo que problablemente refleje es que ahora existen más vírgenes que antes”.
– Cuestión de prioridades
Los servicios de series en streaming no son los únicos responsables. La quinta versión acústica de “Love Yourself ”, en la que te has caído tras haber visto el video original, los dos tutoriales de contouring posteriores y haber llegado a la semana 113 del perfil de Instagram de la novia de tu ex, también.
A la generación de jóvenes actual el tiempo libre se nos derrama en Internet. Además, aún viven con sus familias. Y al margen de compartir habitación con sus hermanos pequeños, la consecución de una carrera profesional, la pornografía y la normalización del sexo también juegan su parte en la contracción de la vida sexual de los millennials.
Para el doctor Héctor Galván, sexólogo y psicólogo miembro del Instituto Madrid de Sexología, “parece que tiene que ver con un cambio social a nivel de creencias, valores y prioridades. Los millennials son una generación más individualista, hedonista y con miedo al compromiso. Los jóvenes están más centrados en la búsqueda de su propia felicidad que en tratar de adaptarse al modelo previo establecido”.
– Administración energética
La carrera va por delante. En una entrevista con la publicación Business Insider, Helen Fisher, antropóloga y consejera científica jefa del servicio de citas digital Match.com, señaló el carácter ambicioso de la generación como el factor clave en la reducción de su vida sexual.
Trazar y consolidar cualquier unión emocional con alguien supone tiempo, esfuerzo y desgaste psicológico.
La intimidad del sexo y las hormonas que se liberan en el proceso, como la oxitocina, pueden crear y fortalecer lazos afectivos, aunque se trate de una relación esporádica. Por eso, si la cosa se forjara y luego saliera mal, su rendimiento laboral podría verse afectado.
Algunos jóvenes, como Pilar, enfermera de 23 años, evitaría comprometerse en el plano sentimental si éste le pusiera enfrente alguna piedrita que ponga en riesgo su desempeño laboral.
“Si aparece la persona adecuada, me arriesgaría. Pero si estoy en un momento de crecimiento personal y pensara que tener pareja me retrasaría, evitaría que apareciera”.
Un chico de 24 años graduado en historia, también: “Realmente lo pensaría. No creo que hoy pusiera en riesgo mi trabajo por una relación. Es una cuestión, sobre todo, de largo plazo”.
Ni siquiera el corto parece atraerles pese al exuberante catálogo que se despliega al teclear online dating en el buscador de los portales de aplicaciones.
Los millennials son menos propensos a mantener relaciones sexuales esporádicas que las generaciones que los preceden. “La cuestion es si estos jóvenes tienen menos interés por el sexo o si lo practican de manera más individualizada por medio de la masturbación o la pornografía”, señala el doctor Galván.
– Hasta en la sopa
El tiempo de los millennials lo repartimos entre los estudios, las prácticas profesionales y el maratón de series del fin de semana. Sin embargo, el tiempo de ocio viene en otro envoltorio. Y con el paso de los años, el sexo se ha normalizado. La revolución comenzó en los años 50 y conquistó su cima en el último cuarto del siglo XX. Desde entonces, el erotismo en occidente no es escaso ni clandestino.
Está en los videoclips, en los anuncios de perfumes y las portadas de las revistas. En el XXI, hasta el disfraz de una naranja o un bote de catsup se sexualizan. Su omnipresencia es una de las razones por las que a un gran número de millennials no les importa reconocer en público su ausencia.
“Por supuesto. Me parece natural decirlo. El sexo está sobrevaloradísimo”, asegura Antonio, estudiante de derecho y ciencias políticas de 24 años.“A mí no me daría vergüenza reconocer mi virginidad. Al contrario, haber esperado y no conformarte con cualquiera “me parece algo bastante bueno”, explica Ana, profesora de primaria de 23; “The Times”, canta el último Nobel de Literatura, “they’re a changing”. Será posible que ya lo hayan notado.
FUENTE: COSMOPOLITAN