CORRE LA VOZ
Por Jorge Castro Noriega
Y SIN EMBARGO… SE MUEVE
LA ASISTENCIA DE Carlos Joaquín al multitudinario ágape con el que el ex gobernador Joaquín Hendricks celebró este fin de semana su cumpleaños número 65 en Chetumal, revolvió y alborotó el hormiguero.
Al acudir al festejo y, con su presencia, avalar el calculado mensaje de fuerza política de Hendricks al emitir su convocatoria, el gobernador no sólo elevó la dosis de tensión entre los grupos que detentan y los que disputan –el festejado entre ellos– el control del PRI estatal, sino que echó leña a la aún humeante versión de la traición al partido por parte del cumpleañero durante la pasada campaña, donde mucho se dijo que jugó sus cartas en la mesa joaquinista.
Carlos Joaquín justificó su llegada a un evento eminentemente priista con un refrán: “Lo cortés no quita lo valiente”. Y es que, aseguró, lo único que hacía era “devolverle la cortesía” a Hendricks por haber asistido –aunque también lo hicieron otros ex gobernadores– a su toma de protesta en septiembre pasado.
Acompañado de sus secretarios de Gobierno y Finanzas, Francisco López Mena y Juan Vergara, Carlos Joaquín dijo no ver nada de malo en estos encuentros pues, dijo, la unidad debe prevalecer entre los quintanarroenses, independientemente de los partidos a los que pertenezcan.
De igual modo, descartó que este reencuentro con viejos y actuales amigos del PRI, al que perteneció muchos años antes de abandonarlo para buscar la gubernatura por la alianza del PAN-PRD, vaya a minar su promesa de castigo a sus antecesores en la administración estatal, por el tema de desvíos de recursos que, hasta la fecha, sigue flotando en el aire más como estrategia de campaña que como algo que en verdad vaya a poder cumplir.
Por su parte, Joaquín Hendricks, quien ya no tiene más título que el de militante y consejero nacional pues apenas el mes pasado entregó la Secretaría Técnica del Consejo Político Nacional del CEN del PRI que ocupó durante tres años, le tendió la cama a Joaquín y le puso el partido completo a su entera disposición, no obstante de que entre los presentes se encontraban el presidente y la secretaria general del PRI estatal, Raymundo King y Alondra Herrera.
Agradeciendo su visita, le aseguró al gobernador que “lo pasado deberá quedar en el pasado. Los colores aquí ya salen sobrando y lo esencial es trabajar unidos para un estado que necesita la unión de todos”. Y ya que se avecinan tiempos difíciles para todo el país, dijo, “el PRI se sumará a usted y a su plan de trabajo”.
Ejerciendo como una versión de vocero partidista no autorizada, Hendricks habló en general a nombre de todos los priistas y ofreció a su invitado de honor que “los aquí presentes vamos a hacer causa común para que si hay alguna inconformidad, irregularidad o agravio hacia los quintanarroenses, se reparen junto con el gobernador del estado”.
Y abundó entusiasmado: “No podemos dejar de darle el enfoque político a todo lo que hacemos, porque esa es nuestra vida; todos ustedes trabajan por servir a la sociedad y nosotros, desde la posición en la que nos encontremos, estamos obligados a contribuir con ustedes, para que juntos alcancemos nuestros objetivos sociales. En nosotros no va a tener adversarios, sino al contrario, vamos a construir junto a usted por el bienestar de los quintanarroenses”.
Demasiada seguridad, creemos, para quien según los grupos contrarios al interior del PRI quintanarroense, ya había sido desahuciado desde la cúpula nacional por traidor.
Sin lugar a dudas, Hendricks, a como la hipotética frase del discurso de retractación de Galileo Galilei ante los tribunales eclesiásticos, todavía se mueve y, más aún, parece encaminado a buscar posiciones de mayor relevancia en el 2018.
Una senaduría, es lo que se comenta. Y el gobernador, se percibe, no lo ve con malos ojos.
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INVITADO A LA FIESTA, Raymundo King, el líder estatal priista, no tuvo más remedio que apechugar de momento la puesta del partido en bandeja de plata a Carlos Joaquín.
Blanco de sistemáticas críticas a su actuación por parte de Joaquín Hendricks, quien hizo lo imposible por tumbarlo de la dirigencia, King aceptó asistir ante la invitación de su compañera de bancada en el Congreso, Leslie Hendricks, hija de su detractor, y porque, según comentó, en política hay que unir al PRI y reflejar la unidad de sus integrantes.
Pasado el incómodo momento un día después, el domingo, respondió al aventurado entreguismo del ex mandatario y desmintiéndolo aclaró que el PRI sólo está al servicio de los quintanarroenses y de su militancia.
Mediante un comunicado en el que también emitió su postura el delegado nacional Manuel Andrade, el dirigente priista estatal advirtió que uno de los grandes ejercicios en la nueva etapa del PRI es erradicar actitudes “donde se crea que se tiene la razón absoluta, pues actuaremos con el consenso de toda nuestra militancia”.
Andrade Díaz señaló que en el PRI todas las voces son escuchadas, principalmente la de sus liderazgos en el estado, “sin que esto signifique trastocar la verdadera esencia del priismo que es servir sólo a su militancia y a los ciudadanos”.
Al final, coincidieron ambos en que como partido opositor trabajarán de manera institucional para la gobernabilidad de Quintana Roo y reiteraron, con dedicatoria a Hendricks, que no permitirán que el partido sea “un instrumento personal o para intereses de grupo”.
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POR CIERTO, NOS cuentan que también en la Ciudad de México el ex mandatario celebró al más alto nivel sus seis décadas y media de vida.
Pero allá no lo hizo en una palapa rústica, sino en un hotel de lujo, a donde se dieron cita miembros de la élite política, empresarial, religiosa y sindical del país, así como altos dirigentes del CEN del PRI –donde se ve que conserva sus bonos– e integrantes de las Fuerzas Armadas, a las que pertenece con rango de teniente coronel, además de su carrera como abogado.
Compartiendo el pan y la sal con él estuvieron los senadores Félix González Canto(su sucesor en la gubernatura), Ricardo Urzúa, Patricio Martínez y Jorge Toledo, así como el obispo Antonio Chedraoui y el padre Fadi Rabbat.
Por ahí se les vio también al coordinador del ISSSTE, Alfredo Villegas; al líder de la CNOP en Sinaloa, Salvador Echegaray; a Javier Vega, coordinador de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados; en tanto que del CEN priista llegaron Ofelia Jasso, subsecretaria técnica de Operación; Pablo Casas, subsecretario de Vinculación Política y Eduardo Sadot, subsecretario técnico de Evaluación y Seguimiento, quien también fue su vocero durante su mandato como gobernador.
Con estos respaldos se mueve Hendricks en el estado y en el centro del país, y no dudará en usarlos para cristalizar sus proyectos actuales y futuros.
Raymundo King, por su parte, cuenta con la bendición del líder nacional Enrique Ochoa, al igual que las dirigencias y estructuras locales en Quintana Roo, que han cerrado filas en torno a él y rechazan cualquier injerencia.
Medirán fuerzas y la cacareada unidad priista, una vez más, será puesta a prueba.
