EL BESTIARIO SANTIAGO J. SANTAMARÍA
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Estados Unidos emite una alerta de viaje al Caribe Mexicano por los explosivos encontrados en otro ferry de Barcos Caribe de los ex gobernadores Roberto Borge y Félix González Canto…
En otro barco de la misma compañía se produjo hace una semana otra detonación que dejó más de una decena de heridos, entre ellos un estadounidense. El Gobierno de Quintana Roo y los alcaldes de los 11 municipios, deben unirse para acelerar las investigaciones que den con los autores de estas acciones, cuyo fin es provocar el pánico indiscriminado entre los ciudadanos y los turistas que nos visitan. Estados Unidos ha emitido este jueves una alerta de viaje a Playa del Carmen, en el Caribe mexicano, después de que fueran encontrados varios explosivos sin detonar en un barco para turistas que hace la ruta entre la isla de Cozumel y esta turística ciudad, según ha informado la Embajada norteamericana. “Los empleados del Gobierno de Donald Trump tienen prohibido utilizar todos los transbordadores turísticos en esta ruta hasta nuevo aviso. Las autoridades de México y de los Estados Unidos continúan investigando”.
La empresa Barcos Caribe detectó la presencia de los explosivos en uno de sus barcos, el Caribe II, e informó a la Secretaría de Marina Armada de México. La embarcación estaba atracada frente a la costa de la isla de Cozumel y llevaba 10 meses sin operar, según publica la prensa local. El gobernador quintanarroense, Carlos Joaquín, aseguró hace unos días que a la investigación de la explosión se había sumado el FBI. La explosión del 21 de febrero fue atribuida en un primer momento a un fallo mecánico. Unos 18 personas resultaron heridas y ocurrió antes de las 13:00 horas, minutos después de que la embarcación atracada en la turística Playa del Carmen.
Las autoridades deben unirse en estos momentos difíciles, para acelerar las investigaciones que den con sus autores. El terrorismo es el uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por corporaciones, grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores y gobiernos en el poder. El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se distingue del terrorismo de Estado, por el hecho de que en este último caso, sus autores pertenecen a entidades gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de guerra en que se produce en ausencia de guerra. La presencia de actores no estatales en conflictos armados, ha creado controversia con respecto a la aplicación de las leyes de guerra. La palabra “terrorismo” tiene fuertes connotaciones políticas y posee elevada carga emocional, y esto dificulta consensuar una definición precisa.
Es común el uso de la palabra por parte de gobiernos para acusar a sus opositores. También es común que las organizaciones e individuos que lo practican, rechacen el término por injusto o impreciso. Tanto los unos como los otros suelen mezclar el concepto con la legitimidad o ilegitimidad de los motivos propios o de su antagonista. A nivel académico, se opta por atender exclusivamente a la naturaleza de los incidentes sin especular sobre los motivos ni juzgar a los autores. Algunos medios de comunicación como la británica BBC, que desean enfatizar su imparcialidad, sugieren en sus guías de estilo evitar el término terrorista y terrorismo.
Dentro de los instrumentos utilizados para implementar actos terroristas, se incluyen diversas formas de violencia física contra las personas, como el secuestro, la tortura o la ejecución extrajudicial; diversas formas de violencia moral, como la amenaza de las anteriores o la presión social; diversas formas de violencia contra los bienes privados y públicos, como la destrucción de los mismos, con materiales explosivos o incendiarios. Finalmente, uno de los instrumentos más utilizados por los grupos terroristas es el atentado con explosivos contra blancos militares o civiles, para provocar muertes indiscriminadas o no.
Para James A. Piazza, el terrorismo es un resultado del orden democrático y de la debilidad en el sistema político. Profesor de Artes Liberales en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Pensilvania, su investigación examina los factores predictivos políticos, socioeconómicos y religiosos de los patrones de terrorismo en todo el mundo. También ha publicado sobre el tema de los derechos humanos y la represión estatal y el terrorismo, narcóticos, crimen y terrorismo, el impacto de los recursos naturales en los conflictos armados y la relación entre el desplazamiento interno, y las intervenciones militares extranjeras y el terrorismo. Este intelectual norteamericano defiende la idea de que una democracia con instituciones débiles, demuestra mayor propensión en relegar a ciertos grupos, quienes se transforman en “terroristas”. En el caso del terrorismo de estado, pueden citarse como ejemplo los bombardeos aéreos de ciudades. El Código Aéreo de La Haya de 1923, estableció que “está prohibido el bombardeo aéreo con el objeto de aterrorizar a la población civil…”. Sin embargo, esta regla y otras similares nunca fueron ratificadas por los países de mayor poder militar. En ese marco, algunos autores han citado como ataques terroristas el bombardeo de Guernica en 1936, o el que realizara Estados Unidos con bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en 1945.
La Resolución de la ONU 1566, recuerda que “los actos criminales, inclusive contra civiles, cometidos con la intención de causar la muerte o lesiones corporales graves, o de tomar rehenes con el propósito de provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en determinada persona, intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto, o a abstenerse de realizarlo, que constituyen delitos definidos en los convenios, las convenciones y los protocolos internacionales relativos al terrorismo y comprendidos en su ámbito, no admiten justificación en circunstancia alguna por consideraciones de índole política, filosófica, ideológica, racial, étnica, religiosa u otra similar, e insta a todos los estados a prevenirlos y, si ocurren, a cerciorarse de que sean sancionados con penas compatibles con su grave naturaleza”.
Cancún es el primer destino mundial del turismo del Caribe. No podemos vivir en la paranoia, tampoco en la ingenuidad, pero debemos prepararnos para hacer a situaciones extraordinarias como las vividas en los últimos días. Los que las provocan saben perfectamente sus repercusiones mediáticas. La utilización de bombas y su utilización indiscriminada, sin importarles ‘daños colaterales’, supone un nuevo escenario muy peligroso, donde nos jugamos mucho todos los quintanarroenses. Hoy más que nunca se impone la unidad de todos, sin fisuras, ante este nuevo escenario que se está dando en nuestro territorio. En este “hiperelectoral” 2018, es importante no politizar en demasía lo ocurrido, exigiendo a nuestra clase política que utilice los instrumentos necesarios para investigar y explicar a los ciudadanos de lo que está ocurriendo. Es importante, que los servicios de inteligencia hagan bien su trabajo y para ello debemos respaldarles en su labor, y exigirles unos resultados que devuelvan la seguridad a nuestros muelles y calles. ¡Viva la vida!, gritó el escritor Miguel de Unamuno en el paraninfo de la Universidad de Salamanca donde era rector, respondiendo así a un ¡Viva la Muerte!, inferido por el franquista general mutilado de la Guerra Civil, José Millán-Astray, fundador de la Legión y de Radio Nacional de España. La necrofilia no tenía cabida en la multicultural ciudad castellana, tampoco en las universales Cancún y Riviera Maya.