El deporte es un elemento central en la vida del ser humano desde su existencia. Ya no solo por su faceta social y de ocio, sino, principalmente, porque también es fundamental para mantener una buena salud física y mental.
El practicar una actividad física regularmente nos ayuda a, entre otras cosas, encontrarnos más en forma, mantener un peso saludable o mejorar la circulación. Además, el ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que reducen el estrés y la ansiedad, mejorando nuestro estado de ánimo y salud mental. En resumen, el deporte es una inversión en nuestro bienestar integral que mejora la salud en todos sus aspectos. Así lo aseguran, Irene Cifuentes y Niceto Gómez, psicóloga sanitaria y doctor, respectivamente.
Este último sostiene que una actividad física realizada de manera regular resulta esencial, no solo para el mantenimiento y mejora de la salud, sino también para la prevención de las enfermedades. «La actividad física reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, cáncer de colon y diabetes. Asimismo, ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal», añade el doctor Niceto Gómez.
Al mismo tiempo, señala que la relación entre el ejercicio físico y la pérdida de peso está adquiriendo más relevancia, pero no precisamente por su papel en la quema de calorías: «Esto se debe al hecho de que la práctica de ejercicio físico también influye en varios aspectos psicológicos relacionados con el exceso de peso, que pueden ser tanto la causa como la consecuencia de la obesidad».
El papel del deporte en la mente
Y es que, además de a nivel físico, el deporte puede ayudar a mejorar la salud mental del individuo. «El deporte en sí mismo puede ser una fuente de refuerzo positivo (es decir, una actividad gratificante) para quien lo practica, lo cual va a influir directamente en su bienestar emocional», sostiene Irene Cifuentes, psicóloga sanitaria. Según ella, este refuerzo puede derivarse de muchas causas: la consecución de los logros u objetivos propuestos, la mejora de nuestro rendimiento, el compartir estas experiencias con otras personas o el simple hecho de disfrutar del deporte que se practica.
«En general, podemos afirmar que practicar deporte va a ayudar al desarrollo de muchas capacidades. Además, enfrentarse a los retos deportivos puede aumentar las probabilidades de éxito y por tanto, mejorar la percepción de autoeficacia, es decir, la confianza en nuestra propia capacidad para lograr los objetivos propuestos», concluye Irene.
Por si fuera poco, el deporte también puede servir como báscula de escape en personas que están atravesando problemas mentales como estrés o ansiedad: «Si se asocia el deporte a una sensación de alivio del estrés o la ansiedad, hacer ejercicio puede acabar convirtiéndose en una estrategia de afrontamiento adaptativa y funcional, evitando así otras estrategias que no son saludables y en las que muchas personas recaen como es el consumo de sustancias».
Por otro lado, según la psicóloga, el deporte muchas veces implica enfrentarse a situaciones de presión, y el exponerse de forma repetida a dichos retos puede influir en que la respuesta de ansiedad disminuya.
Fuente: https://www.marca.com/ganamosjuntos/2024/10/28/671f84d346163fa4428b458f.html