El Festival de Cultura del Caribe celebró su primera edición en junio de 1988, durante el gobierno de Miguel Borge Martín.
El primer festival reunió a delegaciones artísticas y culturales de 14 países. Hubo muestras gastronómicas, cinematográficas, de artes plásticas, de teatro, del libro caribeño y un encuentro de científicos sociales, aparte de la música de esta región de inaprensible magia. En esa ocasión, el periodista Jesús García Olvera (q.e.p.d.), escribió un hermoso texto que es pertinente recuperar hoy que el festival yace en el olvido.
García Olvera, un periodista de combate y un apasionado estudioso de la historia de México y del Caribe, vino al Festival del Caribe a vivir la alegría y el prodigio de la música y la literatura de esta región pluriétnica y pluricultural. García Olvera fue un gran amigo de este columnista, y le tenía un gran aprecio a la periodista Lilia Arellano, a la que valoraba no sólo por su talento sino también por su valor. También fue un amigo entrañable de nuestro querido amigo Jesús Ocejo Cazares, fallecido hace tres años.
He aquí algunas de sus impresiones en un texto que conserva este reportero. “El Festival Internacional de Cultura del Caribe que simultáneamente se celebra en Cancún, Chetumal, Cozumel e Isla Mujeres no es una fiesta común o un acto más de la cultura cuya presencia efímera asegura una paz sepulcral. Tampoco es un nuevo festival cervantino retocado. Hoy Quintana Roo es una fiesta total, arrobadora, subyugante, exótica, ajena y propia. La gente será diferente a partir de esto, me refiero a todos aquellos tuvieron la oportunidad de ver, oír, danzar y aplaudir. Las manos, las miles de manos agitadas, adoloridas dulcemente por la aprobación que las palmas prodigan no se cansan ni se posponen para el reposo. El Caribe, ese mar tan lejano, remoto y rezagado ha invadido a México de pronto, insólitamente, descomunalmente y bajo las formas estrictamente inesperadas del azoro estridente”.
Jesús García Olvera era un profundo conocedor de la historia de México, especializado en las historias regionales. Poseía una de las bibliotecas más completas acerca de la historia de México en sus diferentes etapas. Generoso, de una estirpe moral ya en extinción, García Olvera vino a Cancún a ser testigo del Primer Festival y dejó plasmadas sus impresiones en este texto que hoy recuperamos en un fragmento intenso. García Olvera siempre creyó que México es la suma de sus regiones y no un todo homogéneo.