El pan de muerto ha dejado de ser una receta inamovible, pues lo que alguna vez fue una masa esponjosa perfumada con azahar y azúcar, hoy se transforma en un lienzo para experimentar con nuevos sabores, rellenos y texturas. Desde ingredientes tradicionales como el piloncillo y la mantequilla dorada, hasta creaciones con tocino o nata francesa, conquistan el paladar en este año, demostrando que la panadería mexicana vive un momento de creatividad absoluta
La Paneada de Santa Clara 2025 reunió a algunas de las panaderías más reconocidas de la Ciudad de México (CDMX) en una competencia que celebró tanto la herencia del pan de muerto como su capacidad para transformarse.
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- Durante el evento, los asistentes degustaron desde versiones clásicas que evocan los altares familiares hasta panes que combinan ingredientes inesperados, aromas internacionales y rellenos que desdibujan los límites del postre mexicano.
Rellenos de café de olla o como buñuelo: así es el pan de muerto de este 2025
El punto de partida lo marcaron las panaderías que apuestan por la esencia de siempre. La panaderia Consuelo presentó un clásico con una masa brionche perfumada con flor de azahar, mantequilla dorada y glaseado cítrico; esta creación le valió el primer lugar en la categoría de tradicionales.

Dentro de esta misma sección se encontró la creación de Dulce Mando, quien presentó un pan de muerto tradicional, de masa dulce y esponjosa, con sutil aroma a azahar, ralladura de naranja y una cobertura de azúcar cítrica que evoca las tardes de noviembre. Elizondo también mantuvo la línea clásica con una masa tipo brioche, ligera y mantequillosa, mientras que Daves Home Bread ofreció una versión enriquecida con yemas, mantequilla y especias como cardamomo, clavo, canela y ralladura de mandarina.






Del otro lado del mostrador, se encontraba la audacia, pues este año, diversas panaderías presentaron apuestas que se alejaron de lo esperado, entre ellas se encontró el croissant de Sofitel, este pan en forma del tradicional pan francés, pero con huesos muy mexicanos no solo tenía una presentación extrovertida, sino que contaba con un relleno de crema de café de olla que permite saborear las notas de la cafeína y el cacao en cada mordia.
Otra de las creaciones más llamativas fue la de Bueñuelo, quien llevó el contraste al límite con su cubierta de chocolate blanco y trozos de tocino; aunque la combinación no suena la más apetecible del mundo, el sabor se complementa, pues los contrastes permiten tener toques salados y dulces al mismo tiempo; dicho sabor le dio el primer lugar en la categoría “más original”.
- Otra de las fusiones culinarias que destacó es la de Tere Cazola, con un pan de muerto al queso de bola que recuerda al sabor salado de los tradicionales panes de Michoacán pero con las notas dulces y de nuez propias de este quesillo.

En el terreno de los rellenos, este año la apuesta se alejó del tradicional relleno de nata y queso con zarzamora; pues la Pastelería Mallorca, ganadora del primer lugar en dicha categoría, presentó un pan relleno de queso mascarpone y compota de guayaba especiada con piloncillo, mezcla que une la dulzura del trópico con el sabor artesanal del pan mexicano.
La panaderia Carolo llevó el relleno a otro nivel con dulce de leche y trozos de nuez tostada, coronado con pinole negro, mientras que Entre Zarzas y Arándanos sedujo con crema de almendra, salsa de chocolate oscuro y crumble de cacao.
También destacaron la propuesta de Maison Kayser, con nata francesa; Sofía Cortina, con crema de vainilla veracruzana; y Iddis Bakery, que fusionó el maritozzo italiano con la concha mexicana y aromas de vainilla de Papantla.
Todas estas propuestas reflejan cómo la panadería contemporánea mexicana se atreve a jugar con lo inesperado sin dejar de rendir homenaje al Día de Muertos.

























