REDACCIÓN MACRONEWS.- Se confirma la alianza más observada y temida del siglo XXI: las dos superpotencias más poderosas del continente asiático han decidido combinar sus flotas navales por primera vez en la historia contemporánea. Este acercamiento marca un hito sin precedentes en el escenario geopolítico global, al coordinar operaciones navales que elevan la cooperación militar entre Rusia y China a un nivel técnico y estratégico nunca antes visto.
La maniobra, que ha encendido alarmas en las capitales occidentales, representa una reconfiguración total del equilibrio estratégico en rutas marítimas sensibles. Por primera vez, las armadas de ambas naciones realizaron ejercicios integrados de gran escala, compartiendo no solo logística y despliegue táctico, sino también un mando operativo unificado. Esta interoperabilidad demuestra una voluntad política clara de proyectar poder naval coordinado lejos de sus costas, protegiendo intereses comunes ante presiones externas.
La combinación de flotas genera un efecto multiplicador en el alcance global de ambas naciones. Mientras Rusia aporta su vasta experiencia en combate naval y presencia en zonas estratégicas, China suma el volumen, la tecnología de punta y una marina en fase de expansión acelerada. Juntas, estas potencias equilibran la superioridad marítima tradicional que han mantenido Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, obligando a las potencias occidentales a recalibrar sus estrategias de disuasión.
Aunque no se ha anunciado la firma de un pacto de defensa formal, la realidad operativa en el mar sugiere una etapa de competencia de grandes potencias mucho más agresiva. La capacidad de actuar de forma conjunta en áreas de alto valor geoestratégico altera el equilibrio naval global, consolidando un bloque que busca garantizar su propia visión de paz y seguridad en los mares del planeta bajo un esquema de cooperación «sin límites».
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