Por supuesto que esto tiene que ver con la constante distribución de la riqueza desigual en México desde su origen. Esto se entiende mejor si nos hacemos conscientes de dos graves errores de perspectiva que hemos tenido como sociedad a lo largo de décadas.
1. No hemos tenido un Proyecto de Nación enfocado en la creación de una sociedad generadora de riqueza.
En el siglo XIX los liberales proponían esto pero gano el proyecto porfirista que en la práctica sustentó su economía en la hacienda agrícola y mucho menos en la creación de industria. A los gobiernos posrevolucionarios les ganó el gusto por el dinero y el poder.
2. Una percepción generalizada es que no podemos cambiar nuestra circunstancia sociopolítica.
El Gobierno es demasiado grande y poderoso, Estados Unidos evita que crezcamos o ideas semejantes que pertenecen a ese cuerpo de pensamientos que los filósofos mexicanos de 1930 denominaban “existencialismo trágico”
Los mexicanos sabemos cambiar nuestra sociedad:
México se transformó de un país de campesinos a un país de grandes ciudades en 20 años, después de la Revolución Mexicana.
Un país completamente fragmentado, con constantes luchas internas, fue fácil victima de los Estados Unidos en 1848. Pero mucho más cohesionado logró expulsar a los franceses en 1867. Un cambio profundo en 20 años.
Si iniciamos ahora podemos construir esa sociedad que queremos en 15 o 20 años, con la tecnología de la comunicación quizá en menos tiempo.