El próximo fin de semana deben resolverse las candidaturas a las presidencias municipales que faltan por definirse, fundamentalmente en el frente que encabeza Andrés Manuel López Obrador y la coalición que integran el PAN. PRD y Movimiento Ciudadano.
Por el lado del PRI el fin de semana pasado se definieron prácticamente todas las candidaturas en los siete ayuntamientos en los que tiene mano. Su aliado Nueva Alianza repetirá con sus presidentes municipales en funciones en Lázaro Cárdenas y Bacalar, mientras que el Verde lo hará en Benito Juárez y Puerto Morelos.
Las designaciones en el Verde obedecen a procesos diferentes a los del PRI, tienen sus propios tiempos que se cumplirán antes de que termine este mes.
Pero es Morena y en el frente del PAN, PRD y MC donde hay sobresaltos, donde sobran las desconfianzas, la falta de acuerdos y las inconformidades por la manera como se toman las decisiones.
En el caso de Cancún, la cabecera de Benito Juárez, el peso de la decisión estará en el candidato presidencial de Morena Andrés Manuel López Obrador y aunque se da por hecho que la candidata a alcaldesa será Mara Lezama, en realidad esa posibilidad no está plenamente consolidada, pende de alfileres y cualquier cosa puede ocurrir.
Lo que sí es cierto es que las encuestas dan a Morena amplias posibilidades de triunfo en Benito Juárez prácticamente sin importar su candidato, pero los dirigentes de ese partido deben ser responsables y nominar a quien tenga las posibilidades de desempeñar un buen gobierno. Cancún ya no está para experimentos.
Internamente hay una lucha por ver qué grupo pone candidata y ese enfrentamiento se ve con claridad en el caso de Solidaridad, donde incluso ya se impugnó la designación de Laura Beristaín, debido a que la convocatoria establecía que allí sería hombre el abanderado y al final se optó por la diputada local.
En el estado ha habido experiencias dentro del PRD en el que los candidatos originalmente designados han sido inhabilitados por los órganos electorales, debido a que la nominación no cumplió con los requisitos de la convocatoria. No hay que olvidar que Morena fue fundado por ex perredistas, con todos sus vicios y virtudes, si es que las tienen.
Así, las designaciones de Morena están conflictuadas en los dos municipios económicamente más importantes del Estado. ¿Será casualidad?
Por lo que se refiere a la alianza PAN-PRD-MC, el frente sufrió un duro golpe con la aprehensión del ex secretario de Finanzas y Planeación, Juan Vergara Fernández, quien al estar sujeto a proceso (el equivalente a auto de formal prisión en el viejo argot judicial) perdió sus derechos ciudadanos y por tanto no es elegible. La carta en la que comunica al PRD, el partido que lo postulaba, su declinación a la candidatura estaba de más.
Ese golpe agarró a los “frentistas” en la renegociación de su candidatura a la presidencia municipal de Benito Juárez. El “Altar Mayor”, el “Alto Mando” o “El jefe” no estuvo de acuerdo en la designación de Emiliano Ramos Hernández, pues no se le ven posibilidades de ganar.
Y ante la pobreza de opciones -pues el PRD no se preocupó en formar cuadros- el Frente tuvo que voltear a mirar hacia el PRI y se encontró con José Luis “Chanito” Toledo Medina que, dicen, despierta simpatías en el “Altar Mayor”.
Toledo Medina está realizando el trabajo que necesita hacer para amarrar la candidatura, está tejiendo su nominación y, cosa rara, los altos mandos perredistas en el estado lo ven bien, aún cuando su procedencia sea borgista. ¿Pero quién no tiene pasado borgista en el Congreso y en el Gobierno?
En el PRD pesa el pragmatismo que cualquier otra cosa y “Chanito” les garantiza votos y una candidatura competitiva que también puede jalar sufragios para los candidatos a diputados y senadores.
Emiliano Ramos puede ser el sustituto de Juan Vergara en el Distrito 3. No se quedaría al aire.
La irrupción de Toledo Medina en la antesala del Frente es en la práctica su renacimiento político. En algún momento se desvinculó de las irregularidades del borgismo, porque si bien fue el proyecto de Roberto Borge para la sucesión, al final terminó siendo una víctima y en todo caso las funciones legislativas a las que se dedicó fundamentalmente luego de ser tesorero municipal lo mantuvieron al margen de cualquier acción irregular o ilegal atribuible al borgismo.
El renacimiento político de Toledo Medina sería en los hechos el nacimiento de su propia corriente política. No hay que descartar que en poco tiempo se empiece a hablar del “chanismo”, pero para ello primero debe ser candidato y luego ganar la elección.
Mientras, hay que esperar a que con el fin de semana llegue el día “D”.
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