EL BESTIARIO
España quiere el cambio, habrá presidente socialista en noviembre si el PSOE pacta con los partidos emergentes ciudadanos, surgidos de los ‘indignados’ de la Puerta del Sol de Madrid, el ‘Schwarzenegger’ del PP, José María Aznar
La foto de la jornada de este domingo electoral fue la que aparece el líder de la derecha española, José María Aznar, en el momento de la votación. Esta imagen es la que ilustra la portada de nuestra revista digital EDUCACIÓN Y CULTURA. El expresidente español del PP, conocido también como el ‘Arnold Schwarzenegger’ castellano, por su obsesión por ponerse cachas a sus más de cincuenta tacos, después de no haber hecho deporte durante toda su vida, es el actual director de una fundación ‘ideológico’ del neoliberalismo ‘made in spain’, denominada FAES, cuyos estudios rancios de la actualidad nacional e internacional hacen sonrojar a muchos de los propios militantes ‘peperos’. Confunden los deseos de Don José María, con la realidad.
A priori, unas elecciones autonómicas y municipales son terreno abonado para generar toda suerte de imágenes curiosas. Este 24 de mayo han dejado al menos dos que han generado toda suerte de comentarios en las redes sociales. Por ejemplo está la del momento en el que Aznar ha ejercido su derecho al voto junto a su mujer Ana Botella, que se despide de la Alcaldía de Madrid. ¿No ve algo curioso en el daguerrotipo que encabeza EL BESTIARIO? Fíjese e en la nuca de Aznar y cómo el pelo de una persona que está detrás de él provoca que parezca que lleva coleta. El ‘pelazo’ habitual de Aznar, con un flequillo revoltoso, pareciera por un momento que no es el expresidente quien vota, sino el mismísimo Pablo Iglesias, el líder del ‘anticastas’ Podemos.
Otra de las imágenes de la jornada la ha protagonizado un perro. Pero no uno cualquiera: Pecas, el animal de Esperanza Aguirre, candidata a la alcaldía de Madrid, parecía en la mañana del domingo que no quería volver a casa. Un ‘No nos moverán’ muy propio de Podemos.
Miles de valencianos se han reunido este domingo en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia para celebrar con una ‘gintonicada’ simbólica el resultado electoral en la ciudad de Valencia y el final de la mayoría absoluta de Rita Barberá tras 24 años al frente del consistorio valenciano. La jornada ha estado organizada por el ‘Projecte Intifalla’ a través de la difusión de la convocatoria en diferentes redes sociales bajo el título ‘Good Bye Rita: brindis de gintonics’…
La izquierda está en condiciones de hacerse con la mayoría de las capitales de provincia y comunidades si es capaz de negociar
Vuelco histórico en las elecciones municipales y autonómicas que anticipa un nuevo escenario político en España: el PP sigue siendo el partido más votado pero solo con el 26,7% y con mucho menos poder territorial, porque la izquierda está en condiciones de hacerse con la mayoría de capitales de provincia y comunidades si es capaz de pactar.
El símbolo de ese cambio es la candidatura popular que encabezaba Ada Colau que ha ganado en votos en Barcelona y protagonizará un cambio histórico con mayoría de izquierdas en la segunda ciudad de España. Barcelona podría tener en breve una alcaldesa que ha ganado procedente de movimientos sociales y de izquierdas, según el escrutinio provisional. El tablero político en España sigue cambiando radicalmente como anticipaban los sondeos.
“Ha ganado la mayoría de cambio”, ha proclamado Manuela Carmena, cabeza de lista de Ahora Madrid, anticipando el pacto.
Con acuerdos de la izquierda (PSOE y Podemos) el PP podría perder ayuntamientos de capitales de provincia, incluido el simbólico de Madrid. En la capìtal el PP gana en votos, pero un acuerdo entre Ahora Madrid y PSOE puede arrebatar la alcaldía a los populares. En los ayuntamientos de Valencia y Valladolid, entre otros, acuerdos del PSOE con otras dos fuerzas de izquierda pueden arrebatar también la alcaldía al PP, pese a ser los populares los más votados.
Esos acuerdos pueden dar a la izquierda las comunidades de Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia y Extremadura. El PP, sin mayorías absolutas en ninguna comunidad, solo podría gobernar con acuerdos en Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia, pero depende de Ciudadanos.
Pactos entre PSOE y Podemos y las candidaturas que apoya mandarían a la oposición a destacados dirigentes populares como Esperanza Aguirre, José Antonio Monago, Alberto Fabra, Rita Barberá, Dolores de Cospedal y Javier León de la Riva, entre otros.
El PP se desploma y siendo el partido que gobierna con mayoría absoluta en España no llega al 28% de los votos de los españoles
El hundimiento del PP hace que pese a ser el partido más votado en las elecciones municipales tenga solo con el 27%. El PP se desploma y sufre un descenso notable de votos y siendo el partido que gobierna con mayoría absoluta en España no llega al 28% de los votos. Por el momento, el control de algunas comunidades y ayuntamientos queda a la espera de negociaciones y pactos, pero ya está muy lejos del panorama anterior de mayorías absolutas claras y hegemónicas del PP y con opciones de cambio.
Perdería votos en todos los territorios y sufre también una posible pérdida notable de poder en ayuntamientos y en comunidades autónomas. Su batacazo electoral facilita el histórico vuelco político en ayuntamientos simbólicos como Barcelona y Sevilla y está a punto de hacerlo en Madrid si hay acuerdo entre la izquierda.
Ada Colau, que lideró los movimientos contra los desahucios, crea un panorama insólito en Barcelona, superando al ‘independentista’ CiU
El movimiento social que partió del 15-M, que ha unido a grupos políticos de la izquierda, a Podemos y a grupos ciudadanos, ha ganado en votos en Barcelona con Colau y estuvo a punto de ser así en Madrid con Manuela Carmena. Las dos principales ciudades de España podrían tener alcaldesas tan simbólicas y estaríamos cerca de un terremoto político para las generales previstas para noviembre.
Ada Colau, que lideró los movimientos contra los desahucios, crea un panorama insólito en Barcelona, superando a CiU, que gobernaba en minoría con Xavier Trías. Este resultado amenaza la hegemonía soberanista de cara a las autonómicas catalanas del 27 de septiembre.
Esperanza Aguirre, la gran apuesta de Mariano Rajoy, en Madrid está a punto de ser el símbolo del batacazo del PP, tras 24 años de mayoría absoluta popular, si hay acuerdo entre Ahora Madrid y PSOE. Su designación pudo ser un ser un error del presidente del Gobierno y líder popular, porque más que movilizar a votantes del PP ha movido a los de la izquierda frente a Aguirre y agrupados en torno a Carmena. De hecho, en la Comunidad de Madrid, la candidatura de Cristina Cifuentes ha logrado mejores resultados, es la más votada por muy estrecho margen, aunque sin mayoría absoluta y con pérdida notable de votos. Podría pactar con Ciudadanos y la comparación con Aguirre podría provocar una crisis en el PP.
Si no hay acuerdos, la ley electoral prevé que en ayuntamientos si nadie tiene mayoría absoluta gobierne la lista con más votos populares. Pero si pactan Manuel Carmena y Antonio Carmona podrán arrebatar la alcaldía al PP y habrá alcaldesa de izquierdas en Madrid.
El bipartidismo en España pierde fuerza con Podemos, el PP y el PSOE suman todavía el 50% de los votos, antes llegaban al 80%
La irrupción de Podemos en las comunidades y de las candidaturas populares que apoya en los ayuntamientos ha alterado definitivamente el mapa político y ha hecho que el bipartidismo siga cediendo terreno y poder, aunque los dos sigan en cabeza. La suma de sus votos supera por poco el 50%, cuando habitualmente llegan al 80% entre PP y PSOE.
Podemos y las candidaturas municipales que respalda logran ser llave en multitud de comunidades y ayuntamientos. Su capacidad de decisión deja en sus manos el mapa político español, lo que aumenta su poder en solo un año de existencia y de resultados ascendentes.
Podemos irrumpe para tirar de la izquierda y aliviar el resultado del PSOE con pactos de gobernabilidad en ayuntamientos y comunidades.
El PP bajaría 11 puntos con respecto a las municipales de 2011, 21 con las generales de ese mismo año e iguala las europeas de 2014. El PSOE pierde dos puntos con respecto a las anteriores municipales, dos con las generales y sube dos con las europeas de 2014, en las primeras elecciones con Pedro Sánchez como líder, siempre según datos provisionales. No puede vender que es el más votado en sus primeras elecciones nacionales, pero sí aumento de poder territorial si es que pacta. El ascenso de Podemos y un posible acuerdo alivia su resultado.
Los populares son los más votados en las comunidades de Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia, Madrid, Baleares, Murcia y La Rioja, pero necesita para pactar y sumar a Ciudadanos en tres comunidades. No conserva ninguna mayoría absoluta.
Por estrecho margen, Dolores de Cospedal puede ser otra de las derrotadas, porque puede no llegar a tener mayoría ni con Ciudadanos. Un acuerdo PSOE-Podemos daría el Gobierno al socialista Emiliano García-Page. Esa situación podría tener consecuencias internas en el PP tras la apuesta de compatibilizar la presidencia regional y la secretaría general del partido.
Se anticipan turbulencias en el PP y las muchas dudas ante las generales con Mariano Rajoy, el actual presidente, como cabeza de lista
El partido de Rajoy tampoco resiste en la Comunidad Valenciana, donde, castigado por la corrupción, no le vale un acuerdo con Ciudadanos. El socialista Ximo Puig podría ser presidente, aunque haya perdido más de diez diputados.
En Extremadura, José Antonio Monago pierde y un pacto de izquierdas le daría la presidencia al socialista Guillermo Fernández-Vara.
Se anticipan turbulencias en el PP y las muchas dudas ante las generales con Mariano Rajoy como cabeza de lista. Con estos resultados es incierto el duelo de las generales.
El PSOE está a solo un punto del PP en el global, pese a que no llega ni siquiera al resultado de las municipales de 2011 y es el más votado solo en las comunidades de Asturias y Extremadura. Su éxito es que recupera mucho poder institucional en capitales y comunidades si es capaz de pactar con Podemos y las candidaturas vinculadas a movimientos sociales.
El PSOE es el primer partido solo en Asturias y Extremadura, pero también precisa pactos para gobernar. No se aprovecha de la caída del PP y en la Comunidad Valenciana, pese a los escándalos, no es capaz de superar a los populares. No obstante, lo acuerdos le salvarán en comunidades como Valencia y Castilla-La Mancha, donde podría gobernar. El socialista Ángel Gabilondo, la gran apuesta de Pedro Sánchez, queda a las puertas del Gobierno regional, porque por poco no puede sumar con Podemos.
Ciudadanos irrumpe en el panorama político español, con el 6,45% de los votos en municipales (de los cuatro es el partido con menor número de candidaturas) y con capacidad de decisión en autonomías. No obstante, en algunos lugares como la ciudad de Madrid no logra cubrir sus expectativas por la polarización entre PP y las candidaturas de izquierda. No son decisivos como esperaban en ayuntamientos como Madrid o Valencia y comunidades como Castilla-La Mancha, o Extremadura, entre otras, y eso les quita relevancia política. Sí puede serlo en la Comunidad de Madrid.
IU cae al 4,78% y UPyD al 1% del global, confirmando su paso hacia la desaparición institucional.
La izquierda conquista la alcaldía de Madrid tras 24 años de gobierno del PP, Manuela Carmena lograría mayoría absoluta con el apoyo del PSOE
El Partido Popular, que hace cuatro años rozó el 50% de los sufragios y lleva gobernando la capital con mayoría absoluta desde hace 24 años, se ha hundido en las elecciones municipales celebradas este domingo y, pese a resistir como la fuerza más votada, podría perder la alcaldía si Ahora Madrid y el PSOE forjan una alianza. Con el 99,7 % de los votos escrutados, la candidata del PP, Esperanza Aguirre, ha obtenido 21 concejales, frente a los 20 de Manuela Carmena, cabeza de lista de la formación integrada por Podemos y Ganemos. Aguirre ha superado en porcentaje de voto a su rival (34,5% el PP, 31,9% Ahora Madrid), pero Carmena podría gobernar con el apoyo del socialista Antonio Miguel Carmona. El PSOE ha sumado el 15,3% de los votos y nueve concejales. La mayoría absoluta son 29 concejales.
Ciudadanos ha obtenido el 11,4% de votos y siete concejales. Izquierda Unida (1,7%) y Unión Progreso y Democracia (1,8%) se han quedado fuera del pleno municipal al no superar la barrera del 5% de votos. Vox ha sumado el 0,6%.
En caso de que ningún partido lograra cerrar un pacto para asegurar la mayoría absoluta, gobernaría la lista más votada. Es decir, si Ahora Madrid no obtiene el respaldo del PSOE en la primera votación, dentro de 20 días, Aguirre (que durante la campaña calificó esa alianza como “coalición de perdedores”) sería automáticamente alcaldesa en la segunda votación. Tan solo 10.000 votos han separado al PP de restar un concejal a Ahora Madrid, arrebatando así la posibilidad de una mayoría absoluta a la izquierda.
En su papel de presidenta del PP madrileño, Aguirre ha comparecido ante la prensa a medianoche para presumir de que su formación ha sido la más votada “tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento” de la capital, y ha ganado además en 119 de los 179 municipios de la región. Como candidata, ha indicado: “Hemos vencido: de acuerdo con la ley, como el partido más votado, tendríamos la alcaldía siempre que no haya un acuerdo con otros partidos”.
“La corrupción nos pasa factura, el desapego hacia los políticos, aparte de la larga crisis y el paro”, es el ‘mensaje’ liberal de Esperanza Aguirre
Pero por primera vez en un cuarto de siglo, una coalición de izquierda puede llevar al PP a la oposición en el Ayuntamiento: “Hemos recibido el mensaje de los madrileños, somos conscientes de que hemos pasado del 48% al 34% de los votos. Tanto si soy alcaldesa como si hay un pacto que me envía a la oposición, seguiré representando y defendiendo los principios y valores del partido, liberal y conservadores, desde el lugar donde me han puesto”.
¿Qué ‘mensaje’ ha recibido Aguirre? Mucho más pausada que durante la campaña electoral, y respondiendo a las preguntas de los periodistas como los responsables nacionales de su partido no han hecho, la candidata ha explicado: “El mensaje es la crisis tan larguísima, que si bien se le ha dado la vuelta sigue siendo muy larga y sigue habiendo mucha gente en el paro; la corrupción, que sin duda nos pasa factura; y un cierto desapego hacia los políticos, que es consecuencia de la ley electoral”.
El candidato socialista, Antonio Miguel Carmona, se ha comprometido a lo largo de la campaña electoral a respaldar a la candidatura “progresista” más votada, lo que allanaría el camino hacia la alcaldía a Manuela Carmena. Pese a la derrota incontestable (el PSOE pierde cuatro concejales y pasa a ser tercera fuerza política en el Ayuntamiento), podría salvar así la cara con un pacto que le permitiera entrar en el gobierno municipal.
Su posición en el partido es delicada: frente al respaldo sin fisuras que el secretario general, Pedro Sánchez, ha brindado al candidato regional, Ángel Gabilondo, el apoyo a Carmona ha estado siempre en entredicho. Sánchez apartó en febrero al secretario regional, Tomás Gómez, y colocó en su lugar como candidato a Gabilondo; entonces, Carmona salió a defender a Gómez, aunque luego se distanció de su “amigo”.
La aspirante de Ciudadanos, Begoña Villacis, había prometido apoyar al partido más respaldado. Sin embargo, sus votos no permitirán elevar a la alcaldía a Aguirre, lo que en cierto modo será un alivio para su formación aunque perderá su condición más ansiada: ser bisagra de los pactos en el pleno municipal entre izquierda y derecha. “Las mayorías absolutas han sido un ejercicio de absolutismo que han alejado mucho a personas como yo, que en su día si se veían reflejadas en los grandes partidos”, señaló anoche Villacis.
La pugna entre Ahora Madrid y el PP ha partido en dos la ciudad. Hace cuatro años, los populares ganaron en todos los distritos excepto en Puente de Vallecas (PSOE). En esta ocasión, se han impuesto en Barajas, Chamartín, Chamberí, Ciudad Lineal, Fuencarral, Hortaleza, Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Salamanca y Retiro. La formación de Manuela Carmena ha sido la más votada en Arganzuela, Carabanchel, Centro, Latina, Puente de Vallecas, San Blas-Canillejas, Tetuán, Usera, Vicalvaro, Villaverde y Villa de Vallecas.
En la capital han votado 1.558.198 personas, el 68,66% de los madrileños con derecho a sufragio. La abstención ha alcanzado el 31,34%. Ha habido un 0,97% de votos en blanco y un 0,77% de votos nulos. Hace cuatro años, la participación fue del 67,22%, con una abstención del 32,78%. Hubo un 2,84% de votos en blanco y un 1,82% de votos nulos.
“El líder populista arenga al pueblo contra el ‘no pueblo’, anuncia el amanecer de la historia, promete el cielo en la tierra”
Como es normal, todos los partidos han resultado vencedores en las elecciones municipales y autonómicas de España de este domingo, si uno se deja llevar por sus declaraciones a los medios y sus mensajes en las redes sociales. Estos días nos aburriremos de mil y un comentarios en ese sentido. Nadie quiere reconocer sus ‘derrotas’. A pesar de la irrupción en la vida parlamentaria de muchos ‘indignados’, la ‘arqueología del populismo’ como los define el escritor mexicano y director de la revista cultural Letras Libres, Enrique Krauze, no logró ‘acabar’ con la historia de dos partidos democráticos, el PP y el PSOE que fraguaron la ‘Transición Democrática’ en España. El propio expresidente Felipe González tuvo que recordarle al ‘Coletas’ de Podemos, Pablo Iglesias, que si él y otros jóvenes pudieron acceder a la Universidad fue gracias al sistema de becas que promovieron durante la etapa histórica que él tanto cuestiona y desprecia y que permitió una redistribución de la riqueza en España.
“El populismo ha sido un mal endémico de América Latina. El líder populista arenga al pueblo contra el ‘no pueblo’, anuncia el amanecer de la historia, promete el cielo en la tierra. Cuando llega al poder, micrófono en mano decreta la verdad oficial, desquicia la economía, azuza el odio de clases, mantiene a las masas en continua movilización, desdeña los parlamentos, manipula las elecciones, acota las libertades.
“En América Latina, los demagogos llegan al poder, usurpan la voluntad popular e instauran la tiranía, Venezuela inspiró a Podemos”
Su método es tan antiguo como los demagogos griegos: ‘Ahora quienes dirigen al pueblo son los que saben hablar… las revoluciones en las democracias… son causadas sobre todo por la intemperancia de los demagogos’. El ciclo se cerraba cuando las élites se unían para remover al demagogo, reprimir la voluntad popular e instaurar la tiranía (Aristóteles, Política V). En América Latina, los demagogos llegan al poder, usurpan (desvirtúan, manipulan, compran) la voluntad popular e instauran la tiranía.
Esto es lo que ha pasado en Venezuela, cuyo Gobierno populista inspiró (y en algún caso financió) a dirigentes de Podemos. Se diría que la tragedia de ese país (que ocurre ante nuestros ojos) bastaría para disuadir a cualquier votante sensato de importar el modelo, pero la sensatez no es una virtud que se reparta democráticamente. Por eso, la cuestión que ha desvelado a los demócratas de este lado del Atlántico se ha vuelto pertinente para España: ¿por qué nuestra América ha sido tan proclive al populismo?
La mejor respuesta la dio un sabio historiador estadounidense llamado Richard M. Morse en su libro ‘El espejo de Próspero’ (1978). En Iberoamérica -explicó- subyacen y convergen dos legitimidades premodernas: el culto popular a la personalidad carismática y un concepto corporativo y casi místico del Estado como una entidad que encarna la soberanía popular por encima de las conciencias individuales. En ese hallazgo arqueológico está el origen remoto de nuestro populismo.
El derrumbe definitivo del edificio imperial español en la tercera década del siglo XIX -aduce Morse- dejó en los antiguos dominios un vacío de legitimidad. El poder central se disgregó regionalmente fortaleciendo a los caudillos sobrevivientes de las guerras de independencia, personajes a quienes el pueblo seguía instintivamente y que parecían surgidos de los Discursos de Maquiavelo: José Antonio Páez en Venezuela, Facundo Quiroga en Argentina o Antonio López de Santa Anna en México. (Según Octavio Paz, el verdadero arquetipo era el caudillo hispano árabe del medioevo)”.
Los ‘patriarcas’, el último Simón Bolívar, Diego Portales en Chile, y Porfirio Díaz en México (un monarca con ropajes republicanos
Pero la legitimidad carismática pura no podía sostenerse. El propio Maquiavelo reconoce la necesidad de que el príncipe se rija por ‘leyes que proporcionen seguridad para todo su pueblo’. Según Morse, nuestros países encontraron esa fuente complementaria de legitimidad en la tradición del Estado patrimonial español que acababan de desplazar. Si bien las Constituciones que adoptaron se inspiraban en las de Francia y EE UU, los regímenes que se crearon correspondían más bien a la doctrina política neotomista formulada (entre otros) por el gran teólogo jesuita Francisco Suárez (1548-1617).
La tradición neotomista -explicó Morse- ha sido el sustrato más profundo de la cultura política en Iberoamérica. Su origen está en el Pactum Translationis: Dios otorga la soberanía al pueblo, pero este, a su vez, la enajena absolutamente (no sólo la delega) al monarca. De ahí se desprende un concepto paternal de la política, y la idea del Estado como una arquitectura orgánica y corporativa, un ‘cuerpo místico’ cuya cabeza corresponde a la de un padre que ejerce a plenitud y sin cortapisas la ‘potestad dominadora’ sobre el pueblo que lo acata y aclama. Este diseño tuvo aspectos positivos, como la incorporación de los pueblos indígenas, pero creó costumbres y mentalidades ajenas a las libertades y derechos de los individuos.
Varios casos avalan esta interpretación patriarcal de la cultura política iberoamericana en el siglo XIX: el último Simón Bolívar (el de la Constitución de Bolivia y la presidencia vitalicia), Diego Portales en Chile (un republicano forzado a emplear métodos monárquicos) y Porfirio Díaz en México (un monarca con ropajes republicanos). Y este paradigma siguió vigente durante casi todo el siglo XX, pero adoptando formas y contenidos populistas. En 1987, Morse escribía: ‘Hoy día es casi tan cierto como en tiempos coloniales que en Latinoamérica se considera que el grueso de la sociedad está compuesto de partes que se relacionan a través de un centro patrimonial y no directamente entre sí. El Gobierno nacional funciona como fuente de energía, coordinación y dirigencia para los gremios, sindicatos, entidades corporativas, instituciones, estratos sociales y regiones geográficas’.
“La tendencia democrática (liberal o socialdemócrata) está ganando la batalla, el populismo persiste sólo por la fuerza, no por la convicción”
En el siglo XX, inspirado en el fascismo italiano y su control mediático de las masas, el caudillismo patriarcal se volvió populismo. Getulio Vargas en Brasil, Perón en Argentina, algunos presidentes del PRI en México se ajustan a esta definición. El caso de Hugo Chávez (y sus satélites) puede entenderse mejor con la clave de Morse: un líder carismático jura redimir al pueblo, gana las elecciones, se apropia del aparato corporativo, burocrático, productivo (y represivo) del Estado, cancela la división de poderes, ahoga las libertades e irremisiblemente instaura una dictadura.
Algunos países iberoamericanos lograron construir una tercera legitimidad, la de un régimen respetuoso de la división de poderes, las leyes y las libertades individuales: Uruguay, Chile, Costa Rica, en menor medida Colombia y Argentina (hasta 1931). Al mismo tiempo, varias figuras políticas e intelectuales del XIX buscaron cimentar un orden democrático: Sarmiento en Argentina, Andrés Bello y Balmaceda en Chile, la generación liberal de la Reforma en México. A lo largo del siglo XX, nunca faltaron pensadores y políticos que intentaron consolidar la democracia aun en los países más caudillistas o dictatoriales (el ejemplo más ilustre fue el venezolano Rómulo Betancourt). Y en los albores del siglo XXI siguen resonando voces liberales opuestas al mesianismo político y al estatismo (Mario Vargas Llosa en primer lugar).
Esta tendencia democrática (liberal o socialdemócrata) está ganando la batalla en Iberoamérica. El populismo persiste sólo por la fuerza, no por la convicción. La región avanza en la dirección moderna, la misma que aprendió hace casi cuarenta años gracias a la ejemplar ‘Transición española’. Parecería impensable que, en un vuelco paradójico de la historia, España opte ahora por un modelo arcaico que en estas tierras está por caducar. A pesar de los muchos errores y desmesuras, es mucho lo que España ha hecho bien: después de la Guerra Civil y la dictadura, y en un marco de reconciliación y tolerancia, conquistó la democracia, construyó un Estado de derecho, un régimen parlamentario, una admirable cultura cívica, una considerable modernidad económica, amplias libertades sociales e individuales. Y doblegó al terrorismo. Por todo ello, un gobierno populista en España sería más que un anacronismo arqueológico: sería un suicidio”. Los españoles, los vascos, los catalanes, los gallegos, los andaluces, los castellanos, los extremeños, los valencianos, los asturianos… lo han entendido muy bien.
España quiere el cambio, habrá presidente socialista en noviembre si el PSOE pacta con los partidos emergentes ciudadanos, surgidos de los ‘indignados’ de la Puerta del Sol de Madrid, el ‘Schwarzenegger’ del PP, José María Aznar, se ‘transformó’ en Pablo Iglesias, el ‘Coletas’ de Podemos.
@SantiGurtubay
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