EL BESTIARIO
‘Las arribazones de algas marinas en el Caribe mexicano, evento biológico natural o basura en las playas’, un estudio federal no descarta que procedan del Mar de los Sargazos en el Océano Atlántico
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) es una comisión del gobierno de México creada con el fin de difundir, promover, y apoyar actividades relacionadas a la biodiversidad del país. Es el único organismo en el país regido por una comisión intersecretarial, encabezada por el presidente de la república y con el titular de Medio Ambiente y Recursos Naturales como secretario técnico, así como la participación de nueve secretarías federales más. Fue creada a partir de un fideicomiso creado por el gobierno mexicano en 1992, tres meses antes de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.
Ante el constante arribo masivo de sargazo a las playas de Quintana Roo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha solicitado la intervención del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, con sede en Puerto Morelos. Kurt M. Dreckmann es autor de un estudio sobre este fenómeno, encargado por la CONABIO, donde no se descartaba que el origen estuviera en el propio Mar de los Sargazos, en el Océano Atlántico. Rosa Rodríguez Martínez cuestionaba esta tesis en declaraciones al periódico El Universal de México. “Se originaron en la Costa Atlántica de Sudamérica, al igual que ocurrió en el 2011, cuando toneladas de sargazos pelágicos llegaron a varias islas del Este del Caribe -desde Trinidad hasta la República Dominicana- y a la costa Oeste de África, desde Sierra Leona a Ghana. El sargazo pelágico está compuesto por dos especies de algas pardas, Sargassun natans y Sargassun fluitans, cuyos componentes les permiten flotar y ser transportadas por las corrientes marinas, a diferencia de las que viven adheridas al suelo marino…”.
No son tóxicas para el ser humano, pero tienen efectos negativos sobre las actividades turísticas y pesqueras. La ‘marea dorada’ impide solearse y bañarse frente a los hoteles, caletas y bahías. Se enreda en las redes pesqueras. Cuando se acumula en las playas se descompone y produce malos olores. Se retira manualmente o con maquinaria. Al hacerlo se remueve una gran cantidad de arena, afectando a las erosionadas playas. A veces, estas operaciones, son utilizadas para llevarse arena de las playas y comercializarla.
Más de 1.347 metros cúbicos de sargazo removidos de las playas de Cancún y enterrados para regenerar la duna costera
Cumpliendo las instrucciones del presidente municipal de Cancún, Paul Carrillo de Cáceres, la Dirección de Servicios Públicos, desde el inicio de marzo, se reforzó los trabajos con personal y maquinaria en los arenales a causa de dicho residuo marino. Más de mil 347 metros cúbicos de sargazo fueron removidos de la orilla de la playa, siendo enterrados de acuerdo a la recomendación de expertos ambientales para la regeneración de la duna costera. Se puso énfasis para dicha labor en las playas más visitadas por las familias y turistas como son Delfines, Ballenas, Chac Mool, Marlin, Gaviota Azul, Langosta y Tortugas.
El gobernador Roberto Borge Angulo y el coordinador nacional de la CONABIO, José Sarukhán Kermez, suscribieron a finales de este pasado mes de marzo un convenio de colaboración para elaborar la Estrategia Estatal sobre Biodiversidad, establecer líneas prioritarias y acciones para la conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de Quintana Roo. Durante el acto protocolario, el jefe del Ejecutivo, acompañado por el presidente municipal de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante, resaltó que no sólo se tendrá un inventario de recursos naturales, sino que “se consolidarán los sistemas de áreas naturales protegidas estatales, instrumentarán programas de educación ambiental y difusión sobre la biodiversidad, y se integrará y armonizará la conservación con el uso sustentable de los recursos naturales”. Por su parte, José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, dijo que hay gran disposición por parte del Gobierno Federal por apoyar a los Estados en el cuidado de los ecosistemas.
La Riviera Maya y otras playas de Quintana Roo deben prepararse para las próximas vacaciones de verano y la llegada de europeos
Independientemente de esa llamada de auxilio al instituto marino de Puerto Morelos, por parte de la Semarnat, todo apunta a que será la CONABIO, el organismo federal encargado de apoyar a Cancún y Riviera Maya en su lucha contra los sargazos, en estos momentos, claves para prepararnos ante la próxima temporada vacacional del verano, con la llegada especial de turistas europeos, quienes disfrutan de sus principales vacaciones anuales en los meses de julio, agosto y septiembre. Tanto en Semana Santa como en Navidades es menor el número de días de vacaciones, de ahí que muchos prefieran no atravesar el Atlántico y opten por otros destinos más cercanos, principalmente en las playas del Mediterráneo español.
México es uno de los países megadiversos del planeta, al tener no sólo un número elevado de especies, sino también una considerable riqueza endémica. La relación establecida entre los pueblos mesoamericanos con su entorno tuvo un desarrollo amplio, por lo que al arribo de los españoles dichos pueblos tenían un vasto conocimiento entorno natural, aunque no se cuentan con documentos previos a la conquista que así lo testimonien.
Algunos documentos que compendiaron la riqueza natural de lo que hoy es México fueron el Códice Badiano, el Códice Florentino y las investigaciones hechas por Francisco Hernández de Toledo,1 quien de 1574 a 1577 formó una considerable colección de plantas secas o no, 38 volúmenes de dibujos y numerosas notas, tres de las cuales están escritas en náhuatl. Otras expediciones para la observación natural en la Nueva España fueron las de Martín de Sesse y José Mariano Mociño. En 1788 se estableció la primera cátedra de botánica en la Real y Pontificia Universidad de México, con lo que inició la occidentalización de los estudios biológicos en la Nueva España y el inicio del uso de la clasificación establecida por Linneo. Otras importantes investigaciones naturales fueron las hechas por Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland, quienes viajaron de 1789 a 1804 por territorios americanos aportando un mayor conocimiento natural que fueron publicados en la obra Nova genera et spacies plantarum.
En el siglo XIX destacó la expedición hecha por Salvin y Godman, quienes publicaron sus investigaciones en la obra Biologia Centrali-Americana. Fue con la Sociedad Mexicana de Historia Natural en 1868 y la Comisión Científica Nacional, y la posterior Comisión Exploradora de la Flora y la Fauna Nacionales en 1907, que se establece un estudio sistemático de la biodiversidad mexicana, y la consolidación en la recolección y clasificación de especímenes nacionales. Entre 1929 y 1935 se fundan el Herbario Nacional en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México y crecen las colecciones del recién fundado Instituto Politécnico Nacional.
Carlos Salinas de Gortari anunció la creación de la CONABIO, en evento celebrado en 1992, en la zona arqueológica de Yaxchilán, Chiapas
A partir de la década de los sesenta, inicia el crecimiento de investigadores en diferentes institutos y universidades del país, siendo en el 2000 nada menos que 160 las instituciones que trabajan temas relacionados a la biodiversidad. Dada la relevancia de México como país biodiverso, a finales de 1991 una comisión presentó al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari la idea de llevar una iniciativa relacionada con la biodiversidad, su conocimiento, preservación y su uso de forma sustentable. Una comisión internacional se reunió el 13 y 14 de febrero de 1992 convocando a expertos sobre el tema. En la clausura de dicho evento, llevado a cabo en la zona arqueológica de Yaxchilán, Chiapas, el presidente anunció la creación de la CONABIO. Dicho acto fue ratificado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de marzo de 1992.
Kurt M. Dreckmann, acompañado del fotógrafo Abel Sentíes, realizaron este primer estudio sobre el fenómeno que nos está afectando en estas vacaciones de Semana Santa, tanto en Cancún como en la Rivera Maya y otras playas de Quintana Roo y el Caribe Mexican. Hemos conseguido este informe titulado ‘Las arribazones de algas marinas en el Caribe mexicano, evento biológico natural o basura en las playas’…
Las arribazones algales consisten en la llegada a las playas o a las riberas de lagunas costeras y estuarios de grandes cantidades de macroalgas sensu lato, es decir, pertenecientes a cualquiera de los phyla Chlorophyta (algas verdes), Ochrophyta (algas pardas) o Rhodophyta (algas rojas). Según la localización geográfica, el elenco ficoflorístico cercano y la estacionalidad de las especies algales involucradas, éstas serán mono o poliespecíficas (compuestas de una o más especies). Aunque existen estudios sobre el potencial económico, los recursos disponibles e incluso la evaluación de mercados para los recursos de arribazonesen otras partes del mundo, y, a pesar de la frecuencia de este fenómeno, no hay en la literatura pertinente a México estudios que informen acerca de la composición taxonómica, las causas y mecanismos, la estacionalidad, la regionalización, el origen de las especies involucradas y sus usos potenciales.
Las mayores arribazones coinciden con la temporada ciclónica, aunque se ha convertido en un fenómeno constante a lo largo de todo el año
Todos los datos sobre la presencia del fenómeno en el litoral del Atlántico y Caribe mexicanos provienen de observaciones ocasionales de ficólogos u otros especialistas. De acuerdo con esa información que han proporcionado, se ha considerado que las arribazones presentes en el litoral del estado de Quintana Roo son las más espectaculares en términos de diversidad y abundancia, destacándose las observadas en Cancún y Puerto Morelos.
En un intento por resolver el problema de la composición taxonómica, los investigadores Castillo Arenas y Dreckmann registraron las siguientes especies: 12 de Chlorophyta, 14 de Phaeophyceae y 14 de Rhodophya en la arribazones de Punta Cancún y Puerto Morelos; con una talla macroscópica de 10 a más de 40 centímetros; la talla pequeña va desde algunos micrómetros hasta 5-6 centímetros y son generalmente epífitas de las anteriores; son fuente de agar, de carrageninas, de alginatos; tienen propiedades antibióticas; son útiles como biofertilizante; son perennes y estacionales.
El taxón más abundante fue el género Sargassum, con 7 especies y más de 80% de peso seco por cada kilogramo colectado. Las arribazones de ambas localidades se presentan todo el año, con dos incrementos de alta diversidad alrededor de los meses de julio-agosto y octubre-noviembre. En ambas localidades, y entre los meses pico, las arribazones son poliespecíficas;el resto del año son oligoespecíficas. De las 40 especies encontradas, 25 son de tallas grandes y, por lo tanto susceptibles de ser explotadas; 14 son pequeñas y más difíciles de usar como recurso; 22 son estacionales en términos de presencia-ausencia a lo largo del año; 15 son perennes y 25 (las mismas 25 de talla grande) tienen algún uso reportado en la literatura.
En Punta Cancún, las arribazones se presentan entre agosto y noviembre, coincidiendo con la temporada ciclónica. Mientras que en Puerto Morelos éstas empiezan en noviembre y disminuyen en febrero, lo que corresponde con la temporada de secas. De acuerdo con la información brindada por el personal académico residente en la Estación del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (Universidad Nacional Autónoma de México, Estación Puerto Morelos) y del crip (Centro Regional de Investigación Pesquera, Puerto Morelos), el fenómeno es constante a lo largo del año.
Mientras Punta Cancún está en una pequeña península expuesta, Puerto Morelos se encuentra protegida por una barrera arrecifal y Cozumel
Ambas localidades se encuentran frente a una zona de origen de ciclones y tormentas tropicales y en el blanco de las direcciones vectoriales principales de los mismos. La temporada ciclónica se extiende desde junio a noviembre, siendo el mes de septiembre el de mayor frecuencia, seguido por agosto. La circulación costera de las corrientes superficiales es paralela al litoral y con dirección norte durante todo el año; también se presentan contracorrientes pequeñas adyacentes a la playa. Mientras Punta Cancún está en una pequeña península bordeada por riscos y expuesta, Puerto Morelos se encuentra en una playa larga y protegida tanto por una barrera arrecifal como por la isla Cozumel. Así, tanto la periodicidad como la cantidad de las arribazones se encuentran fuertemente relacionadas con los huracanes y ciclones característicos de la zona.
Excepto por el alga verde (Udotea javensis), las restantes 39 especies forman parte de la flora algal de la Región Atlántica Tropical Oeste, que va desde el norte de la península de la Florida hasta el sur de Brasil. Asimismo, forman parte de la flora cubana y de la descrita para el litoral e islas de Quintana Roo.
Localmente, parte de este elenco había sido reportado para Puerto Morelos. Si a esto agregamos el patrón general de circulación de las corrientes superficiales es muy posible que las especies provengan de la zona comprendida entre Punta Cancún, Puerto Morelos, Islas Mujeres y Cozumel. Por otro lado, es evidente que las arribazones terminan en Cancún justo cuando empiezan en Puerto Morelos. Tal discrepancia para lugares tan próximos puede atribuirse, preliminarmente, a dos causas: el patrón general de corrientes superficiales debe ser más complejo en lo referente a las contracorrientes litorales, y las corrientes oceánicas provenientes de las Antillas (como sugiere la localización de las arribazones en Puerto Rico) alcanzan primero Isla Mujeres y áreas circunvecinas, arrojando talos algales en Punta Cancún (única punta sobresaliente en la zona) y, alrededor de dos a tres meses después, comienzan a tener efecto sobre las poblaciones cercanas a Isla Cozumel y Puerto Morelos. La anterior hipótesis sugiere que las arribazones de ambas localidades tienen diferente origen.
La alta diversidad algal involucrada y la biomasa comprometida hacen pensar en el valor ecológico que éstas puedan tener
Durante el estudio, no se encontraron ningún talo algal de talla macroscópica con pie de fijación (estructura basal de adhesión al sustrato); por lo que sugieren que las especies se desprenden como producto de la interacción entre la dinámica oceanográfica (corrientes superficiales predominantes y temporada ciclónica) y la estructura por edades y estacionalidad de las propias especies. Es decir, para la época en que comienza la temporada ciclónica, una gran cantidad de especies tanto estacionales como perennes (pero con renovación anual de ramas) liberan ejes o talos completos, los cuales son arrastrados por las corrientes y depositados finalmente en la playa como producto directo de las contracorrientes de zonas someras y por los efectos de convergencia asociados a las puntas o cabezas de bahía.
La marcada estacionalidad del fenómeno, la alta diversidad algal involucrada y la biomasa comprometida hacen pensar en el valor ecológico que éstas puedan tener. Es decir, la productividad primaria y secundaria asociada debe ser suficiente como para sostener una comunidad propia que puede o no ser dependiente de la arribazón. Sería interesante, en este sentido, investigar si las arribazones son un sistema autónomo, para lo cual es indispensable estudiar, entre otras cosas, la viabilidad reproductiva de las especies.
La periferia de la enorme masa flotante de los ‘Sargazos’ se encuentra a menos de quince grados de longitud oeste de la Península de Yucatán
Pensar en la posibilidad de que una gran cantidad de las algas que encontramos en las orillas del Caribe mexicano provengan del Mar de los Sargazos puede sonar increíble en términos localistas; sin embargo, la periferia de esta enorme masa flotante se encuentra a menos de quince grados de longitud oeste de la Península de Yucatán. El Mar de los Sargazos es una región del océano Atlántico septentrional que se ubica entre los meridianos 70º y 40º O y los paralelos 25º a 35º N (coordenadas 28°20’08’’N 66°10’30’’O), su extensión se ha estimado en cerca de dos millones de millas cuadradas y, a pesar de que la profundidad del manto algal no supera los 50 centímetros, su biomasa se ha calculado en un valor entre los 4 y 11 millones de toneladas de peso húmedo. La razón de que semejante masa permanezca en donde está es el rizo formado por las corrientes oceanográficas ascendentes del Golfo y del Atlántico Norte que corren hacia el este por arriba de los 40° de latitud norte y la descendente de las Islas Canarias y la Deriva Norecuatorial, que corre hacia el oeste por abajo de los 20° de latitud norte.
Es decir, esta inmensa placa gira permanentemente en el sentido de las manecillas del reloj. Una consecuencia interesante del giro es que constantemente se están desprendiendo cantidades considerables de algas que son impulsadas por la Deriva Norecuatorial, en el caso del área que nos interesa, hacia las costasde Jamaica, Puerto Rico, Cuba e incluso Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa precisamente en sus playas expuestas hacia el Mar Caribe y, por supuesto, al Caribe mexicano. Los enormes “camellones” de sargazo entran en la zona económica exclusiva mexicana y, al encontrarse cerca del litoral, son dispersadas por las contracorrientes costeras a lo largo de prácticamente todo el litoral del estado de Quintana Roo.
Alimento para aves de cautiverio, compostas para abono en el cultivo de hortaliza y posibles usos en la elaboración de alimentos y fármacos
Por lo tanto, si se considera que el sargazo constituye una biomasa cautiva de consideración comercial, resultaría interesante interceptar estos “camellones” cerca de los límites de la zona económica exclusiva y cosecharlas durante verdaderas campañas de pesca de altura. Las cantidades importantes de potasio y fósforo, debidas a la alta diversidad de algas pardas, brindan posibilidad de generar alimento para aves de cautiverio, compostas para abono en el cultivo de hortaliza y posibles usos en la elaboración de alimentos y fármacos. Asimismo, la presencia de alginatos (ficocoloides presentes en algas pardas) plantea su aprovechamiento en la elaboración de insumos para las áreas cosmetológica, médica y alimentaria.
Por lo general, el sector turístico ha venido calificando las arribazones como basura playera durante los últimos 30 años. Para este sector y para el propio turista, efectivamente, resulta molesto en términos visuales, incómodo para el traslado a lo largo y ancho de la playa y repulsivo por el olor generado por la rápida descomposición algal. Desde luego la única solución es la limpieza periódica de las playas y la subsecuente incorporación de los desechos de algas al resto de los desechos urbanos. Tomando en consideración lo antes expuesto, la intención del proyecto de la CONABIO es proponer la utilización integral de estas arribazones.
El mar de los Sargazos es una región del océano Atlántico septentrional que se extiende entre los meridianos 70º y 40º O y los paralelos 25º a 35º N, y que en los siglos XVII al XVIII tuvo la tétrica fama de ser lugar de cementerio de buques de navegación a vela. Abarca parte del sector llamado ‘Triángulo de las Bermudas’. Se caracteriza por la frecuente ausencia de vientos, corrientes marinas, y la abundancia de plancton y algas, estas últimas formando ‘bosques’ marinos superficiales que pueden extenderse de horizonte a horizonte y constituyeron junto a las ‘calmas chichas’ un formidable escollo para la navegación desde la época del Descubrimiento de América. Las corrientes circundantes se interceptan tangencialmente impulsando las aguas interiores en un lento círculo de sentido horario y concéntrico, cuyo amplio centro no tiene movimiento aparente y es de una calma eólica notable. En efecto, el área, de forma ovalada, es de límites difusos ya que no baña tierra firme -con la única excepción de las islas Bermudas-, y sus límites los constituyen importantes corrientes oceánicas: al Oeste la corriente del Golfo, al Norte la Corriente del Atlántico norte y al Sur una de las corrientes ecuatoriales.
Uno de los descubrimientos de Cristóbal Colón en su primer viaje y en el siglo siguiente se comenzó a gestar fama de cementerio de barcos
Las corrientes que lo circundan determinan un sistema de aguas superficiales relativamente cálidas que se mueven muy lentamente en sentido horario, sobre las aguas más profundas del océano, mucho más frías y densas. Esta estratificación del agua por densidades, provocada por la diferencia de temperatura, tiene importantes consecuencias ecológicas. En las aguas superficiales, donde llega la luz, abunda el plancton vegetal, que consume sales como los fosfatos y nitratos. Debido a la diferencia de densidad, el agua de la superficie apenas se mezcla con el agua fría y rica en minerales de las capas inferiores, que podría reponer las sales consumidas. Por esta razón, en las regiones superiores del mar de los Sargazos apenas existe vida animal, y carecería de interés biológico si no fuera por el alga que le da el nombre, el sargazo (género Sargassum), que forma grandes campos, rebosantes de organismos marinos.
El Mar de los Sargazos fue uno de los descubrimientos de Cristóbal Colón en su primer viaje a América y en el siglo siguiente se comenzó a gestar fama de cementerio de barcos. Fueron los navegantes portugueses quienes pusieron el nombre al alga y al mar. El sargazo es un alga que forma grandes conjuntos enmarañados, que se mantienen a flote por medio de vejigas llenas de gas, y se extienden hasta el horizonte. Con frecuencia, los barcos portugueses se veían frenados por las algas, e incluso llegaban a quedar atascados en ellas, lo que daba a las tripulaciones tiempo de sobra para estudiar la planta. Como procedían de un país donde abundan las vides, los conjuntos de vejigas de gas les parecieron racimos de uvas de una variedad denominada salgazo. Así fue como el Mar de los Sargazos adquirió su nombre. El sargazo desciende de un tipo de algas que suelen crecer adheridas a las rocas cercanas a la costa, pero se ha adaptado por completo a la vida pelágica, y ahora flota en las capas superiores del océano.
Lugar de procedencia de las crías angulas, que llegaban al río Deba, en el País Vasco, donde se harían adultas como anguilas
Las características singulares del Mar de los Sargazos, con una extensión equivalente a 1/3 de la superficie de Estados Unidos, constituyó un formidable escollo para la navegación a vela, inspirando innumerables leyendas y mitos sobre las que posteriormente se crearon obras de ficción. Una de ellas partió de la creencia errónea de los marinos sobre que la abundancia de algas era señal de bajíos, lo que les llevó a ubicar allí el ‘continente hundido’ de la Atlántida. En realidad, la zona tiene una profundidad media de más de 4.500 metros. El Mar de los Sargazos es el único definido por características físicas y biológicas que no incluyen la presencia de costas.
En el País Vasco, por mi ciudad natal, Eibar, pasaba el río Ego que iba a dar a la desembocadura del Deba, donde por las ‘noches de luna’ se capturaban las angulas, las crías de las anguilas, integrantes de uno de los platos más exquisitos de la gastronomía tradicional. Dada la escasez, su alto precio, y una nueva cultura ecologista, fueron sustituidas por las llamadas ‘gulas’, preparadas industrialmente con restos de pescados como el fletán y surimi japonés. Hoy podemos comprarlas en Cotsco, Superama Walmart o La Europea de Cancún o Solidaridad, con el nombre de ‘Gulas de Aguinaga’.
Un kilo del pequeño manjar, típico de la Navidad en el País Vasco, puede llegar a los 5.000 dólares, las ‘gulas’ de surimi, la alternativa
En esta localidad guipuzcoana, cercana a San Sebastián hay un criadero de angulas, pero sus precios son prohibitivos, llegando a costar el kilo más de 1.000 dólares. Recuerdo que en tiempos de mis abuelos, ese kilo apenas superaba apenas un dólar. Las angulas o las populares ‘gulas’ de surimi se sirven en pequeñas cazuelas de barro, donde se fríen con aceite de oliva, varias cabezas de ajo y unas guindillas rojas, un pequeño chile de árbol. Es uno de los platos típicos de la Navidad vasca, junto a los caracoles y el bacalao al pil pil, a la vizcaína o ajoarriero.
Cuando nos explicaban del origen de estos peces nos hacían referencia al Mar de los Sargazos. Esta fue mi primera referencia infantil a este lejano y mítico mar. Los anguiliformes (Anguilliformes) son un orden de peces teleósteos que incluye las anguilas, las morenas y los congrios. Tienen el cuerpo de forma alargada que semeja la de una serpiente, con especies tanto marinas como de río. Su nombre procede del latín anguilla, que significa anguila.
Tienen el cuerpo muy alargado (anguiliforme); suelen tener la piel desnuda sin escamas, y cuando las tienen son tipo cicloide embebidas en la piel; la abertura de las branquias suele ser muy estrecha y desplazada hacia atrás en el cuerpo, tienen maxilares con dientes bien formados en toda la boca, todos tienen vejiga natatoria, unas especies tienen costillas y otras no. No tienen aletas pélvicas ni el esqueleto de dichas aletas, las aletas pectorales están también ausentes en algunas especies, y en las que las tienen se sitúan en posición muy alta por encima del esqueleto, habiendo también perdido el hueso de conexión con éste. La aleta dorsal y la anal suelen estar unidas a la aleta caudal, la cual es pequeña y con cortos radios.
La anguila nace en el Mar de los Sargazos (en formas llamadas “leptocéfalos”) y se deja arrastrar por la corriente de uno a tres años hasta llegar al continente (América o Europa), donde se les llama angulas. Una vez allí remonta los ríos hasta los cursos altos, es allí donde desarrolla la gran parte de su vida. A la edad de 14 ó 15 años se convierte en anguila plateada, su estómago se atrofia y sus reservas de grasa le sirven para bajar los ríos y conducirse de nuevo al Mar de los Sargazos para la reproducción y su posterior muerte. Las anguilas poseen una carne sabrosa que le hace ser apreciadas en la gastronomía tradicional de muchos países, al igual que los congrios y muchos otros peces anguiliformes como manjar.
‘Las arribazones de algas marinas en el Caribe mexicano, evento biológico natural o basura en las playas’, un estudio federal no descarta que procedan del Mar de los Sargazos en el Océano Atlántico.