Las alianzas son la divisa de la política moderna en el terreno electoral y legislativo, pero que si no se estructuran bien tienden a complicarle la vida a los electores y a crear confusiones que, incluso, podrían afectar los intereses de los propios partidos políticos.
Si bien es cierto que esas alianzas, sobre todo las que se dan a nivel local, responden a situaciones coyunturales y a la realidad política de cada región del país, en una campaña presidencial como la del próximo año, en la que habrá 30 elecciones locales concurrentes, incluyendo nueve gubernaturas, entre ellas la de Jalisco y ciudad de México, deberá considerarse un “alineamiento”.
Es decir, que las alianzas que se den para la elección presidencial deben concretarse también para las gubernaturas y las presidencias municipales, por lo menos.
Aunque en Quintana Roo hay algunas voces dentro del PRI que pugnan por romper la alianza con el partido Verde, que lleva 14 años, es muy probable que choquen con una realidad diferente y que continúen arrinconadas, recordando viejas glorias en las que fueron protagonistas de lo que el viento ya se llevó.
En las recientes elecciones del Estado de México, para muchos el laboratorio de lo que serán los comicios del próximo año, el PRI sumó al Partido Encuentro Social y todo parece indicar que el próximo año se mantendrá ese acuerdo con el PES, al igual que con Nueva Alianza, que en Quintana Roo representa nada a pesar de que tiene dos presidencias municipales, y el Verde.
Ese acuerdo mexiquense que seguramente permeará a nivel nacional el próximo año encuentra algunos bemoles en Quintana Roo, especialmente con el PES que tanto en el sur como en el norte cuenta con sendas figuras –Mario Villanueva Tenorio y Gregorio Sánchez Martínez, respectivamente- que tienen sus propias ambiciones y proyectos.
Sin embargo, dado el historial de cada de uno de ellos no se puede descartar un arreglo, de otra manera durante la campaña electoral habría serios contratiempos y confusiones.
Por ejemplo, si el PES queda fuera de la alianza priista en Quintana Roo, ¿con quién haría campaña el candidato presidencial en Cancún? ¿Con el aspirante del PRI-Verde a la presidencia municipal o con el del PES? ¿O primero con uno y después con el otro?
Quienes decidan aliarse, tendrán que ir por alianzas totales y no parciales como se dieron hasta el año pasado en Quintana Roo.
Los cambios en la competencia han impactado al sistema de partidos pues hoy muestran el nuevo escenario en que se desarrolla la disputa por el poder.
Hace un año al PRI le costaron dos presidencias municipales –Bacalar y Lázaro Cárdenas- la alianza con Nueva Alianza que no es más que un membrete.
¿Qué costos le implicará el PES que, de acuerdo con los resultados del año pasado, es la tercera fuerza política en Cancún?
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