En el sexenio anterior el palco de honor del campo de béisbol “Beto Ávila” era destinado exclusivamente para el gobernador, para sus amigos y amigas. Desde allí se hacían acuerdos y se armaban truculencias. No se iba a ver béisbol, sino a beber y celebrar francachelas. Son muchas las anécdotas al respecto. Ninguna edificante.
Hace unos días, el presidente del Club Tigres de Quintana Roo, Fernando Valenzuela, en compañía de su esposa Linda Burgos, recibieron a niñas y niños de la Casa Hogar del DIF estatal y de la Fundación Palace, para disfrutar el play off. El estadio estaba lleno y el partido dejó satisfechos a todos los aficionados al rey de los deportes. Uno de los infantes fue invitado a batear la primera bola.
Pasaron los tiempos en que el palco de honor del estadio Beto Ávila era utilizado jolgorios al que eran convocados amigos y amigas. Allí se definieron candidaturas del PRI y también de otros partidos. Allí se formalizaron pactos políticos. Allí entablaron relaciones amorosas bajo la mesa. Y al calor de las copas también se produjeron rupturas sentimentales. Algunos de esos escándalos trascendieron.
La actual administración estatal cedió al DIF Quintana Roo esos espacios para que, en coordinación con la Fundación Amigos de Los Tigres, lleven a niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad de todos los municipios a disfrutar del equipo de casa.
Durante cada temporada la niñez quintanarroense de todas las regiones, del campo y de la ciudad, asisten a disfrutar de los partidos de Los Tigres de Quintana Roo cómodamente sentados. Se toman fotos con sus jugadores preferidos y charlan con ellos.
Donde antes había excesos de todo tipo, ahora se siente el aire fresco de las risas de la niñez que tiene oportunidad de estar en el palco de honor del estado Beto Ávila. La niñez merece eso y mucho más.
PERDIÓ LUCHANDO
Chanito, hay que reconocerlo, dio la batalla hasta el final. Perdió luchando. Ahora el lio es de la coalición integrada por el PAN-PRD-MC, porque tendrán que substituir al clon que inscribieron para guardarle el asiento a Chanito Toledo. José Luis Acosta Toledo tendrá que cederle su lugar al suplente de Chanito o a otro nombre. De todos modos, la batalla por la presidencia municipal de Cancún la tienen perdida. La que la tiene ganada de antemano es Mara Lezama. Niurka Sáliva hace su luchita, pero el tono de su campaña son los palos de ciego. Niurka, cuando habla de Mara, pierde el estilo.
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