Por: Jorge Castro Noriega
¡QUE NO ESCAPE BORGE!
Cuando le preguntamos hace un mes a Roberto Borge sobre el mensaje que el conductor de Televisa, Carlos Loret de Mola, subió a una de sus redes sociales alertando “a quienes lo andan buscando” que éste se hallaba hospedado –al parecer, se toparon fortuitamente– en un lujoso hotel de Disney en Orlando, Florida, el ya para entonces ex gobernador no sólo lo admitió, sino que dejó muy en claro cuál era su postura en esos días en los que el nuevo Gobierno, ávido de reconocimiento y confianza poselectoral a sus justicieras promesas de campaña, le atizaba duro con todo tipo de acusaciones.
“A mi nadie me anda buscando, ni me estoy escondiendo de nadie. Soy un hombre libre y puedo viajar a donde yo quiera”, respondió Borge a la pregunta, con una tranquilidad que para nada correspondía a alguien que, efectivamente, estuviera preocupado por las cosas terribles que se decían de él en el estado que gobernó los últimos cinco años y medio, y donde el colectivo social, enardecido por los embates de su sucesor, exigía cárcel para él y sus más cercanos colaboradores.
No, para nada se notaba intranquilo Borge, quien todavía se dio tiempo de platicarnos que su visita a los mágicos parques de diversiones de la Florida obedecía a unas vacaciones que se estaba tomando con sus hijas y que además, nos explicó, los lugares lucían “preciosos con el Halloween”, en alusión a la forma en que a estos los adornan en las distintas épocas del año. En fin, que el ex gobernador parecía tener hasta entonces la conciencia en santa paz y se divertía a gusto en el extranjero con su familia.
Para ayer en que por mayoría el Congreso de Quintana Roo emitió un exhorto a la PGR y a la Fiscalía General del Estado, para que éstas solicitaran al Instituto Nacional de Migración una alerta migratoria en su contra con el propósito de “evitar que abandone el país con la intensión (sic) de evadir la justicia”, Roberto Borge, de acuerdo a una fotografía familiar publicada en Instagram y exhibida en algunos portales de noticias, se encontraba una vez más fuera de México, aunque ahora, si damos por verídica esa imagen, estaría disfrutando del sol y la playa en las paradisiacas islas Bahamas.
Con todo y que apenas la semana pasada el Gobierno de Carlos Joaquín anunció que había presentado sendas denuncias penales ante la PGR contra él y algunos de sus colaboradores, en un hecho que curiosamente fue dado a conocer en la Ciudad de México y no en Quintana Roo, que es donde se supone que él tiene mucho que aclarar y su sucesor todavía más que informar, Borge no canceló su paseo por el Caribe pues la referida fotografía apareció días después del bombazo mediático –porque fue eso– que representó en la CDMX la noticia de que su suerte ya estaba echada y en manos de la autoridad federal.
Con esas demostraciones por parte suya de que no hay nada por ahora que le espante el sueño y el predecible manejo de presunta información de “primera mano” que no ocultan para los ojos y oídos avezados en estos temas una intención (aquí sí con “c”) meramente protagónica y mediática, la administración actual quintanarroense parece enredarse poco a poco en su seriado de imputaciones de corrupción y amenazas de presidio a los que gobernaron antes, mientras que el ex mandatario parece preparado para soportar estoicamente todo lo que se diga de él con una parsimonia muy propia de aquel que nada debe… o bien, nada teme.
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Con faltas de ortografía que exhiben el poco cuidado y pobre experiencia en estos menesteres de los diputados promoventes de la alerta migratoria, las fracciones del PAN, PRD, Morena y Panal aprobaron por 13 votos a favor y 9 en contra de sus opositores del PRI y el PVEM, el exhorto para, según ellos, cerrarle las fronteras a Borge, que a diferencia de su homólogo de Veracruz, Javier Duarte, no sólo no se ha dado a la graciosa huída, sino que entra y sale del país campechanamente.
Esto parece que no lo calculó la mayoría legislativa en el Congreso del estado, pues de haber querido huir Borge ya lo hubiese hecho desde hace mucho, o bien quedarse fuera de México en uno de esos viajes recreativos con los que parece que se está relajando un poco luego de casi un sexenio de agotador trabajo gubernamental.
Aparte, el bloque impulsor de la alerta migratoria, en imperdonable error pues se supone que son ellos los expertos en leyes, no tomó en cuenta el detalle de que mientras la PGR o la Fiscalía estatal no le liberen una orden de aprehensión, Borgees, efectivamente, un hombre libre de ir a donde le plazca la gana, sin que ninguna autoridad lo pueda impedir.
La ley lo dice, sólo que da la impresión de que los diputados no lo sabían y se lanzaron como el “Borras” con su exhorto, que de nada o poca cosa les servirá mientras que ninguna autoridad –que en definitiva no son ellos– emita una orden de captura, arraigo o, vaya, siquiera de presentación.
Además, en el improbable caso de que tomaran en cuenta su alerta migratoria, deberían cerciorarse de que Borge se encuentre dentro del territorio nacional para cuando la apliquen y eviten así “su intensión (más sic) de evadir la justicia”. Porque si la emiten estando éste fuera en uno de sus viajes, pues ya no lo van a dejar entrar y, entonces sí, quién sabe hasta cuándo lo encuentren..
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No hubo mejor descripción al actuar de sus compañeros de curules que la expresada por el verde diputado José de la Peña, quien justificó el voto en contra de su partido y del PRI no tanto para proteger al paseador ex mandatario quintanarroense, sino porque, consideró, ese exhorto no estaba bien sustentado.
“Este exhorto es protagónico, es meramente mediático. Manifiesta la ignorancia de la Legislatura”, señaló De la Peña, quien pidió ser respetuosos de los marcos de cada una de las instituciones del Estado.
Dándose por aludido el morenista Juan Ortiz, el mismo que fuera evidenciado en una grabación reconociendo haberse vendido a la alianza PAN-PRD por 7 millones de pesos que “lo sacaron de pobre”, le contestó al legislador del PVEM que no es que hayan sido ignorantes sino que “es la ciudadanía la que nos pide justicia”.
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Casi de inmediato, los priistas Raymundo King, Leslie Hendricks y José Luis González protestaron y exigieron que no se vulnere la ley en aras de satisfacer intereses políticos y electoreros. Asegurando estar a favor de la transparencia y la legalidad, sin interés en solapar a nadie –entiéndase Roberto Borge–, advirtieron que, sin embargo, tampoco votarán a favor de enconos y revanchismos políticos.
El presidente de la bancada del PRI, Raymundo King, señaló que la presunción de inocencia es una garantía constitucional de cualquier individuo y no puede vulnerarse ni sucumbir a caprichos políticos, por lo que el Poder Legislativo, manifestó, no puede declarar la culpabilidad de ningún ciudadano, así como tampoco establecer condena alguna, sino al contrario, ser garante del orden constitucional.
Citando artículos de la Constitución y de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, demostrando tener más dominio de las leyes de quienes hoy tienen en sus manos el liderazgo del Congreso, King explicó que no son una autoridad jurisdiccional sino un órgano legislativo, en cuyas funciones y atribuciones, puntualizó, no están las de emitir alertas migratorias. Los promoventes de la medida, cabe decir, ya no replicaron nada y concedieron la razón en aquello de que quien calla, otorga.
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Prácticamente huyendo de la Ciudad de México, donde diputadas federales de todos los partidos hicieron causa común para pedir su cabeza como titular de la Sedesolluego de haber ofendido a la presidenta de la Comisión de Seguridad Social, Araceli Damián, a la que dijo “no entender porque no había estudiado siquiatría” (la tachó de loca), Luis Enrique Molina, el responsable de combatir la pobreza en Méxicocon sueldo de 150 mil pesos mensuales por sus servicios, viajó ayer a Quintana Rooa levantar la bandera blanca.
Pero no de tregua ante el escándalo que dejó un día antes su comparecencia en el Congreso de la Unión, sino por la cobertura del Programa de Empleo Temporal “Pisos y Techos” con el que se han beneficiado habitantes de 25 comunidades del municipio de Lázaro Cárdenas, evento al que asistieron el gobernador Carlos Joaquín, la delegada de Sedesol en el estado, Marybel Villegas y algunos presidentes municipales como Laura Fernández, de Puerto Morelos y Remberto Estrada, de Benito Juárez, quienes patentizaron al funcionario federal la disposición de sus gobiernos para trabajar juntos en proyectos comunes.
En la empobrecida comunidad Ignacio Zaragoza de la zona maya de este municipio, el secretario Miranda firmó el Convenio de Colaboración del Programa de Seguro de Vida para Jefas de Familia con Carlos Joaquín, quien a su llegada recibió el bastón de mando en una ceremonia maya con la que familias de la región le externaron su agradecimiento por impulsar programas de beneficio social para ellos.
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Y hasta ahí iba bien la cosa, cuando la comitiva se trasladó al domo deportivo para entregar otros apoyos a los habitantes de la zona, trayecto en el cual a la delegada Villegas se le olvidó el protocolo y quizá, también, que las elecciones terminaron el 5 de junio.
Haciendo prácticamente a un lado al gobernador, no escatimó esfuerzos para colocarse al lado de su jefe el titular de Sedesol, a quien abriéndose paso con uno que otro empujón escoltó personalmente hasta el presidium, donde vigorosas porras a todas luces preparadas por ella lo vitorearon como el salvador de los pobres de la zona maya lazarocardenense.
Rezagado por la impropia actitud de la funcionaria, el mandatario llegó minutos después y al hacer uso de la palabra primero, como la agenda marcaba, le envió un serio mensaje a la delegada al decir que ese no era un evento de campaña, sino una reunión de trabajo para coordinar acciones entre los tres órdenes de Gobierno.
Cabe mencionar que ahí mismo se deslizó el rumor de que Carlos Joaquín habría comentado con Miranda la posibilidad de hacer un cambio en la delegación estatal, cargo para el que sugirió a un allegado suyo. Y como la Federación está llevando la fiesta en paz con gobiernos opositores en los estados, con eso de que se acercan tiempos electorales, pues no resultaría descabellado que la efusiva Marybel tuviera que hacer pronto sus maletas.