Quintana Roo nació como estado libre y soberano el ocho de octubre de 1974, en una época de transición y de revaloración de paradigmas, de concepciones políticas tradicionales y de modelos económicos que estaban llegando a su caducidad.
Terminaba una época de ilusorias certezas, y se iniciaba otra de grandes expectativas.
La revolución científico-técnica deslumbraba por sus avances, pero también existían enclaves donde el hombre apenas comenzaba a vislumbrar que podía escribir su propia historia.
México llegaba a la culminación de las grandes reformas impulsadas por el ideario de la revolución mexicana, y se iniciaba otra donde ya se sentía el peso de la globalización económica que a muchos académicos y políticos seducía y que otros miraban con recelo y temor.
En el nuevo contexto nacional que ya se esbozaba, el Caribe sólo era una metáfora, sólo era una alusión circunstancial.
Pero el Caribe allí estaba, con su fulgor, con sus grandes perspectivas.
Y el Caribe mexicano era esta tierra que durante 72 años –desde el 24 de noviembre de 1902 en que surgió como territorio federal- ya pugnaba por tener un espacio propio en el tiempo mexicano.
Aquí, en el Caribe mexicano –mar y selva en la periferia del méxico de entonces, todavía con fuertes resabios centralistas- existían hombres y mujeres dispuestos a hacer sentir su voz, su presencia y su reclamo.
El reclamo era el del auto gobierno. La voz era la de un pueblo construyendo su identidad a golpe de esfuerzos y de sacrificios. La voluntad era la que tenía sustento en una historia forjada en la lucha por la sobrevivencia. La presencia era de generaciones y esfuerzos entrelazados.
Esta voz se hizo escuchar con respeto, con paciencia, con la argumentación irrebatible de haber hecho de esta tierra cuna, ancla, pedestal y destino final de abuelos, padres, hijos y nietos.
Los mayas fecundaron esta geografía con su resistencia y con su sabiduría. su legítima aspiración de autonomía fue definiendo un mapa de resistencia cultural que es el antecedente del quintana roo que nació como Territorio Federal en 1092, y que hoy es la tierra que amamos y que defendemos con el valor, la paciencia, la dignidad y la fuerza de una razón que anida en alguna vertiente de la utopía que todos llevamos dentro.
Hoy Quintana Roo vive una nueva etapa de cambio caracterizada por el respeto a la legalidad, por la construcción de espacios de diálogo y por la lucha por abatir desigualdades.