La policía estatal –y ni que decir de las municipales- siempre han funcionado sin una estrategia clara, sin un modelo definido. La única línea de acción era el “ahí se va”. La única meta era “lo que se pueda”. Se trataba de hacer como que se hacía. Lo importante eran los pactos cupulares con la delincuencia. Y a los policías se les comisionaba como escoltas de funcionarios, políticos, empresarios amigos y amigas de todo rango. No tenían capacitación y su sueldo estaba por los sueldos, con seguros de vida de mentiritas y con equipamiento rudimentario.
Total, no había que combatir a la delincuencia. Estos actuaban a sus anchas, sabedores de que las policías no estaban para perseguirlos. Y no es que las policías fueran cómplices o estuvieran en el “ajo”. No. Los que eran cómplices, los que tenían pactos y los que tenían a las policías en la inopia, eran los gobiernos estatales de las administraciones anteriores.
Esta complicidad y este abandono de la policía estatal dio lugar al establecimiento en todo el estado de grupos delincuenciales de todo signo. Nadie los molestaba. Nadie los vigilaba. Nadie los perseguía.
Y al romperse esos pactos con la entrada del nuevo gobierno, los distintos grupos entraron en una disputa que ha ocasionado las víctimas y los hechos de violencia de todos conocido.
La policía estatal estaba atada de manos. Y a pesar de eso es mucho lo que se ha hecho para contenerlos, enfrentarlos y perseguirlos.
Ahora ya hay un nuevo Modelo Optimo de la Función Policial. Se avanza en los esquemas de mejoramiento de los cuerpos estatales y municipales de seguridad. Hay un trabajo coordinado entre las policías estatal y municipal para que la gente recupere la tranquilidad perdida.
El gobernador Carlos Joaquín González tiene el compromiso de que entre todos se va “a construir la paz y la tranquilidad que queremos. Estamos luchando contra la inseguridad, la violencia y el crimen organizado”.
El Modelo Optimo de la Función Policial tiene, entre sus objetivos, homologar criterios entre las corporaciones policiales. No es una quimera, este nuevo modelo, fortalecer la capacidad operativa de las corporaciones policiales preventivas en términos del número de elementos mínimos para atender la seguridad pública, con relación al número de habitantes.
También tiene la meta de la profesionalización, de las dignificación de los elementos policíacos, creación de grupos especializados y la certificación y contratación de más policías.
Hay esfuerzos a la vista. Hay acciones y hay proyectos. Eso es bueno.
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