CORRE LA VOZ
Por Jorge Castro Noriega
YA NO “VIBRA” KING
Uno de los argumentos que el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, esgrimió en su última visita a Cancún para sostener en la dirigencia estatal del partido a Raymundo King, no obstante las numerosas voces que clamaban por su relevo, fue que éste garantizaba la unidad priista. Los que acusaban a King de lo contrario, en la perspectiva del líder, era gente contraria a los lineamientos internos y, en algunos casos, hasta traidores.
Con el control del estado arrebatado meses antes por una sociedad que castigó en las urnas la cadena de malos gobiernos que el PRI endosó a Quintana Roo, aunado al posterior despojo que la alianza PAN-PRD les hizo del Congreso local cuando ya lo tenían conquistado, según Ochoa Reza no eran tiempos de más divisionismo ni concesiones a la oposición. Y por eso ratificó a King, con la consigna de mantener en orden la casa.
Pero ni la bendición central, ni sus viajes por el país a cuanto evento lo invita su líder nacional, ni mucho menos los combativos embates que lanza desde su curul como diputado opositor, donde funge como pastor de un rebaño que da la impresión que en cualquier momento se le puede salir del corral, parece que le han sido suficientes para mantener bien sujetados los hilos del liderazgo priista en el estado..
Porque una cosa es lo que le puedan contar al oído a Ochoa Reza y otra, muy diferente, es lo que está aconteciendo en el PRI de Quintana Roo, donde no sólo no se han visto mejoras sustanciales desde la ratificación de King, sino que lejos de acallarse las voces que insisten en el cambio en la dirigencia estatal, éstas se están haciendo cada vez más fuertes..
En una reunión que tuvieron el fin de semana en Chetumal con el delegado nacional del PRI, Manuel Andrade Díaz, una decena de los últimos dirigentes que ha tenido el tricolor en la entidad reiteraron la necesidad de relevar a Raymundo porque, coincidieron, “ya no tiene ni el respeto ni la buena vibra con la militancia”.
“Es urgente la necesidad de cambios en el PRI para iniciar un trabajo de acercamiento con la estructura. La dirigencia actual ya no garantiza un PRI unido y competitivo”, indicaron los ex líderes, quienes le pidieron a Andrade recordarle al líder nacional que tiene una visita pendiente a la capital quintanarroense, que es terreno minado para el PRI pues es ahí donde se consumó el descalabro electoral del 5 de junio..
Viejos y colmilludos lobos de mar, con más ganas –muchos de ellos– de recuperar espacios personales que en aportar a la cacareada renovación de su partido, en la reunión con Andrade estuvieron Pedro Flota, Rosario Ortiz, Pedro Ramón Peña, Alfredo Díaz, Elina Coral, Sergio de la Cruz, Raúl Santana, Joel Sauri y Antonio Erales, quienes en diversas épocas de la historia política del estado han tenido la responsabilidad de dirigir al PRI y ahora han hecho frente común en contra de Raymundo King. Y no han sido los únicos en manifestarle al ex gobernador tabasqueño su inconformidad contra él.
Antes, Javier Díaz Carvajal y Cora Amalia Castilla ya se habían reunido con Andrade y su demanda fue en el mismo sentido: la salida de “Ray” para que el PRIavance y recupere espacios y credibilidad perdidos.
Hasta ahora, cargando a cuestas el lastre del descrédito y el encono social que dejó el gobierno de Roberto Borge, King se ha dedicado a asumir una postura combativa desde su trinchera legislativa, buscando con eso mayor respeto e importancia a su bancada, aunque no sabemos si le esté dando resultados pues no hay hasta el momento una valoración del impacto entre la militancia y, para ser honestos, la XVLegislatura no parece muy preocupada que digamos.
Ya veremos si el delegado Manuel Andrade es institucional a su partido y transmite el recado al jefe Ochoa, o se lo guarda para no moverle más el tapete a King, con quien ha dado muestras de tener tejida una buena relación. Mientras tanto, la militancia sigue esperando a ver cuándo verdaderamente, fuera del somnoliento discurso de la supuesta unidad, la escuchan y la toman en cuenta..
No es una tarea nada fácil la que tiene King, quien se percibe cada vez más solo y desarropado en su propia casa. En la mesa de juego, las cartas fuertes del priismo quintanarroenses, las que pesan, se le han ido volteando y el respaldo de su grupo legislativo no parece que le va a alcanzar para mucho. Lo mismo en los sectores, donde no sabe con certeza quién está con él y quien tiene escondido el puñal para atacarlo por la espalda.
La gran interrogante es cuánto tiempo más aguantará la presión el CEN del PRI. Porque de seguir esta tendencia, no hay que ser muy entendido en temas partidistas para saber que no debe tardar mucho un golpe de timón.




















