Tras un accidente de caza, los hombres señalaron a un grupo de mexicanos ilegales como los responsables.
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Cuando las autoridades arribaron al lugar, y entendiendo que podrían verse en problemas por sus actos (la ley local considera un delito, no siempre grave, disparar en dirección a una persona), declararon que los disparos pudieron provenir de un grupo de inmigrantes que vieron por la zona horas antes.
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La historia se volvió popular en portales de derecha en Estados Unidos y el Comisionado de Agricultura del estado, Sid Miller, la utilizó para declarar a los medios que el país necesitaba construir un muro fronterizo, tal como prometió el entonces presidente electo Donald Trump en su campaña electoral.
Todo marchaba bien, hasta que la oficina del shérif del condado de Presidio comenzó las pesquisas correspondiente y determinó que “no existían casquetes ni proyectiles de otras armas más que de aquellas portadas por los cazadores”, por lo que la evidencia sugería que no se trató de un “evento de violencia transfronteriza”.
Ahora, Daugherty y Bryant enfrentan cargos por uso imprudente de un arma, disparar en dirección a una persona y falsedad de declaraciones, por lo que podrían pasar varios años en prisión.
Fuente: SDP noticias