Tener un negocio propio es el sueño de muchos, pero pocos se atreven. Si quieres ser uno de ellos y no sabes cómo empezar, aquí te decimos cuáles son los primeros pasos que debes dar.
Ser tu propio jefe, tener tu propio negocio… Éste es el deseo de cientos de personas todos los días, pero, en especial, es una de las metas más comunes para empezar el año nuevo.
Sin embargo, pese a ser el sueño de muchos, la falta de capital, el miedo al fracaso y esperar el “momento adecuado” para hacerlo, son muchas de las trabas que existen para aventurarse al mundo emprendedor.
Si tú eres uno de estos “soñadores” y tu mayor deseo de año nuevo es tener tu propio «changarro», pero no tienes idea de cómo comenzar esa travesía, aquí te decimos los primeros pasos que debes dar:
«Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas”
Lo que decía el novelista francés Victor Hugo es claro, una o varias ideas es todo lo que necesitas. Todo comienza con una. Si no sabes qué negocio quieres poner, comienza por hacer una lluvia de ideas; tus gustos, tus pasiones y tus talentos y habilidades deben verse reflejadas en éstas. Un servicio o producto que vendas que te apasione siempre tendrá más posibilidades de triunfar. Es importante que esa idea ayude a mejorar la vida de la gente de alguna forma, es decir, un producto o servicio que sea de impacto.
Plan de negocios, acude a una incubadora
Al menos que seas un experto en el tema, lo mejor es que recurras a una incubadora, que son centros de atención a emprendedores donde te asesorarán para que elabores tu plan de negocios y lo pongas en marcha. Éstas te acompañarán durante todo el proceso de creación de tu empresa a través de consultorías en mercadotecnia, contabilidad, diseño gráfico y todas aquellas áreas que involucren tu negocio.
Debes tomar en cuenta que la mayoría de las incubadoras no dan financiamiento, sólo te entrenan para enfrentar la vida empresarial y parte de ese entrenamiento es ayudarte a conseguir fondos para tu proyecto. En la página del Instituto Nacional del Emprendedor
(http://redincubadoras.inadem.gob.mx/index.php? estado=0&modalidad=IB) (Indadem) puedes encontrar el listado de las
que cuentan con la aprobación de la Secretaría de Economía.
Arma tu «dream team»
Por muchos talentos que tengas, en algún momento necesitarás ayuda, por lo que debes de formar un equipo con gente que se complemente.
Busca personas con talentos y puntos de vista similares a los tuyos, aunque también requerirás de gente con conocimientos y habilidades diferentes con los que cuentas, recuerda que una empresa es como una serie de engranes que se complementan para realizar una función.
¿Y el dinero?
Dependiendo del tipo de tu negocio es la cantidad monetaria que necesitarás para desarrollarlo, el gobierno, a través de programas
como la Red de Apoyo al Emprendedor (https://www.redemprendedor.gob.mx/)y el Fondo Nacional del Emprendedor (https://www.inadem.gob.mx/index.php/fondo-nacionalemprendedor), da asesorías y financiamiento para poder poner tu empresa.
Si tu proyecto necesita más capital tendrás que recurrir a inversionistas, que pueden ser desde algún familiar, amigos o
empresarios. Deberás presentarles tu plan de negocios y convencerlos en invertir en ti. Aquí es donde una incubadora te puede ayudar a llegar a ellos.
También puedes recurrir a plataformas de crowdfunding como Fondeadora o Crowdfunder, que te permiten recursos de una
comunidad en línea que aporta dinero a cambio de recompensas o a cambio de acciones de la empresas (como en el programa televisivo Shark Tank).
Mantén un ingreso fijo
Suele pasar que cuando una persona comienza un negocio abandona su trabajo y, con ello, le dice adiós a ese ingreso fijo que tenía. Esto es un error, ya que es muy difícil que en un principio el negocio te deje ganancias para que puedas tener un sueldo.
Recuerda que desde el principio de este camino necesitarás ser paciente, quizá perderás mucha de tu vida social y, sobre todo, no
deberás esperar el éxito inmediato.
Buena suerte, y como decía Winston Churchill: «El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.»
Fuente: Milenio