La Directora del centro de cognición canina de la Universidad de Portsmouth, Julianne Kaminsky, presentó el estudio “La atención humana afecta las expresiones faciales en los perros domésticos”, dónde se plantea que las expresiones y rasgos faciales de los perros cambian cuando son observados por los humanos.
Constantemente aparecen nuevos datos sobre el comportamiento de los perros domésticos y las relaciones con el hombre. Si bien ya hubo descubrimientos importantes en la materia, todavía hay mucho que aprender.
Julianne Kaminsky –directora del centro de cognición canina de la Universidad de Portsmouth (DOCCS), Inglaterra, y autora de numerosos estudios del tema– presentó ahora junto a su equipo el estudio “La atención humana afecta las expresiones faciales en los perros domésticos”. En él plantean que las expresiones faciales de los perros no son tan inflexibles e involuntarias como algunos han asumido previamente, y que estas mascotas cambian sus rasgos faciales y expresiones cuando los humanos los están mirando.
El equipo de investigadores se propuso realizar su estudio porque no había “evidencia experimental sistemática de que las expresiones faciales en especies distintas a los primates se produzcan con sensibilidad similar a la atención del público”.
Cuando los animales y humanos cambian su comportamiento al ser el centro de atención, la respuesta se denomina “efecto de audiencia” y Kaminski y sus colegas querían ver si los perros respondían al igual que algunos primates no humanos. Para lograrlo, estudiaron 24 perros de la familia (13 machos y 11 hembras de diferentes razas y edades). Los perros fueron filmados en una habitación mientras un humano se encontraba a un metro de ellos ya sea mirándolos o mirando a otro lado. Los perros pasaron cuatro situaciones diferentes: comida y atención, atención sin comida, atención con comida, y sin comida ni atención. También informaron que la fiabilidad en la evaluación de las expresiones faciales era alta entre los diferentes investigadores.
“Primero, el estado atencional humano afectó la producción de expresiones faciales de los perros. Los perros producían significativamente más expresiones faciales cuando el ser humano estaba orientado hacia ellos, que cuando el ser humano le daba la espalda al perro”, dijeron los investigadores. E indicaron que el estado atencional humano también afectó la frecuencia de vocalizaciones producidas.
“La visibilidad de la comida, sin embargo, no afectó los movimientos faciales de los perros y tampoco hay pruebas concluyentes de que haya afectado a otros perros en otros comportamientos”, aclararon. “Entonces, mientras los perros producen más expresiones faciales cuando el humano está orientado hacia ellos y en posición de comunicarse, la visibilidad del estímulo no social pero estimulante (la comida) no alteró sus movimientos faciales de la misma manera”. El investigador de la Universidad de Duke, Brian Harewho, señaló: “Este es un hallazgo encantador que proporciona más evidencia de cómo los perros nos acercan a ellos con sus ojos”.
Entonces, en general, los perros produjeron más pero no diferentes expresiones faciales cuando el humano les estaba prestando atención y la comida no tuvo ningún efecto. Esto cuestiona la idea extendida por algunos investigadores de que los perros “usan” a las personas para obtener comida. Kaminski señala que para muchas personas que conocen el comportamiento del perro, los resultados no son tan sorprendentes. También advierte que realmente no es posible conocer las intenciones de los perros cuando muestran diferentes expresiones faciales cuando se los mira.
Fuente: Sin Embargo