La demencia senil es una disfunción cognitiva, lo que puede traducirse del siguiente modo: el perro, al igual que ocurre en los humanos, empieza a perder su capacidad de razonar.
La edad influye en la salud humana. Cuando los años comienzan a pesar, existen numerosas patologías que surgen casi paralelamente. Esta problemática natural no solo afecta a las personas sino que también la salud de las mascotas comienza a deteriorarse con el correr de los años. Un estudio comprobó que los perros mayores de ocho años -equivalente a unos 50 años humanos- muestran síntomas de demencia similares a los del Alzheimer en humanos.
El estudio publicado en Journal Vet Behavior analizó 63 perros cuyo diagnóstico médico fue trastorno compulsivo canino, una de las tantas consecuencias de la demencia en los humanos. Se observó que el 24 por ciento de los perros tenían valores de hematocrito superiores -volumen de glóbulos con relación al total de la sangre- al rango de referencia del laboratorio de patología clínica.
“La primera hipótesis es la del estrés, que establece que el estrés, el conflicto y la frustración conducen a la secreción de epinefrina y al comportamiento compulsivo, con posterior contracción esplénica que resulta en policitemia. La segunda es la hipótesis de policitemia primaria”, aseguró Mami Irimajiri, principal investigadora en su estudio.
La demencia senil es una disfunción cognitiva, lo que puede traducirse del siguiente modo: el perro, al igual que ocurre en los humanos, empieza a perder su capacidad de razonar. Al aparecer los primeros síntomas, la consulta con un veterinario tiene que ser de manera urgente ya que, pese a que no exista cura, sus síntomas pueden mermar con un correcto tratamiento. Motivar a las mascotas con juegos y ejercicios y vivir en un entorno saludable también son aspectos fundamentales para su retraso evolutivo.
Pese a que se trata de una enfermedad difícil de diagnosticar en mascotas, hay algunos síntomas que pueden alertar a los dueños para la consulta con el veterinario. El veterinario Osvaldo Rinaldi (M.N. 4206), presidente del CVPBA (Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires) aseguró que existen estudios mediante electroencefalogramas o resonancias magnéticas que pueden determinar el cuadro, pero al requerir anestesia total y al tratarse de perros adultos con otras posibles patologías, generalmente se opta por una medicación para apaciguar sus avances.
“Los síntomas más comunes para estar alertas son: tranquilidad en su conducta y más horas de sueño de lo normal, dificultad para ubicarse en tiempo y espacio, pueden llegar a orinar y defecar en lugares que nunca antes lo habían hecho, llorar y/o ladrar porque se sienten perdidos y solo los dueños pueden calmar su angustia; en general lo que les ocurre es que desaprenden todo lo que aprenden”, aseguró el doctor Osvaldo Rinaldi a Infobae.
Varios estudios relacionados con la temática afirman que el avance de este síndrome puede ser realmente muy rápido. De hecho se detectó que en el 24 por ciento de los casos, los síntomas pasaron de suaves a moderados en unos 6 meses, mucho más rápido que el progreso en los humanos.
“Si el problema se detecta temprano, los síntomas pueden aliviarse alterando la alimentación o el estilo de vida de los perros. Los propietarios de los perros deben buscar el consejo médico lo antes posible, si notan que sus canes han envejecido de repente. La supervisión de especialistas es importante, dado que los tranquilizantes e inhibidores son las únicas opciones para lidiar con perros con demencia severa”, agregó Irimajiri.
Fuente: Sin Embargo