La información y los consejos para navegar por Internet de manera segura son dos claves esenciales para mantener alejados a nuestros hijos del acoso cibernético. ¡Protégeles!
El acoso o bullying ha cambiado con las redes sociales. Las agresiones se vuelven permanentes. Aproximadamente uno de cada cuatro casos de acoso en la actualidad se produce a través de la vía tecnológica. Cuando alguien está siendo acosado, un espectador o el agresor mismo puede grabar el evento, subirlo a Internet y compartirlo en múltiples plataformas. Un número ilimitado de espectadores puede ver y comentar sobre el suceso. Esto crea una cascada de humillación, crueldad y agresión continuada sin ninguna consecuencia para los autores.
Por supuesto, esto es devastador para la víctima y les hace revivir el evento varias veces sin esperanza de que termine nunca. Sobra decir, además, que el ciberacoso puede ser anónimo y encubierto. El acosador puede esconderse detrás de la pantalla en su habitación, mientras bombardea a los demás, sintiéndose muy poderoso.
¿Qué es el cyberbullying?
La vía más habitual para el cyberbullying es la mensajería instantánea a través de aplicaciones como WhatsApp. Aunque todavía prevalece el acoso offline sobre el online, el segundo aumenta a medida que también lo hace la edad.
Los comentarios, mentiras o rumores dañinos o críticos pueden ser emitidos y distribuidos públicamente a través de las comunidades de las redes sociales sin que la víctima lo sepa. Muchas veces las víctimas se sorprenden cuando se enteran y no saben qué hacer cuando el mensaje ya se ha extendido sin que exista ninguna manera de retirarlo o de defenderse. Del mismo modo, el agresor no controla las consecuencias de sus acciones sobre la víctima y no tiene medida del impacto, por lo que puede aumentar la intensidad en futuros ataques. De hecho, muchos padres se sorprenden cuando ven que su hijo ha enviado material pornográfico o que su personalidad en redes sociales es muy agresiva.
Tan importante es identificar o reconocer un caso de acoso como lo es pedir ayuda. Y uno de los aspectos más importantes es romper con el silencio de las víctimas, que solamente tienden a pedir ayuda cuando se sienten con fuerzas para hacerlo, o cuando la situación es extrema. Cualquier persona que pueda ver este tipo de imágenes, ya sea adulto o menor, debe ponerlo en conocimiento para que se puedan tomar las medidas oportunas.
Algunas características del cyberbullying
Como hemos comentado antes, las amenazas y las calumnias son dos características propias, pero el cyberbullying abarca otras situaciones:
- Insultos a través de redes sociales (Facebook, Tuenti, Twitter…)
- Robo de contraseñas y ursurpación de identidades.
- Publicación de contenido (imágenes, vídeos…) de carácter personal sin permiso de la persona a la que se refieren.
- Publicación de información falsa de otras personas en un sitio web.
- Chantaje
- Acoso de carácter sexual.
¿Cómo se puede evitar el acoso?
Por ejemplo, Facebook especifica en sus normas comunitarias que no permite ningún tipo de contenido relacionado con el bullying. Por ello, la red social afirma que retira cualquier publicación que parezca estar dirigida a particulares con la intención de degradarlos o avergonzarlos.
Por otro lado, Instagram cuenta desde 2016 con un sistema para filtrar palabras clave desde la propia aplicación y evitar ciertos comentarios ofensivos. Además dispone de un formulario para denunciar imágenes o vídeos que puedan ser objetos de abusos.
A pesar de que la visibilización de los casos de acoso parece aumentar paulatinamente, todavía queda un largo camino por recorrer. Es crucial aprender y guiar a nuestros hijos en cómo tratar a la gente con respeto y tolerancia. La mejor prevención pasa, como en la mayoría de los casos, por la educación. Es la única forma de detener un tipo de acoso que tiene importantes secuelas psicológicas para los menores que lo sufren.
¿Qué consejos debemos ofrecer a nuestros hijos?
Lo ideal es inculcarles desde el principio ciertas normas de seguridad antes de comenzar a navegar en la red:
- No abrir correos electrónicos de destinatarios desconocidos.
- No utilizar siempre la misma contraseña para todo.
- No hablar o aceptar invitaciones de personas que no se conozcan, ya sea en chats o en redes sociales.
- No facilitar datos personales que desvelen nuestra localización o identidad: apellidos, dirección, colegio, instituto…
- Bloquear a aquellas personas que se dirijan a nosotros de manera agresiva o hiriente.
- Tener especial cuidado con las fotografías que se suben o se envían: cualquier persona, aunque sea desconocida, puede verlas y compartirlas en otro sitio.
- Respetar a los demás usuarios y exigir el mismo respeto.
Es importante crear un clima de confianza con nuestros hijos para que nos puedan comunicar cualquier problema que tengan. Debemos estar a su lado, sin prejuicios, sin juzgarles, simplemente con cariño y aceptación. Así mismo, infundirles valores positivos y enseñarles respeto y educación desde que son pequeños, son dos factores claves que podrán evitar que no solo nuestros hijos sufran cyberbullying, sino que también lo cometan.
FUENTE: ENFEMENINO